En la tarde de este jueves, 3 de octubre, el presidente de la República, Gustavo Petro, estuvo en la entrega de tierras en Montería, en el departamento de Córdoba. En el evento público aparecieron los exjefes paramilitares, Salvatore Mancuso y Carlos Mario Jiménez Naranjo, conocido como alias Macaco.
Uno de los momentos más llamativos de este encuentro fue el estrechón de manos entre el jefe de Estado y Salvatore Mancuso, quien ahora es gestor de paz del Gobierno. Se dijeron algunas palabras y hasta intercambiaron sombreros.
El presidente Petro fue el encargado de liderar la entrega de 8.430 hectáreas de tierras a campesinos víctimas del conflicto, dentro de las cuales están 7.916 hectáreas de predios que pertenecieron a jefes paramilitares.
“Estas tierras fueron adquiridas por el Gobierno del Cambio para impulsar la Reforma Agraria en la región. Durante el evento se llevó a cabo un acto de perdón por parte de los exjefes de las Autodefensas Unidas de Colombia hacia los campesinos que fueron sus víctimas durante años”, se detalló desde Presidencia.
Salvatore llegó a este evento con el fin de pedir perdón a la comunidad de Córdoba, por las acciones criminales que cometieron las Autodefensas Unidad de Colombia (AUC).
“Y estoy yo, que fui uno de los máximos comandantes de las autodefensas responsables de la tragedia humanitaria que padeció este departamento. Empuñé un fusil en el pasado pensando que hacía lo correcto, qué equivocado estaba. No sabía en ese momento lo que sé ahora, que en la guerra no existen ganadores”, dijo Mancuso.
Y avanzó en su declaración: “Todos somos perdedores. Y aquí estamos, a pesar de las diferencias ideológicas y políticas del dolor y las heridas aún abiertas, convocados en un objetivo común, la restitución de los derechos integrales de las víctimas. Parar la guerra y lograr la paz con el compromiso de que estos hechos no se vuelvan a repetir”.
“Frente a ustedes, asumo la responsabilidad que me corresponde por tanto dolor, sufrimiento y lágrimas. Por el despojo de tierras. Por los vejámenes a los que fueron sometidos a través de las órdenes que impartía los hombres y mujeres que estuvieron bajo mi mando en las autodefensas”, anotó.
Y avanzó: “Desde lo más profundo de mi corazón les pido perdón. Perdón por ello y ratifico la promesa hecha ante la justicia, ante Dios y ahora ante ustedes, de que mi parte estos hechos nunca más se volverán a repetir. Cuando miré por primera vez a los ojos a las víctimas en las primeras audiencias de Justicia y Paz, fue cuando pude dimensionar el dolor”.
“Que ese dolor no solamente lo causamos a las personas que ultimamos, que asesinamos, que ejecutamos, sino a toda su familia, a todo su entorno, a sus amigos, a la región. El daño causado fue terrible y a partir de ese momento empecé a cambiar. Ya no soy aquella persona que pide un comandante de autodefensas. Hoy soy una persona que estoy comprometido con redimir todo el daño, el dolor que les causé”, dijo Salvatore Mancuso.