El ministro de Salud, Fernando Ruiz, anunció que la segunda dosis de la vacuna de Pfizer y BioNTech será aplicada a las 12 semanas, en vez de 3, después de la primera inyección. Para la Asociación Colombiana de Inmunología (ACOI) no hay suficientes argumentos que soporten la decisión de la cartera.

En un comunicado, la agremiación señala que es importante enfatizar que las decisiones sobre cambios en los esquemas de vacunación deben tomarse con clara evidencia científica.

“El esquema de vacunación para esta vacuna es de dos dosis con 21 días de intervalo entre ambas dosis. Los estudios clínicos aportados por el fabricante para la obtención de la autorización de emergencia o los registros sanitarios que permiten su actual uso NO presentan ninguna indicación de uso por fuera del esquema autorizado”, dice el documento difundido por los miembros de ACOI.

Primero, los expertos firmantes citan un artículo de abril de este año que concluyó que no hay ventaja de retrasar la segunda dosis de dichos biológicos para reducir infecciones, a menos que la eficacia de la primera dosis no disminuya con el paso del tiempo.

Después, se refieren a un ensayo de 2021, cuando se reportó un incremento en la protección y producción de anticuerpos en los voluntarios que recibieron la segunda dosis de la vacuna de Oxford y AstraZeneca a las 12 semanas y no a las 3 semanas, pero esta vacuna es diferente a la de Pfizer y no es posible extrapolar los resultados, cuando incluso usan tecnología diferente.

En junio de 2021, como lo cita ACOI, los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos señalaron que hay datos limitados sobre la eficacia de las vacunas de ARN mensajero por fuera de los intervalos definidos y establecidos por el fabricante, que son de máximo 42 días entre la primera y segunda inyección.

Luego, el documento cita otro reporte del mismo mes, cuando se dio a conocer que “la vacuna Pfizer y BioNTech fue efectiva en un 88 por ciento, mientras que la vacuna de Oxford y AstraZeneca mostró ser efectiva en un 60 por ciento, contra la variante Delta, dos semanas después de la segunda dosis, pero que ambas vacunas fueron efectivas solo un 33 por ciento contra la enfermedad sintomática asociada con la variante Delta, tres semanas después de la primera dosis. En un análisis más reciente con 14.019 casos asociados con la variante Delta (14 de junio) se muestra que DOS dosis de cualquiera de las vacunas son altamente efectivas para evitar el ingreso hospitalario: 96 por ciento para Pfizer y BioNTech y 92 por ciento para Oxford y AstraZeneca”.

En uno de los puntos finales del comunicado, la asociación dice que si las autoridades pretenden modificar los esquemas, deben valorar el momento epidemiológico del país. Es decir, tener en cuenta la posible incidencia de variantes del Sars-CoV-2 en los contagios del país, y la información publicada que se refiera a los alcances y limitaciones de las vacunas frente a las mismas.

Es por eso que reseñan que si bien en el Reino Unido se tomó la decisión de distanciar las dosis también, en ese entonces la variante predominante era la Alpha y no la Delta. Asimismo, dicen que allí hubo una farmacovigilancia intensiva que incluyó vigilancia inmunológica al aplicarse el cambio y, por último, en el Reino Unido no incluye en su plan nacional de vacunación el uso de vacunas basadas en virus inactivados. Por eso, para ACOI no es conveniente extrapolar medidas tomadas por otras naciones con contextos de inmunización distintos.

En conclusión, los miembros de la asociación sostienen que no parece haber evidencia sólida de la decisión tomada por el Gobierno para la etapa 4 y 5 o segunda fase del Plan Nacional de Vacunación. Si bien reconocen la importancia de incrementar la cobertura, la manera, consideran, no tiene sustento científico sólido y se debe acompañar de estrategias para monitorear el impacto de la decisión.

Por lo anterior, ACOI señala que es fundamental que el Gobierno publique el ajuste al protocolo y al consentimiento informado al introducir el cambio en el esquema de vacunación. Además, que aclare el plan de vigilancia que acompañará la valoración del impacto asociado con dicho cambio en el esquema.