La Aeronáutica Civil entregó un informe provisional en el que se detalla varios aspectos que hasta el momento eran desconocidos del accidente ocurrido el 1 de mayo de 2023 en la selva del Guaviare, que dejó tres adultos mayores muertos y a los cuatro hermanos Mucutuy a la deriva de los peligros de la naturaleza.
En el documento, la menor, de 13 años y quien se encargó de cuidar a sus hermanitos, reveló los momentos de calvario que vivieron durante los 39 días que estuvieron solos en esta parte del país, pese a los operativos que a diario hicieron uniformados del Ejército para encontrarlos y que, lamentablemente, terminaron en que el perro Wilson, que participaba en las operaciones de rescate, se perdiera y no se supiera nada más de él.
La niña explicó que, previamente al accidente, su mamá la había preparado para estar en estos entornos, por lo que contaba con conocimientos en supervivencia. Entre otras cosas, reveló que su progenitora le proporcionó indicaciones básicas sobre las semillas que eran comestibles y que podría encontrar en zonas selváticas, por lo que fueron una de las cosas que los ayudó a alimentarse.
“No era la primera vez que permanecía en ese entorno, ya que en varias ocasiones se había internado con sus familiares en la selva circundante a su población de origen, que tenía unas características similares al escenario que encontraron después del accidente”, señaló el informe.
Comieron pescado crudo
Uno de los aspectos que más impactó fue que la menor reveló que se vieron obligados a comer pescado crudo en una ocasión, con el objetivo de alimentarse y no morir de hambre. Para lograr atrapar al animal, según el relato, utilizaron una lanza fabricada por la niña mayor.
“Ante la imposibilidad de generar fuego, los menores consumieron peces crudos una sola vez, ya que el sabor no les resultó agradable”, dice el documento.
Debido a esto, desde ese momento decidieron alimentarse únicamente con semillas denominadas mil pesos, fruto de una palma que encontraban a su paso y las cuales se ablandaban debido a la humedad del suelo.
Otro de los aspectos interesantes es que durante su travesía, que duró 39 días, avistaron diferentes animales como tapires, serpientes y una tortuga de gran tamaño. En ningún momento se produjo algún encuentro con otras personas durante todo su trayecto y, además, no vieron a ningún perro, por lo que nunca estuvieron con Wilson.
Por otra parte, la menor aseguró que en muchas ocasiones escucharon lo que parecían ser algunas voces. Sin embargo, decidieron irse en otras direcciones porque previamente les habían advertido que muchos de los sonidos podrían ser emitidos por animales depredadores y se podían confundir con los que hacen los seres humanos en el entorno selvático.
“Los supervivientes escucharon en algunas ocasiones el perifoneo y las grabaciones en idioma nativo indígena de la voz de un familiar, en las cuales les proporcionaba algunas indicaciones relacionadas con su búsqueda. Sin embargo, afirmó que les fue imposible acercarse lo suficiente en dirección a los sonidos, sin saber si su marcha los dirigía realmente a ese objetivo”, dijo la Aerocivil.