El exfiscal de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) Julián Bermeo Casas fue condenado en el proceso que se le adelantó por supuestamente exigir sobornos para entorpecer la extradición del excomandante guerrillero Seuxis Paucías Hernández Solarte, alias Jesús Santrich, quien era requerido por el Gobierno de Estados Unidos por delitos relacionados con el tráfico de drogas. En la diligencia se ordenó su captura inmediata.
En la decisión, el Tribunal Superior rechazó los argumentos de la defensa de Bermeo que consideraban que había sido engañado por los agentes de la DEA que se presentaron como emisarios del excomandante guerrillero quien en ese momento se encontraba privado de su libertad en la cárcel La Picota de Bogotá.
“La actuación del agente encubierto se ajustó a los parámetros legales contemplados por las formas en que lo regulan y porque la intervención de la fuente de la DEA no generó ilicitud alguna (...) no existen elementos de juicio para acreditar que el informante o el agente encubierto fungieron como provocadores, pues en ningún momento instigaron a la comisión de delitos que Bermeo no estuviera dispuesto a cometer”, advierte la decisión.
En este sentido se señaló que ni el informante ni el agente encubierto sembraron la idea de exigir las comisiones para entorpecer el trámite de extradición. “Frente a la intervención de la agencia extranjera se precisa que no es cierto que tuviera que agotarse un trámite especial en el marco de la cooperación internacional (...) y se enmarcó en los parámetros de la asistencia judicial”.
En la lectura del fallo se determinó que Bermeo incurrió en el delito de cohecho propio agravado (recibimiento de sobornos). A esta conclusión se llegó al darle plena validez al video grabado por el agente encubierto de la DEA que grabó la reunión que se llevó a cabo en el Hotel JW Marriot, ubicado en el norte de Bogotá, así como el momento en que el entonces fiscal recibió 40.000 dólares en efectivo para que moviera sus influencias y afectara el trámite de extradición.
“El acusado era un servidor público y recibió 40.000 dólares al retardar un trámite que se surtía al interior de la Jurisdicción Especial para la Paz y, conforme a las funciones del encausado como fiscal de Apoyo 2 para la Justicia Transicional, se concluye que tenía la competencia para ejecutar un acto contrario a sus funciones, que era torpedear el trámite de extradición de alias Jesús Santrich a través el retraso a las órdenes impartidas por los magistrados”, precisó el magistrado.
En el análisis de las pruebas se determinó que Bermeo, de manera clara, puso sobre la mesa la necesidad del pago de la comisión con el único fin de entorpecer el estudio del caso. “No se demostró que la fuente se viera obligada a pagar la suma de dinero pedida por el miedo a la condición de funcionario público, al tiempo que el doctor Casas negoció los actos de corrupción que pretendía ejecutar”.
El Tribunal encontró que no se presentaron pruebas que permitieran corroborar la responsabilidad de Bermeo en los delitos de concierto para delinquir agravado y tráfico de influencias de servidor público, hecho por el cual se emitió fallo absolutorio.
“La Fiscalía ni siquiera especificó cuál fue la conducta que desplegó el aquí incriminado, a quién influenció y si esta se soportó en su jerarquía. La imputación fue tan general y vaga que no se especificaron las circunstancias del delito”, detalló el magistrado.
El delegado de la Fiscalía General pidió una condena ejemplar contra Bermeo al considerar que con su actuar afectó gravemente la integridad de la Rama Judicial en Colombia. “No solamente enlodó a la administración de justicia, sino que causó desazón ante la opinión pública, puesto que afectó la imagen”.
Este miércoles se ejecutará la captura en contra de Bermeo. El monto de la condena contra Bermeo se leerá el próximo 9 de septiembre.