Agricultura: a media máquina El gobierno de Juan Manuel Santos ha tenido voluntad política para cambiar el statu quo del campo. Uno de los primeros grandes pasos en aras de reactivar el campo fue haber aprobado la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras. La sola ley le dará un lugar en la historia al lado de otros reformadores como el de Alfonso López y Carlos Lleras Restrepo. No obstante, recuperar y restituir la tierra a los despojados es un reto gigante que tomará tiempo. Otro reto que tiene el gobierno es devolverle la vocación productiva al campo y una reforma a la tenencia de la tierra. En otras palabras, una revolución agraria. Para lograr ese objetivo, prepara un proyecto de ley para el desarrollo rural. Sin embargo, no ha sido radicado en el Congreso porque primero debe consultarse con las comunidades étnicas, lo cual se ha demorado por falta de gestión del gobierno. Falta ver si el Legislativo responde con la misma rapidez con la que tramitó la Ley de Víctimas. Y por último, el fortalecimiento institucional para el buen funcionamiento de este sector esta en veremos. El ministro Restrepo prometió una reingeniería de instituciones como el Incoder y del Ministerio de Agricultura, pero no ha avanzado . Mineria: a todo vapor La locomotora minero-energética es una fuente dinámica de generación de riqueza, clave en un país con ‘afugias’ fiscales y necesidades sociales. No es una exageración afirmar que en estos dos años esta locomotora ha movido al país y lo seguirá haciendo. En el primer trimestre de este año, por ejemplo, el sector creció un 12,4 por ciento, para este año están previstos 9,1 billones de pesos en regalías y el año pasado el recaudo del sector fue 20,3 billones, el 13 por ciento del ingreso del gobierno nacional. Y en petróleo, aunque todavía no se ha alcanzado la meta del millón de barriles diarios, desde 2010 la producción pasó de 784.000 barriles a 942.000.Además de una producción récord, el gobierno se la jugó con la reforma a las regalías. Aunque la redistribución generó ganadores y perdedores, la ley es una herramienta para combatir la inequidad y jalonar el desarrollo. Pero su éxito depende de una implementación transparente y de una buena articulación con alcaldes y gobernadores. En este sector también hay que prender las alarmas. La minería ilegal puede convertirse en fuente principal de financiación de los grupos al margen de la ley y, como tal, combustible para perpetuar la violencia en el país. La estructura institucional, clave para fiscalizar y controlar estas actividades, es una necesidad apremiante. Otro desafío es el compromiso con elmedio ambiente. Sobre la decisión de Santos de reservar 20,5 millones de hectáreas como áreas estratégicas mineras para la minería sostenible, se ha registrado que es una medida necesaria para ordenar el caos, aunque otros creen que significa la entrega de territorios estratégicos a las multinacionales. El gobierno está en mora de presentar el Código Minero para dotar a este sector de un marco regulatorio. De nada vale un boom minero si no existen reglas de juego claras para los inversionistas, si no se protege a la pequeña minería y si se deja de lado el impacto sobre el medio ambiente y la sostenibilidad.  Vivienda: con nuevo maquinista Una de las deudas históricas de los gobiernos ha sido la incapacidad de solucionar el problema estructural de vivienda. Y no es de poca monta, ya que el déficit supera el 1.500.000 de casas. Consciente de esto, y de que la construcción es un motor que genera empleo, Santos se comprometió a entregar 1 millón de viviendas. Y luego anunció que construiría 100.000 viviendas gratis para los más pobres. Pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Expertos han advertido que el arranque de esta locomotora fue lento. Santos reveló hace poco que están en construcción 320.000 viviendas y que se le ha dado inicio a megaproyectos en ciudades como Medellín, Barranquilla y Cartagena. A este ritmo dificilmente cumplirá su meta. Dado el retraso, el presidente cambió de maquinista y le entregó el reto a Germán Vargas Lleras, pero eso no ha disipado del todo las interrogantes sobre si podrán llegar a la meta. Pero más allá del millón de casas, otro es el debate que enmarca este sector. La decisión de construir 100.000 viviendas gratis es una medida de choque necesaria. Pero si el gobierno no se cura en salud y establece de manera transparente los criterios para escoger los beneficiarios, enfrentará duras críticas sobre populismo, y la utilización de la vivienda como botín político. Además, tendrá que manejar la frustración masiva de quienes no resultaron favorecidos, pues serán más los descontentos que los aliviados. Con este proyecto, que ya está sobre rieles, el gobierno se juega su capacidad de entregar resultados concretos.  