El director de Antinarcóticos de la Policía Nacional, general Nicolás Arrieta Zapata, reveló en SEMANA la manera como se está comercializando el fentanilo en Colombia, una sustancia que es 50 veces más potente que la heroína y puede llevar a la muerte al consumidor.
En esta región, el opioide está limitado al manejo hospitalario para tratar dolorosas enfermedades. Sin embargo, en los últimos días, algunos sujetos lo están desviando irregularmente para el uso recreativo sin medir las peligrosas consecuencias.
Los investigadores han identificado dos puntos de emisión del fentanilo. En primer lugar, hay 89 denuncias que advierten sobre el robo del medicamento desde las clínicas. Además, sujetos estarían burlando la seguridad de las fronteras para ingresarlo de manera ilegal.
En el último caso, la sustancia está llegando en ampolletas camufladas en encomiendas provenientes de Estados Unidos, Argentina, Chile, Uruguay y Ecuador con destino a Sucre, Risaralda, Antioquia, Bolívar, Valle del Cauca y Norte de Santander, donde la han incautado.
El general Nicolás Arrieta Zapata indicó que, de una unidad, salen hasta veinte porciones: “Una dosis puede estar costando entre $250.000 y $400.000, más o menos. Eso hace entender que la persona que accede a ella no es una persona de bajos recursos”.
Los estudios preliminares pondrían en evidencia que el fentanilo estaría siendo mezclado en Colombia con estupefacientes. La presentación más común es con tusi –la denominada cocaína rosa– que lo convierte en un coctel tóxico. Así se ha encontrado en Medellín.
El director tiene información que sostendría que las ventas estarían concentradas en las redes sociales por medio de mensajes cifrados: “Tenemos identificados 400 perfiles de internet que estaban comercializando este tipo de drogas sintéticas”.
Para frenar la circulación, la entidad está capacitando a sus hombres y caninos para que puedan identificar la sustancia que supone un reto mayor para la institución. Ellos han recibido formación de expertos mexicanos y estadounidenses.
Las primeras apariciones del fentanilo en Colombia
El Sistema de Alertas Tempranas de Colombia encendió la primera alarma por el uso irregular de fentanilo en agosto de 2022 en Bogotá y Cartagena. Sin embargo, ese mismo año, el Ministerio de Justicia compartió un informe del Instituto Nacional de Medicina Legal donde se confirmaron cinco muertes asociadas al consumo recreativo del opioide.
En el aeropuerto El Dorado descubrieron una sustancia de color beige impregnada en un papel proveniente de Estados Unidos dirigida hacia el municipio de Itagüí (Antioquia). Tras poner la lupa, la Policía Nacional confirmó que tenía en mayor proporción heroína y fentanilo, también una menor cantidad de un análogo de este último: p-fluorofentanilo.
Mientras que un hospital de la ciudad de Cartagena le informó al Ministerio de Salud sobre la intoxicación de un paciente por una aparente sustancia psicoactiva en polvo blanco que fue analizada por un grupo de expertos, en un laboratorio químico se concluyó que se trataba de hidroxitiofentanilo –otro material análogo del opioide–, éxtasis y ketamina.
En cuanto a las muertes, la Dirección de Antinarcóticos desconoció que en el país se hayan reportado fallecimientos producto de la sustancia. No obstante, Medicina Legal analizó datos entre 2013 y 2020 en los que “identificaron cinco muertes asociadas al consumo de fentanilo, sustancia que no tenía referencia conocida de mortalidad en el país”.
Sí hay consenso en el número de intoxicados. Al menos 146 personas han consultado en centros médicos por problemas relacionados con el opioide. Los síntomas frecuentes son analgesia, euforia, ansiedad, desorientación, sedación, hipotermia, somnolencia, dilatación pupilar, bradicardia, parálisis de movimientos intestinales y depresión respiratoria.