Condenatorio. Así fue el fallo contra Ricardo Andrés Carvajal Salgar por su responsabilidad en la planeación del atentado terrorista con carrobomba en la Escuela de Cadetes General Santander, registrado el 19 de enero de 2019, que dejó 22 cadetes muertos y 56 heridos.

El juzgado segundo especializado de Bogotá determinó que durante el juicio se demostró su responsabilidad en los delitos de terrorismo agravado, daño en bien ajeno, homicidio agravado, tentativa de homicidio agravado y uso de material privativo de las Fuerzas Militares.

El despacho judicial acogió la petición hecha por la Fiscalía General, que señaló que Carvajal Salgar tuvo una activa participación en la obtención de la camioneta que fue cargada con explosivos para ejecutar el atentado. En varias interceptaciones telefónicas se le escucha a Carvajal Salgar hablando sobre el arrendamiento de la bodega en la localidad de Kennedy, en el sur de Bogotá, la cual fue utilizada para cargar el vehículo con los explosivos.

En otra comunicación se escucha a Salgar hablando de la explosión, indicándole a su interlocutor que él tenía que esconderse. Visiblemente alterado, dio pistas sobre su responsabilidad y conocimiento en el hecho. Pese a que su defensa aseguró que esa no era la voz del ahora procesado, ni que estuviera haciendo referencia directa al atentado, el juzgado concluyó que las pruebas eran claras.

Igualmente se tuvo en cuenta el hecho de que en la comunicación Salgar le cambió el nombre a su interlocutor, llamándole ‘James’ –quien tendría relación directa con la guerrilla del ELN en Bogotá– y utilizó un lenguaje cifrado con el fin de comunicarle la contundencia del operativo y las acciones que iba a adelantar posteriormente.

“Acá, que estoy arriba, Dorado, Los Laches Dorado. Pues no ve que pusimos la bomba en el General Santander y tocó venirnos a encaletarnos”, señaló visiblemente alterado Carvajal, mientras la otra persona que estaba al otro lado de la línea no entendía mucho de lo que le estaba diciendo. La conversación finalizó abruptamente, pues le dice que lo están grabando.

En la conversación, el ahora condenado le señalaba que se iba a esconder en el barrio Los Laches, en el suroriente de Bogotá, dando datos que permiten inferir que había participado en la explosión de la camioneta que cargaba 70 kilos de pentolita.

Pese a que no participó en “cargar con explosivos” la camioneta, sí intervino activamente en su custodia, pagando el arrendamiento de la bodega y tomando todas las medidas para evitar llamar la atención, por lo que fue catalogado como cómplice del atentado.

Debido a esto la jueza determinó que Carvajal Salgar “prestó colaboración para ocultar el vehículo que fue usado en el atentado”. Para llegar a esta conclusión se basó en los videos de las cámaras de seguridad que registran todo el movimiento del vehículo cargado con explosivos. El mismo salió de la bodega que días antes había arrendado el ahora condenado.

En su intervención se advirtió de la gravedad de los hechos investigados y la gran destrucción que dejó el atentado terrorista.

Actualmente Carvajal se encuentra privado de la libertad en la cárcel La Picota. Desde ya su defensa anunció que apelará la sentencia ante el Tribunal Superior, al considerar que las pruebas no son claras.

En los próximos días se fijará la audiencia en la que se conocerá el monto de la condena. En su intervención la Fiscalía pidió la máxima sentencia.