Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, jefe del Clan del Golfo, fue capturado por las autoridades. Se trata del narcotraficante más peligroso y buscado de Colombia.
A Otoniel le venían siguiendo el rastro desde hace meses. En junio, el director de la Policía, general Jorge Vargas, había dicho que Otoniel y sus hombres más cercanos estaban aguantando hambre, debido a las operaciones de la fuerza pública.
La captura se produjo en Antioquia. En estos momentos, el presidente Iván Duque se dirige hacia ese departamento.
Sobre alias Otoniel, el general Vargas dijo en su momento: “Es la cabeza de esa organización narcotraficante (Clan del Golfo), por él se ofrecen hasta 5 millones de dólares por el gobierno de los Estados Unidos, que colabora de la mano de las autoridades colombianas en la captura de este delincuente para llevarlo ante las autoridades internacionales ante el Distrito Sur de la Florida, o la captura en Colombia. El gobierno de Colombia ofrece hasta 3.000 millones de pesos por su captura, es decir, que estamos hablando en plata colombiana 17.000 millones de pesos por este delincuente”.
La imagen más reciente de Dairo Antonio Úsuga, máximo cabecilla del Clan del Golfo, daba cuenta de lo cerca que estaba la fuerza pública de dar con el escurridizo narcotraficante más buscado del país. SEMANA obtuvo en exclusiva detalles de la Operación Agamenón, una fuerza conjunta de Policía y Ejército compuesta por más de 1.000 hombres que tiene como objetivo la cacería de este poderoso delincuente.
En los documentos de inteligencia se ven lujosas propiedades, testaferros, videos, operaciones encubiertas y todo su esquema de tráfico de drogas, armas y lavado de activos, que desnudan el actuar delictivo de este poderoso criminal y su organización. Las fotos lo muestran en una lancha Johnson de color verde, con franjas amarilla y blanca, de las que serpentean los ríos sin generar sospechas.
No habían sido pocos los intentos de las Fuerzas Militares y de Policía por dar con Otoniel y le han venido cerrando el cerco. Desde 2015, con la operación Jacob, le seguían los pasos en las veredas Yoki y Cienaguita, en el municipio de Necoclí (Antioquia), ante la presión tuvo que coger camino hacia Tierralta (Córdoba). Para 2018, la operación Salomón lo obligó a refugiarse en la zona del río Verde.
Su primer anillo de seguridad estaba compuesto por ocho hombres, varios de ellos lo han acompañado desde sus inicios en esta carrera criminal de más de 34 años cuando empezó en el EPL. Las normas son claras: no pueden usar celulares o dispositivos electrónicos, tener uno de esos aparatos les cuesta la vida. Antes de cualquier reunión les hace cambiar la ropa y botarla, su temor es ser localizado por GPS, como ha ocurrido con otros capos.
El máximo jefe del Clan del Golfo se valía de lo que fuera para no caer, incluso apela a la brujería. Lo visitaban hechiceras y chamanes con quienes hacía rituales, carga amuletos y “cinturones de protección”, como también lo hacen sus hombres de confianza.
Otoniel no improvisaba. Así como se movía entre los ríos de la región, por tierra sus desplazamientos siempre los hacía en mula o caminando, nunca usaba vías, tampoco se montaba en camionetas, sus movimientos los hacía cruzando por los caminos de herradura en el Nudo de Paramillo.
Los golpes a la cúpula de la estructura del Clan del Golfo en los últimos meses han sido duros y continuos. Fue abatido en combate Nelson Darío Hurtado, alias Marihuano, quien manejaba la red de tráfico desde Santa Marta y La Guajira hacia Europa, Asia y Centroamérica. Fue capturada con fines de extradición su hermana, Nini Johana Úsuga, alias la Negra, quien manejaba la estructura financiera y era la encargada del lavado de dólares.
Para montar la red de tráfico, Otoniel había establecido alianzas internacionales en Panamá, México, República Dominicana y Bélgica. El dosier al que tuvo acceso SEMANA da cuenta de negociaciones con emisarios de carteles mexicanos; la mafia calabresa y siciliana, en Italia; y redes narcotraficantes de los Balcanes.
No obstante, la Operación Agamenón ha logrado la incautación de 415 toneladas de cocaína, esto ha golpeado las finanzas de la organización en cerca de 2.000 millones de dólares (más de 6 billones de pesos), de acuerdo con el costo de la droga en Estados Unidos y Europa.
Al jefe del Clan del Golfo se le cuentan las órdenes de captura por cientos. En total son 132 por delitos como narcotráfico, extorsión, homicidio, desplazamiento forzado, entre otros. También tiene circular roja de Interpol y, en caso de ser capturado con vida, seguramente su destino será una prisión en Estados Unidos.
El general Jorge Luis Vargas afirmó en su momento: “El Clan del Golfo es promotor de crímenes contra líderes sociales, excombatientes, desplazamientos, reclutamiento ilícito de menores y todos los delitos asociados a la cadena del narcotráfico. Por eso, para la Policía enfrentar sin descanso a ese grupo es una máxima prioridad”.
Las autoridades tenían en la mira a Otoniel, había sido grabado a pocos metros de distancia, conocían sus movimientos, así como también tenían claro que no era un hombre fácil de atrapar. Su disciplina militar, el conocimiento de la zona donde se esconde y la colaboración de los lugareños hacían que esta fuera una misión difícil. Pero este sábado 23 de octubre, la fuerza pública propinó el golpe más duro contra el narcotráfico en lo que va del gobierno del presidente Iván Duque.