La información que tenían los investigadores los llevó a una casa de familia en el municipio de Ipiales, en el departamento de Nariño. Las fuentes señalaban que en esa vivienda se estaba preparando un cargamento de atún impregnado de cocaína, en latas, como si se tratara de una modesta importación de un naciente emprendimiento pastuso.
La Fiscalía adelantó la investigación, se hicieron las verificaciones del caso, se contrastaron las fuentes de información y todo era confirmado. La casa de familia realmente era la guarida de unos traficantes que tenían una misión clara: sacar cocaína de Colombia a destinos como Europa o Estados Unidos.
“Las acciones investigativas realizadas por la Fiscalía General de la Nación, a través de la Dirección Especializada contra el Narcotráfico y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) permitieron detectar un cargamento de cocaína que iba empacado en latas de atún”, dijo la Fiscalía una vez culminaron los operativos y el hallazgo fue voluminoso.
Con la información confirmada y los datos exactos de dónde están cambiando atún por cocaína, se planeó un operativo con el apoyo del Ejército. El objetivo era hacer un allanamiento en la vivienda, encontrar el narcoatún y a los responsables de esta modalidad de tráfico de estupefacientes.
“El trabajo articulado, que contó con el apoyo del Ejército Nacional, permitió ubicar el estupefaciente en una vivienda de Ipiales (Nariño). En el lugar los investigadores hallaron 100 cajas de cartón que contenían los recipientes metálicos”, señaló María Elena Monsalve Idrobo, directora especializada contra el Narcotráfico de la Fiscalía.
Con el allanamiento, la inspección al lugar y el hallazgo de las latas de atún, el procedimiento a seguir fue destaparlas. En lugar de atún, cocaína; en vez de emprendimiento, una organización criminal dedicada al narcotráfico. Todo fue incautado. “En la inspección fue posible establecer que la carne de pescado había sido cambiada por 744.480 kilogramos de cocaína”.
Tras las diligencias que adelantaron los investigadores, junto con el Ejército Nacional, no solo se logró incautar las latas de atún, cargadas de cocaína, sino que se pudo establecer cuál sería la ruta para este cargamento de estupefacientes escondido en el alimento. Según la Fiscalía, la carga saldría del departamento de Nariño con destino a la ciudad de Cartagena y, de ahí, la embarcarían en vuelos a Europa y Estados Unidos.
“Juez de garantías legalizó las diligencias de allanamiento e incautación mientras que la Fiscalía continúa adelantando las indagaciones para identificar quiénes son los responsables y determinar el punto exacto a donde sería enviado el estupefaciente”, explicó el ente acusador.
De acuerdo con la información suministrada por la Fiscalía no hubo capturas en estos procedimientos, sin embargo, advierten que continúan con las diligencias de verificación para tratar de establecer quiénes serían los responsables de diseñar la absurda modalidad de tráfico de drogas y los cabecillas de la organización.
Son toneladas de cocaína las que incautan las autoridades en diferentes partes del país, que los narcotraficantes pretenden llevar al exterior. En este caso en particular, llama la atención que los traficantes, estando en una zona de frontera, pretendan trasladar la cocaína hasta el otro extremo del país, para continuar su recorrido ilegal.