Fuentes de la Policía confirmaron que el cabecilla del Clan del Golfo, Wilmar Antonio Giraldo, alias Siopas, murió en lo que sería una guerra interna que se desató en esta organización criminal, luego de la extradición de su jefe Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel.
Su muerte era un rumor que cada vez tomaba más fuerza, desde hace un par de semanas, pero las autoridades no tenían cómo confirmarlo; incluso SEMANA llegó a establecer que sus familiares habían pedido, a los integrantes de la estructura narcotraficante que les entregaran el cuerpo para darle cristiana sepultura.
En una interceptación de comunicaciones y con información de fuentes humanas se había conocido que los familiares de Siopas ya habrían tenido contacto con otros comandantes de la zona para exigir la entrega del cuerpo sin vida.
Sobre los recientes hechos, fuentes de la Policía indicaron que un cuerpo sin vida fue arrojado desde un vehículo en la vía entre Dabeiba y Uramita. SEMANA obtuvo una de las fotografías entregados a los especialistas de la Policía, en la que se aprecia que el rostro de Siopas, que quedó completamente desfigurado como si hubiera sido torturado.
Es de anotar que luego de la captura de alias Otoniel y tras su posterior extradición a los Estados Unidos, el Clan del Golfo se dividió generando una guerra entre alias Chiquito Malo, Gonzalito y Siopas, quienes entraron en disputas para adueñarse de las rutas del narcotráfico y demás rentas criminales que antes estaban a la cabeza de Otoniel.
El pasado 10 de febrero se conoció que un juez de control de garantías, por solicitud de la Fiscalía General de la Nación, emitió órdenes de captura contra los máximos cabecillas del Clan del Golfo, organización criminal dedicada al narcotráfico, secuestro y homicidio, y a la que el gobierno de Gustavo Petro busca le sean levantadas órdenes de captura a sus miembros en el marco de la llamada ‘paz total’.
Las órdenes obtenidas por el ente acusador ahora pesan sobre Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo; José Gonzalo Sánchez Sánchez, alias Gonzalito, integrantes del denominado Estado Mayor del Clan del Golfo y señalados como presuntos responsables de contactar e instrumentalizar menores de edad para realizar diversas conductas delictivas en el norte de Antioquia. El tercero en esta lista era justamente Siopas.
“Abundante material de prueba da cuenta de que, entre 2021 y 2023, la organización criminal ha contactado a niñas, niños y adolescentes que se sometieron a procesos de resocialización y reinserción a la vida civil, y los ha inducido para que se vinculen a la subestructura Julio César Vargas”, determinó la Fiscalía General tras las pesquisas.
Es de recordar que el Clan del Golfo estuvo detrás del secuestro de tres fiscales en Tarazá, Antioquia, recientemente, hecho además que generó crisis entre el fiscal general de la nación, Francisco Barbosa, y el ministro de la Defensa, Iván Velásquez.
El fiscal denunció que, según la versión que entregaron sus funcionarios, pasaron por varios puestos de control de la Policía y el Ejército y no fue impedido el secuestro. Tras esta situación, el fiscal Barbosa ordenó el cierre de la sede de la Fiscalía en Tarazá, al indicar que no había garantías de seguridad.
Por su parte, el ministro de la Defensa, Iván Velásquez, dijo que el fiscal Barbosa se apresuró al cerrar la Fiscalía de Tarazá e indicó que sí se contaba con las garantías de seguridad.
Es de recordar que luego de su captura en octubre de 2021 pasado, alias Otoniel, el máximo cabecilla del Clan del Golfo fue enviado a los Estados Unidos para responder por temas relacionados con narcotráfico.
Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, jefe del Clan del Golfo, fue extraditado por las autoridades colombianas a Estados Unidos, el miércoles 4 de mayo de 2022. Se trata del narcotraficante más peligroso y buscado de Colombia que purgará su pena en el denominado país del norte. A Otoniel, otrora jefe criminal del Clan del Golfo, se le vio con lágrimas pero también sonriente, tal vez escondiendo su miedo más profundo, que terminó convirtiéndose en una realidad: sentarse en los estrados y responder ante la justicia nortemericana.