A pesar de que no es un fenómeno nuevo, desde hace varios años se ha registrado un aumento en el tráfico de animales en el país. Se estima que después de las drogas y armas, es el tercer tipo de comercio ilegal más lucrativo en Colombia. John Tripp, un periodista de la cadena ABC de Estados Unidos junto con la zootecnista Lucy Cook viajó a Córdoba de forma encubierta a inspeccionar cómo se mueve ese mercado ilegal. Las cámaras muestran cómo en las carreteras del departamento varios individuos venden osos perezosos y otros animales, por 30 y 40 dólares. Estas personas salen corriendo al ver vehículos “sospechosos” acercarse, ya que según el periodista “saben que lo que están haciendo es ilegal”.El periodista decide entrar a un quiosco con cámaras encubiertas para revelar cómo se mueve el negocio. Por medio de un traductor y guía, se comunican con el traficante, quien vende todo tipo de animales. Uno de los más populares y extraños que tiene en su poder es un oso perezoso de cuello blanco, con sus dos crías. Al parecer, al señor no le molestaría vender cada uno de los tres animales aparte, a pesar de que los cachorros se aferran al cuerpo de su madre.Las sorpresas no paran allí. Cuando Tripp y Cook preguntan por la forma en que deben alimentar al animal, el vendedor indica que con leche de vaca. La zootecnista, un poco conmocionada contradice la información mencionando en inglés a su compañero que ese animal no puede ser alimentado con leche de vaca porque irremediablemente moriría. Cuando se crían en cautiverio, deben consumir leche de cabra, y además, su dieta consiste principalmente en 40 diferentes tipos de plantas que son difíciles de proveer cuando se le tiene como mascota, agrega.A medida que se hacen más preguntas, el ambiente empieza a ponerse tenso. Sin embargo, los traficantes admiten que la mayoría de animales son vendidos a turistas. El programa incluye imágenes de la organización PETA que registran osos perezosos muertos llegando a Texas, Estados Unidos. Al sentirse amenazados, los periodistas, muy a su pesar, compran los tres perezosos por 120 dólares, contribuyendo así, sin quererlo, al tráfico de especies. Sin embargo, durante su recorrido por el noroccidente colombiano, visitaron un santuario de recuperación, donde animales liberados se reintegran poco a poco a la naturaleza. El equipo contactó a la directora del lugar, quien decidió devolverlos inmediatamente a la naturaleza al ver el buen estado de salud en el que se encontraban. Las cámaras registran cómo poco a poco la madre trepa a la parte más alta del árbol con sus dos crías. Las autoridades en el país indican que es difícil precisar cuántos perezosos son capturados ilegalmente para la venta. La última cifra oficial del Grupo Investigativo de Delitos contra el Medio Ambiente de la Dijin, indica que en 2005, solamente en Medellín, se incautaron 254 perezosos. De esos, 88 habrían entrado a centros de rehabilitación por las malas condiciones físicas y psicológicas en las que se encontraban al momento del rescate.Ver video