Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga, fue condenado este jueves por su responsabilidad en el delito de interés indebido en la celebración de contratos. Los hechos por los que fue sentenciado se presentaron en 2016, cuando el contrato que buscaba solucionar la grave emergencia por el relleno sanitario El Carrasco, ubicado en las periferias de la capital santandereana, fue direccionado para beneficiar al ingeniero Jorge Hernán Alarcón Ayala.
Según el juez décimo de conocimiento de Bucaramanga, las pruebas documentales y testimoniales presentadas en el juicio permiten inferir que, por orden de Rodolfo Hernández, el contrato avaluado en 336 millones de pesos fue direccionado por orden precisa y exacta del entonces alcalde.
“La conclusión es que existe ese convencimiento y, por lo tanto, la sentencia será de naturaleza condenatoria”, aclaró el juez, indicado que el exalcalde será sentenciado en calidad de autor, como lo pidió la Procuraduría, y no como determinador, como lo solicitó la Fiscalía General, hecho que generará una variación en el monto de la pena.
Un centenar de correos electrónicos y una decena de testimonios de personas que tuvieron una relación directa con el mencionado contrato permitieron establecer que el alcalde de Bucaramanga buscó por todas las maneras “cuadrar” la entrega del contrato de consultoría 096 de 2016, suscrito entre la Empresa de Aseo de Bucaramanga (EMAB) y el ingeniero Jorge Hernán Alarcón Ayala.
El empresario, quien tenía nexos directos con la firma Vitalogic, se habría comprometido a pagar una comisión al mandatario por medio de su hijo. “Luis Carlos Hernández hablaba con su papá (Rodolfo Hernández) todos los días sobre cómo avanzaba el contrato”, manifestó el fiscal en sus alegatos de conclusión, al poner de referencia los correos electrónicos que enviaba el alcalde por medio de su hijo. En su intervención, manifestó que, en la declaración que rindió este jueves, el otrora candidato a la Presidencia faltó a la verdad sobre los hechos materia de investigación.
“Con su comportamiento, lesionó el bien jurídico protegido de la administración pública sin justa causa”, aseveró el fiscal, señalando que, por su capacidad, experiencia y estudios, el entonces alcalde sabía que esto representaba una ilegalidad. “Rodolfo Hernández Suárez sabía que ostentaba la calidad de funcionario público y aún así se interesó, para su provecho, en el contrato de consultoría (...) para favorecer así al oferente Jorge Hernán Alarcón”.
“Los testigos que vinieron acá dijeron la verdad y el que está diciendo mentiras el día de hoy es Rodolfo Hernández Suárez”, manifestó el fiscal al manifestar que existe coherencia en lo dicho por varios testigos frente al tiempo, modo y lugar en el que se direccionó el mencionado contrato de consultoría.
Incluso en los correos electrónicos allegados, que provenían de cuentas institucionales, se hace mención directa y clara sobre el tema de “asesorías basura”, cuando ni siquiera existía el contrato como tal. “Para su conocimiento y fines pertinentes, le reenvío este correo con instrucciones del ingeniero Rodolfo Hernández”, citó el fiscal frente a un correo enviado por una de las funcionarias al gerente de la Empresa de Aseo de Bucaramanga (EMAB).
En su intervención, en la mañana de este jueves, Rodolfo Hernández aseguró que siempre protegió los recursos públicos y, en los hechos que son materia de investigación, buscó la forma de proteger la salud de los habitantes de Bucaramanga, tomando una decisión rápida para enfrentar la crisis del relleno sanitario.
“El tal Vitalogic nunca existió”, aseguró el exmandatario en la diligencia judicial. “Nunca yo asistí a reuniones que no me correspondían (...). Puede que hubiera ido a mirar, hablar con los obreros, con el comité de reclamos. Pero ir allá a violar la norma no, nunca”.