Innovación ni los rieles Para el presidente Santos es claro que sin innovación no hay progreso. Por eso desde el comienzo del gobierno le apostó a aumentar los recursos para ciencia y tecnología. Este objetivo se logró parcialmente con la reforma a las regalías que destina el 10 por ciento de estos recursos a ese propósito. La directriz gubernamental busca aumentar las exportaciones, generar empleo e incrementar el porcentaje de profesionales de alto nivel, entre otras. Una iniciativa como esta, sin embargo, no arroja resultados en el corto plazo. Además, más allá del aumento de los recursos, se ha echado de menos la claridad en el cómo se van a canalizar. La comunidad científica, por ejemplo, hace unos días envió una carta al presidente en la que pidió que se comprometa a incluir a entidades como Colciencias. Infraestructura: calentando motoresA pesar de la lluvia de críticas por la falta de resultados, el rezago histórico en infraestructura, y la ola invernal, en este frente irónicamente el gobierno no lo ha hecho mal. El hecho de que en Colombia no haya una sola obra de magnitud nacional en los últimos 30 años refleja dos grandes problemas: la politización del sector y los errores en la estructuración de los proyectos que suelen favorecer a los contratistas. Más allá de esto, si bien Santos se demoró en limpiar la casa y estructurar los proyectos, el tiempo de la planeación se acabó. Es cierto que ya se adjudicaron los contratos para megaobras como los 16 Corredores para la Prosperidad por valor de 2.2 billones de pesos y están en proceso, con la Agencia Nacional de Infraestructura, 25 concesiones viales por el valor de 40 billones de pesos. Pero el papel aguanta todo y hay que ver si con planeación Santos podrá dar el ‘gran salto en infraestructura’ o si es otro saludo a la bandera. Llegó la hora de resultados, sobretodo ahora con el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Es en este frente donde el presidente puede mostrar resultados en los próximos dos años y si se reelige, podria ser el gran modernizador del país. En el ojo del huracán Juan Camilo RestrepoNadie duda de su trayectoria, experiencia y conocimiento. En 2010 muchos le apostaron a que él podría jalonar una verdadera revolución agraria. Dos años después, el impulso ha mermado, no está listo el proyecto de desarrollo rural y la restitución de tierras a las víctimas está en veremos. Restrepo es un buen formulador de conceptos, tiene peso político e inspira respeto pero le ha faltado gerencia, sobre todo en los institutos descentralizados. Juan Carlos PinzónCuando el presidente lo designó aseguró que “no existe una persona más preparada y más capacitada para asumir el Ministerio de Defensa”. Pero aunque ciertos índices indican mejoria, hay una creciente sensación de que la seguridad se le salió de las manos–caso Cauca– y que las Farc se están fortaleciendo. Pinzón tiene liderazgo pero si no mejora la situación de oden público en lo que queda del año, su situación se vuelve crítica.  Frank PearlEl ministro de Ambiente no ha podido descollar en su cartera. Tal vez por falta de diálogo, los ambientalistas no le reconocen su compromiso. Le ha faltado pronunciarse sobre los grandes debates ambientales que dominan la agenda nacional. Por último, varios se preguntan por su ‘agenda oculta’, pues está ausente la mayoría del tiempo, y hay rumores sobre su presencia en negociaciones de paz en Cuba. ‘El que tiene tienda que la atienda’.  Federico RenjifoEl ministro del Interior empezó con el pie izquierdo por la fallida reforma a la justicia y ahora es él quien debe recomponer las relaciones entre la Casa de Nariño y el Capitolio. Esta tarea no será nada fácil pues los congresistas lo describen como distante y sin muñeca política. Ha sido tal vez el primer ministro del Interior en la historia reciente que ha sido chiflado por la plenaria de la Cámara de Representantes. También le corresponde manejar la relación con las minorías y con las regiones.