El propio expresidente Álvaro Uribe se había puesto al frente de una cruzada para hacerse a la mayoría del Concejo de Medellín y poner al alcalde, Daniel Quintero, contra la pared.

El uribismo tiene ocho sillas en el Concejo de esa ciudad -es el partido mayoritario- pero a pesar de eso, en lo que va de la administración Quintero, no ha sido el gran protagonista de la política local.

Hoy por primera vez el uribismo tenía la posibilidad de construir un bloque mayoritario, con tres concejales de la Coalición de la Esperanza, para asumir el control del Concejo Local. Lo tenía todo.

¡Pero fracasó!

Ocurrió lo increíble: fueron los propios concejales uribistas los que le propinaron la derrota a Uribe y al uribismo.

¿Qué ocurrió? Los concejales de la Coalición de la Esperanza cumplieron el acuerdo de este martes, en el sentido de que el Centro Democrático, por ser el mayoritario, tendría la presidencia del Cabildo ahora, y a ellos les correspondía esa dignidad el próximo año.

Daniel Quintero responde en SEMANA a las críticas de Álvaro Uribe Vélez | Foto: semana

El problema surgió cuando los ocho uribistas (Simón Molina, Sebastián López, Natalia Vélez, Julio González, Alberto Corredor, Paulina Aguinaga, Lina García y Alfredo Ramos) y los tres de la Esperanza (Daniel Duque, Daniel Carvalho y Luis Bernardo Vélez) tenían que escoger a uno de los suyos para la presidencia del Concejo. Se dividieron en dos grupos irreconciliables de a cuatro.

Ni el propio Uribe pudo conseguir el milagro de juntar a los ocho para lograr la mayoría.

Por un lado estaba un grupo que respaldaba el nombre de Paulina Aguinaga y por el otro iba el que apoyaba a Simón Molina.

Uribe hizo hasta lo último para impedir la derrota. Envió a Gabriel Dib al Concejo, como emisario suyo, para tratar de solucionar el enfrentamiento entre los dos bandos uribistas.

Como Dib no logró su objetivo, se sugirió que fueran entonces los tres concejales de la Coalición de la Esperanza los que resolvieran el empate.

Y en efecto, los tres de la Coalición de La Esperanza, votaron por Molina.

Entonces la concejal Aguinaga, respaldada por su grupo de Albert Corredor, Lina García y Natalia Vélez, entró en furia. No admitió que otro partido resolviera sus diferencias.

Aguinaga y sus seguidores se fueron del recinto en medio de la batalla.

En ese momento los uribistas quedaron en completa minoría y lo perdieron todo.

A eso se agregó que la concejal Dora Saldarriaga retiró su apoyo al uribismo, nominó su propio nombre y votó por ella misma.

La coalición del alcalde Quintero, quien ayer estaba derrotado, terminó con nueve votos a favor con el apoyo de los conservadores, los liberales y los independientes.

Quintero, el archienemigo de Uribe, salió fortalecido sin mover un solo dedo.

En el fondo todo parece haber sido una sacada de clavo entre dos sectores uribistas: el de Luis Alfredo Ramos y Paola Holguín.

El sector de Ramos le habría cobrado a ‘los paolos’ (que apoyaban a Simón Molina) la traición de las elecciones.

En Antioquia muchos dicen que si Paola Holguín hubiera apoyado a Ramos, Quintero no habría sido alcalde. Que el ganador hubiera sido Ramos.

"En otro país lo demandarían": Daniel Quintero por propuesta de Uribe sobre EPM | Foto: Semana

Pues esta vez parece que los de Ramos no permitieron que ‘los paolos’ de Paola Holguín, detentaran la presidencia del Concejo.

El propio Uribe acaba de pedir sanción severa para los concejales de su partido que provocaron esta derrota en sus filas. Y que sea pronto.

“Hicimos inútilmente todo el esfuerzo persuasivo, el partido debe tomar las más drásticas medidas y a la mayor brevedad. Es mejor quedarse sin concejales que sin principios”, trinó Uribe.

Lo que hace el fuego amigo.