En horas de la tarde de este jueves, 12 de octubre, el Instituto Nacional Penitenciario (Inpec) dio a conocer la muerte del asesino en serie, Luis Alfredo Garavito, alias “la bestia”. El violador de, al menos, 200 niños, se encontraba en la cárcel desde hace más de 24 años.
Garavito nació el 25 de enero de 1957 en el municipio de Génova, departamento del Quindío. Era mayor de siete hermanos y por los diferentes perfiles investigados sobre él, aseguran que era un niño introvertido y, en ciertas ocasiones, era violento.
Asimismo, era el centro de burlas entre los compañeros del colegio y los profesores colaboraron con el rechazo. Por tal motivo, dejó la escuela a los 10 años. En una de las audiencias que se realizaron en su contra, el asesino en serie explicó que su hogar era centro de discusiones y peleas.
“Tenía la desgracia de estar dentro de una familia que se la pasaba discutiendo, peleando y lanzándose palabras de grueso calibre”, indicó Garavito en su momento.
De igual forma, indicó que su padre, Manuel Antonio Garavito, era un hombre violento que trataba de forma grosera a su madre, Rosa Delia Cubillos. De acuerdo con los testimonios de Garavito y recogidos por el investigador Jesús Herranz-Bellido, su madre era objeto de golpizas, incluso cuando se encontraba embarazada.
Garavito también asegura con recuerdos vagos, que su padre fue quien realizó el primer abuso sexual que vivió en su vida. “Mi papá no dormía con mi mamá, dormía conmigo, él me bañaba. Tengo un recuerdo vago, era de noche, él como que me acarició, me tocó las partes íntimas. A ese señor nunca lo quise, lo veía como un verdugo”, indicó en otra de sus audiencias.
Garavito también manifestó que a sus 12 años, fue víctima de abuso por parte de uno de los amigos de su padre, quien lo torturó y violó causándole daño en sus genitales. El abuso duró dos años, debido a que el hombre se mudó al municipio de Trujillo. Sin embargo, Garavito asegura que otro amigo de su padre lo volvió a violar, pero que no dijo nada por temor a que no le creyeran.
Luego de esos episodios, el asesino indicó que tuvo su primer acercamiento a los crímenes que tiempo después cometió contra niños.
“Después yo empecé a sentir una atracción hacia las personas de mi mismo sexo. Mis hermanos y hermanas eran muy pequeños, y yo sentía algo dentro de mí que no sabía explicar. Todos nos fuimos hacia una cama, donde yo insinué que se quitaran la ropa y comencé a acariciarlos, allí no pasó nada, ni mis padres se dieron cuenta, ni tal vez mis hermanos se acuerden. Estando durmiendo, cogía a mis hermanos menores y les quitaba la ropa y sin que ellos se enteraran los acariciaba”, recogió Herranz-Bellido en el perfil de Garavito.
En octubre de 1992 Garavito inició con el primer asesinato, donde utilizó una cuchillas para cometer el crimen. Sin embargo, el fin de su macabra historia de crímenes empezó en 1996, cuando él ya era uno de los asesinos más buscados. Para ese momento, toda Colombia estaba consternada por los atroces crímenes cometidos por él en los últimos cinco años. La búsqueda duró dos años y las autoridades recorrieron hasta el mínimo rincón para encontrarlo.
Durante siete años, el asesino nacido en Génova, Quindío, trazó un camino de sangre con un gran compilado de víctimas, entre los cuales habían varios menores de edad. Garavito se aprovechaba de la inocencia, haciéndose pasar como una persona amable, pero cuando llevaba a los niños a lugares escondidos, los abusaba, descuartizaba y asesinaba. Con el paso de los años, su sevicia llegó a extremos inhumanos.