Para la importante misión, la Armada comisionó a dos de sus busques de combate, el ARC Victoria y el ARC Nariño, que cuenta con artillería pesada y que son los que generalmente patrullan las aguas del Pacífico y Caribe nacional para defender la soberanía colombiana y atacar el narcotráfico, la pesca ilegal, entre otras formas de crimen organizado.
La navegación para llegar al punto de encuentro con el George Washington fue de aproximadamente tres días en alta mar, hasta un punto cuyas coordenadas solamente las tenían los oficiales de alto rango de los buques colombianos, por aquello de la seguridad del portaviones norteamericano.
La velocidad durante los casi tres días de navegación hasta llegar a donde estaba el portaviones fue de 15 nudos en promedio, es decir, unos 30 kilómetros por hora sin parar.
Al llegar al sitio, en aguas del pacífico nacional, a varios kilómetros de Bahía Málaga, en el Valle del Cauca, desde donde zarpó el buque de combate ARC Victoria, las poderosas embarcaciones se pusieron en posición de combate.
Todas las maniobras giraban en torno al George Washington, que llevaba 9 años sin pasar por aguas colombianas, la última vez que estuvo en océanos de nuestro país fue en el 2015.
El monstruo del mar, como lo bautizaron algunos marines colombianos que lo vieron por primera vez, traía consigo más de 75 aviones de guerra de última generación, F35 y F18, además de un avión patrullero (inteligencia) y helicópteros MH60, que son los hermanos navales de los Black Hawk que tiene Colombia.
El asombro no era para menos, el portaviones tiene unas dimensiones descomunales, cuenta con 332 metros de eslora (largo), 40 metros de manga (ancho), y se desplaza con 100 mil toneladas de peso, además cuenta con dos reactores nucleares que le dan autonomía ilimitada para navegar por el mar; tiene una capacidad para hospedar 5.000 personas, lo que lo convierte en una verdadera ciudad flotante; sus hangares están dotados para hacer reparaciones de alta complejidad por si alguno de los aviones presenta novedades.
“Estamos realizando posiciones tácticas de cobertura y protección al cuerpo principal, que es el portaviones George Whasignton”, dijo el capitán de Navío, Fredman Jiménez, comandante del ARC Victoria.
Agregó que: “vamos a hacer varios ejercicios aéreos, ejercicios aeronavales, ejercicios de interdicción marítima y ejercicios no cooperativos en el mar, estas formaciones son bajo una guerra regular que se pueda presentar donde nosotros actuamos como flota y efectuamos ejercicios con todas nuestras flotas navales”.
Dentro de las novedades en esta operación de ejercicios navales se contó que quien estuvo a cargo de las maniobras militares del ARC Victoria fue una mujer, la experimentada capitán, Luz Perla González, jefe de operaciones.
“Estoy siguiendo los pasos de otras oficiales superiores que en el pasado nos han representado en estos ejercicios de una forma sobresaliente a la Armada, para esta operación nos preparamos aproximadamente durante un mes”, dijo la oficial.
Pero el complejo ejercicio naval no solamente contó con buques de guerra, el ARC Victoria cuenta con la capacidad para transportar en cubierta un helicóptero, un Bell 412, que fue desplegado sobre el pacífico para darle paso por primera vez en la historia de la Armada para que un helicóptero de guerra norteamericano aterrizara en un buque colombiano.
“Lo que hicimos fue una operación internacional donde una aeronave de los Estados Unidos procedió hacia la unidad a flote para certificarla acuerdo a regulaciones internacionales, uno de los buques de la Armada de Colombia”, dijo el teniente de navío, Marlon Palmera, piloto del helicóptero Bell 412.
Otras de las operaciones que se realizaron conjuntamente entre las armadas de Colombia y Estados Unidos fue simular un rescate de un asalto por parte de piratas marítimos a uno de los dos destructores que acompañaban al portaviones.
Tras dos días de ejercicios militares, el portaviones George Washington terminó su misión en Colombia y siguió su rumbo hacia Estados Unidos a la espera que la Casa Blanca le dé una nueva misión para demostrar su poderío militar a nivel mundial.
Los movimientos navales de Estados Unidos se dan en momentos que los que medios de noticias internacionales han reportado la presencia de submarinos rusos en la isla de Cuba.