Adicional a los cuatro ataques contra la infraestructura petrolera de Putumayo que han ocurrido este año, las autoridades del municipio están en alerta debido a que en las veredas Campo Alegre y Naranjal, en Puerto Asís, estaría circulando un comunicado presuntamente difundido por las FARC en el que se ordena a los habitantes desocupar los centros poblados. “La comunidad, muy atemorizada, se está desplazando a otras veredas e incluso al casco urbano de Puerto Asís”, explica el secretario de Gobierno, Jaime Silva. La razón para tal accionar sería que en Campo Alegre se ubica una estación de bomberos de la empresa petrolera Vetra –blanco de ataques recientes–, mientras que en Naranjal hay un taladro de perforación de la misma compañía. El general Juan Pablo Amaya, del Comando Conjunto No. 3 que opera en Putumayo; el Gobierno departamental y la Defensoría del Pueblo afirman hasta el momento no tener información relacionada a dichos comunicados. Este 22 de julio, el ministro de Minas, Amylkar Acosta, dijo en entrevista con W Radio que la Fuerza Pública actualmente despliega un operativo en la región para garantizar la operación de las empresas petroleras que operan allí. Atentados ambientales Adicional a la zozobra de estas amenazas, las FARC perpetraron un nuevo ataque en Puerto Asís, cuando guerrilleros interceptaron un tractocamión este 21 de julio a las 8:00 a. m. y obligaron al conductor a abrir las válvulas del vehículo que trasportaba crudo a la altura del corredor Puerto Asís – La Alea, cerca de un pozo operado por la compañía británica Amerisur. El secretario de Gobierno de ese municipio, Jaime Silva, le dijo a Semana.com que los hechos ocurrieron en la vereda Camelias, a unos 32 kilómetros del casco urbano, y hubo afectación de humedales aledaños. “Con este nuevo episodio, son ya 6.000 los barriles de petróleo vertidos por acciones terroristas en el Putumayo en menos de un mes, lo cual ha significado el derrame de 240 mil galones de combustible”, indicó la Defensoría del Pueblo. Actualmente, la entidad hace acompañamiento a las labores de limpieza y recolección de crudo en las zonas afectadas por los derramamientos ocurridos a inicios de julio, con la entrega de agua potable en carrotanques a las comunidades. Sin embargo, la tarea se ha dificultado por la movilización de habitantes del sector quienes exigen mejoras en las condiciones laborales y de los servicios públicos.