Las explosivas declaraciones que entregó a la Fiscalía en los últimos días la exasesora del Ministerio de Hacienda María Alejandra Benavides, en medio del escándalo de corrupción de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), siguen retumbando en la opinión pública.
Además de afirmar que el ministro Ricardo Bonilla sabía de los contratos que se estaban adelantando, cosa que el propio funcionario se ha encargado de negar y que ha calificado como chismes, la exasesora también hizo referencia al entonces ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y un enlace entre el Gobierno y el Congreso.
Este último caso se trata de Jaime Andrés Ramírez Cobo, también mencionado en su momento por el exdirector de la UNGRD Olmedo López y quien sería ficha clave de la hoy directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE), Laura Sarabia.
Olmedo López ya le había contado a la Fiscalía y a la Corte el papel que desempeñó Ramírez Cobo en todo el entramado de corrupción y, junto con Sneyder Pinilla, exsubdirector de la entidad, señalaron que este enlace habría sido fundamental para arreglar con los congresistas que aprobaran algunas reformas clave.
Según las versiones entregadas por López y Pinilla a la Fiscalía, Ramírez Cobo habría entregado órdenes concretas sobre “unos contratos para unos congresistas”, los cuales los habría condicionado a que si no se hacían, estaban en riesgo los créditos de la nación, misión que estaba a cargo del Ministerio de Hacienda.
Ahora, la versión entregada por María Alejandra Benavides, a una fiscal delegada ante la Corte Suprema de Justicia y que conoció SEMANA, no se aleja mucho de lo detallado por Olmedo López y Sneyder Pinilla, sobre el papel que habría jugado este personaje en todo el entramado de corrupción.
Benavides narró ante la fiscal que entre el ministro Bonilla, el exministro Velasco y el enlace entre el Gobierno y el Congreso le ordenaron tramitar contratos por más de 92.000 millones de pesos para obtener el respaldo parlamentario, según los audios conocidos por SEMANA.
En su confesión narró en detalle la participación de Jaime Ramírez Cobo, quien también tenía contacto con los parlamentarios de la Comisión de Crédito Público y estaba apurado por lograr los votos.
“El 11 de diciembre, cuando yo le mando a él (Jaime Ramírez Cobo) los contactos, es porque ya había pasado la reunión con Velasco en la que le decían a él que gestione. Él sabe de la urgencia, él sabe que el ministro iba a cambiar una cosa por otra (contratos por votos). Entonces, él es el que me pide contactos para llamar”, contó la exasesora de Bonilla.
Agregó que para persuadir a los congresistas de apoyar con su voto hablaba directamente con ellos durante la sesión en la que necesitaban el respaldo. “El 15, cuando estamos en la mitad de la sesión, porque todo es simultáneo, fiscal... lo que yo hago cuando Sneyder Pinilla me pide los contactos no es cogerlos del chat de Jaime, es pedírselos a los congresistas que ya están conectados para la sesión, que eran los que iban a votar, y que yo se los pidiera a ellos específicamente era mostrarles que sí iba a salir. Era la gestión que me habían pedido que hiciera”, contó la exasesora.
Benavides también contó en su encuentro con la fiscal el papel del exministro del Interior Luis Fernando Velasco. “Sé que el ministro Bonilla no hacía nada sin que el ministro Velasco supiera o Jaime supiera. Para el ministro Bonilla era fundamental que alguien más supiera qué estaba pasando”, resaltó en su declaración.