En una operación simultánea entre la Policía Nacional y la Fiscalía general de la Nación que se adelantó en Pereira, Risaralda, se logró desarticular una organización criminal dedicada al lavado de activos al servicio de narcotraficantes asociados con el grupo armado organizado “Clan del Golfo”, con la captura de cuatro de sus integrantes entre los que se encontraba su cabecilla conocido como El Doctor.
Hipólito Mendoza Zea, alias El Doctor, fue capturado con tres de sus colaboradores en las ciudades de Medellín (Antioquia) y Santa Marta (Magdalena), quienes entre 2011 y 2020, habrían estructurado más de 11 empresas que registraron un patrimonio en activos superior a los 109 mil millones de pesos, a través de las que dinamizaba el lavado de dinero producto del narcotráfico mediante la construcción de obras civiles, producción en haciendas ganaderas y contratación con administraciones departamentales y municipales.
Su modus operandi consistía en ofrecer un portafolio de servicios a narcotraficantes para la creación de empresas fachada en asocio con profesionales corruptos con los que diseñaba maniobras estratégicas de lavado de dinero; para esto contaba con profesionales en contaduría pública, ingeniería civil y administración de empresas, responsables de crear artimañas financieras y comerciales que impidieran el rastreo por parte de las autoridades y evitar las alertas de movimientos sospechosos en el sistema financiero.
Varios meses de investigación revelaron que El Doctor era el cerebro de la organización criminal, brindaba sus servicios a narcotraficantes inversores, varios vinculados con el Clan del Golfo, a quienes les había creado empresas en sectores productivos como la construcción, hotelería, alumbrado público y agropecuario en varios lugares del país.
Sus colaboradores eran especialistas en maquillar estatutos, modificar los registros contables de empresas fachadas, con el fin de mostrar falsos historiales crediticios o proyectos financieramente sostenibles para facilitar la autorización de créditos de altas sumas de dinero con empresas públicas del sector financiero.
El coronel José Restrepo, subdirector de Investigación Criminal e Interpol señaló que el grupo especial que estuvo tras la pista de esta organización evidenció que sus alianzas ilegales se remontan al año 2009, época en que brindó asesoría a testaferros y colaboradores de los hermanos Castaño Gil, vinculados con el apoderamiento forzado de haciendas ganaderas en la región del Urabá antioqueño.
Dentro su asesoría criminal se encuentra la realizada al hoy capturado John Fredy Zapata Garzón, conocido en el mundo criminal como “Candado o Messi”, narcotraficante asociado con el Clan del Golfo, a quien le extinguieron el derecho de dominio de 7 de sus empresas y 33 inmuebles, avaluados aproximadamente en 4,2 billones de pesos a finales de 2020.
A esta organización estratega en temas de finanzas que estaba manchada con la sangre de las víctimas del Clan del Golfo, que tiene mayor injerencia en el Bajo Cauca Antioqueño, se le afectó con medida de embargo, secuestro y suspensión del poder dispositivo de 3015 bienes muebles e inmuebles, ganado, sociedades y establecimientos de comercio avaluados comercialmente en más de 250 mil millones de pesos, ubicados en los departamentos de Cundinamarca, Atlántico, Córdoba, Antioquia, Vichada, Boyacá, Meta, Quindío y Risaralda.
Alias El Doctor y sus colaboradores fueron presentados ante un juez de control de garantías, quien legalizó su captura y un fiscal especializado contra el lavado de activos les imputó cargos por los delitos de enriquecimiento ilícito de particulares, concierto para delinquir agravado, lavado de activos agravado y asesoramiento a grupos delictivos y grupos armados organizados.
Por su parte la fiscal delegada para las finanzas criminales, Luz Ángela Bahamón, señaló que estás personas que se encargan de lavar dinero son catalogadas como narcos invisibles, no solo lavaban dinero del Clan del Golfo sino también de la organización conocida como La Oficina.
Restrepo resaltó que el presente resultado operacional constituye una afectación estructural contra organizaciones ilegales con diversas modalidades empresariales, que se instalan en regiones de influencia criminal para desarrollar sus estrategias de lavado de activos, monopolizando el comercio regional y obteniendo contratos con el sector público a través de terceros, buscando garantizar una mayor rentabilidad económica.