Un camión transportador de azúcar sufrió un accidente cuando cubría la ruta Santa Marta-Barranquilla en la Troncal del Caribe y fue saqueado por la comunidad de Tasajera.

Según la información de la Policía de la zona, el hecho se presentó en el kilómetro 53 de la vía. Al parecer, una tractomula intentó adelantar a otro e invadió el carril contrario, chocando contra el camión de transporte.

Al notar el hecho, algunas personas en la jurisdicción de Tasajera, en el departamento de Magdalena, se aglomeraron e iniciaron un saqueo de la mercancía que llevaba el vehículo. En el hecho resultaron heridas dos personas que fueron trasladadas a un centro asistencial para ser atendidas.

De acuerdo con el reporte policial, “las personas del sector se aglomeran y proceden a recoger y llevarse el azúcar que llevaba el furgón, la cual en su mayoría quedó regada en el piso”.

Las autoridades decidieron acordonar la zona para evitar más hurtos y dar paso a un solo carril, evitando la congestión vial.

El saqueo de bultos de azúcar sigue revelando la crisis social que se vive en el municipio de Tasajera donde, hace poco más de un año, se vivió una tragedia que dejó 45 personas muertas.

Ese día un camión con 5.900 galones de gasolina se volcó y las personas, en busca de un sustento, se acercaron para saquearlo, pero poco después hubo una explosión que dejó un peor panorama para la zona.

El hecho ocurrió el 6 de julio. Un año después de la tragedia, SEMANA reconstruyó lo ocurrido y los recuerdos de sobrevivientes y familiares de las víctimas.

Cristian Escorcia perdió a cuatro primos. Ellos corrieron hacia el carro cisterna que estaba volcado a la orilla de la carretera el lunes 6 de julio del 2020. Faltaban 10 minutos para las siete de la mañana y veían en los 5.900 galones de gasolina que transportaba el vehículo la oportunidad de llevar algo de sustento para su casa, ya que completaban varios días en una difícil situación económica a causa de la pandemia y la falta de oportunidades que hay en su región.

En el kilometro 47 de la vía que comunica a Barranquilla con Ciénaga un gran mural hecho por los pobladores se rinde homenaje a 45 personas, entre ellos los primos de Escorcia, que murieron luego de que el carro cisterna del que estaban hurtando la gasolina se prendiera en llamas y abrasara con el fuego a una decena de jóvenes.

Escorcia, dijo a SEMANA, que estos 365 días han sido una tortura para su familia, ver crecer a los hijos de Keivin Samper su primo ha sido lo más difícil: “Los niños son bebes en brazos y nunca van a conocer a su papá, ni siquiera tendrán un recuerdo de él”. También manifestó que las reuniones familiares son dolorosas pues ya no están quienes le ponían la alegría a las festividades como la navidad. “Estaban en una edad prometedora, el más joven tenía 18 años y el más viejo, 20”.

Recuerda que hace un año estaban pendientes de los teléfonos, esperando saber cómo se encontraban sus seres queridos. Samper fue remitido a un hospital en Barranquilla donde murió días despues a causa de los daños causado por las quemaduras en más del 90 % de su cuerpo; en otras ciudades como Santa Marta, Valledupar, Bogotá, decenas de pacientes estaban en la misma situación.

“A nosotros nos trajeron el cuerpo de dos de los primos el mismo día, y días después los de los otros, pero lo cierto es que a diario estaban en una despedida diferente, porque empezaban a llegar los familiares de los vecinos”, relata Escorcia.

Sobrevivieron más de 20, hoy se adaptan a sus nuevas vidas, con las secuelas y las heridas de la diferencia social y los señalamientos “Muchos de los que se salvaron o los familiares de las víctimas mortales tienen que escuchar de la parte de la comunidad que lo que les pasó fue por su culpa, y eso es doloroso porque en realidad es consecuencia de una cadena de falencias y falta de oportunidades que hay en la región”, reconoce el alcalde de Pueblo Viejo.