El senador Ciro Alejandro Ramírez Cortés, del Centro Democrático, fue citado a indagatoria para que responda por sus presuntos nexos con la organización criminal liderada por el excongresista liberal Mario Castaño, quien recientemente fue condenado a 15 años de prisión.

Ramírez Cortés, por ahora, será investigado por los presuntos delitos de concierto para delinquir agravado, tráfico de influencias y cohecho propio, en calidad de autor. Y también por el presunto delito de contrato sin cumplimiento de requisitos legales, en calidad de determinador.

Nova Lorena Cañón ha entregado importantes evidencias sobre el caso del senador Mario Castaño. | Foto: SEMANA

La investigación -según confirmó la Corte Suprema- tiene relación directa con su presunta intervención indebida y direccionamiento de 13 contratos que tenían como objeto la construcción de obras en los departamentos de Quindío y Tolima. Por esas actuaciones presuntamente habría recibido pagos ilícitos en dinero.

Senador Ciro Ramírez | Foto: SEMANA

Todo esto se habría dado, al parecer, previa concertación con una organización ilícita de corrupción. Concretamente, estos hechos se desprenden de la investigación y proceso contra el excongresista liberal Mario Alberto Castaño, condenado por la Sala de Primera Instancia después de reconocer su responsabilidad en corrupción en procesos de contratación.

En el fallo, emitido el pasado 16 de junio, la Corte fue clara y contundente al señalar que Mario Castaño, utilizando su poder y contactos, ejerció todo tipo de presión para beneficiarse con varios contratos en los ministerios de Cultura, Deportes y del Interior. Los interesados debían hablar con él para recibirlos de manera directa con los integrantes de la “red criminal” que conformó. Por cada contrato, debían enviarle al senador un 10% del valor total.

El político, que ni sonaba ni tronaba en el Congreso, se movía como un tiburón en las aguas de la contratación pública. Así lo relata en detalle la sentencia de la Corte Suprema, que expone cómo llegó a los ministerios del Deporte, Cultura, Interior y Hacienda. También a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), así como a las alcaldías de varios municipios de Caldas, Cauca, Quindío, Tolima, Risaralda y Chocó, con sus respectivas gobernaciones. Sus tentáculos parecían no tener límite.

La esposa de Mario Castaño, Gloria Lucía Betancur (izquierda), está en la mira de la Fiscalía. La novia, Daniela Ospina Loaiza (derecha), ya se encuentra tras las rejas. | Foto: No

Como quedó demostrado en los audios revelados por SEMANA, los alcaldes, contratistas, gobernadores y hasta particulares sabían que, para garantizar el desembolso de dinero por parte del Gobierno, el camino más efectivo era llamar a Mario Castaño o fijar reuniones con la lobista Nova Lorena Cañón, su mano derecha. Ella llegó a un acuerdo con las autoridades para colaborar con la justicia y salpicó al excongresista.

En los audios, Castaño hablaba sobre la forma como debían negociarse los contratos, las comisiones y los funcionarios del Gobierno a los que se debía buscar. Prueba de esto es una comunicación del 2 de marzo de 2022, en la que le reclama airadamente a Nova Lorena por la entrega de sobornos que se le estaban dando al alcalde de Armero Guayabal, Medardo Ortega, sin su consentimiento.

“No, mija, es que eso es irresponsable, Lorena, la gente no entiende que la vida no es así, la gente nunca entiende que deben ser organizados y juiciosos. Dios me ayudó mucho dejándome formar como contador, porque yo tengo un complemento que requería para la vida”. Frente a esta situación, su lobista de confianza intentó calmarlo asegurando que buscaría la forma para que le entregaran la comisión por una obra de canchas sintéticas.

Una compleja red dedicada al saqueo del erario pone en serios problemas al senador liberal Mario Castaño. | Foto: SEMANA

Fue tal el poder de Castaño, que llegó a manejar las nóminas de entidades como la Contraloría, el Sena, la Procuraduría y el Instituto de Bienestar Familiar (ICBF) en su departamento natal.

También tenía cargos en el Congreso de la República, donde su novia, Daniela Ospina, también detenida por ser una pieza clave en el entramado de corrupción, tenía un contrato fantasma que solo demandaba un obligación: cobrar puntualmente el sueldo.

En esta red, desde la sombra, hay otro hombre de confianza, Juan Carlos Martínez, prófugo de la justicia, encargado de planear las reuniones importantes con funcionarios de alto perfil de ministerios y entidades.

Infografía de la red de corrupción del exsenador Mario Castaño, el zar del entramado de corrupción denominado 'las marionetas'. | Foto: Infografía Mario Castaño

En las interceptaciones de los agentes del CTI, se escucha la forma descarada como cuadran los contratos. “¿Qué hace, loca?”, le contestó Castaño cuando Martínez le informó que se había reunido con el candidato para un cargo en la Contraloría con una asignación salarial de 13 millones de pesos. El nombre no convencía al senador, pues necesitaba “una persona que ponga voticos”.

Para la Corte, Mario Castaño utilizó los conocimientos adquiridos como profesional de contaduría pública, así como los posgrados en finanzas y administración, para hacer el mal. “Optó por prestar su voluntad a los ilícitos objetivos trazados por la organización criminal, a sabiendas de que, con su actuar, lesionaba pluralidad de bienes jurídicamente protegidos, poniendo precisamente al servicio de intereses particulares la función que encarnaba como congresista”.

“Desde su cargo, desplegó una actitud corruptora que sembró por varios municipios del país (...). Al entrometerse en asuntos locales para amañar contratos, imponer contratistas y apoderarse de recursos públicos, trunca ese desarrollo”, señala la sentencia.

Castaño no tuvo distinción ni discriminación para apoderarse de los contratos. Por ejemplo, hizo todo lo posible por apoderarse de los recursos destinados a la UNGRD, responsable de mitigar y actuar frente a cualquier calamidad, emergencia o catástrofe.

“La situación no paró ahí, varios de los proyectos contratados para el goce de la comunidad quedaron inconclusos, lo que afectó la calidad de vida de las personas y ahondó más la mala imagen del Congreso ante la ciudadanía”, asegura el fallo. Prueba de esto es la cancha sintética de Suárez, Cauca, que nunca se terminó. De manera insaciable, les pedía a los miembros de su organización que obtuvieran más contratos para seguir exigiendo comisiones y enriquecerse.

“Tenía plena capacidad para comprender la ilicitud de sus actos”, precisa el fallo en uno de sus puntos más trascendentales, después de analizar la participación de Castaño en la presión para conseguir reuniones en los ministerios.

tanto es así, que una vez detenido y viendo cómo sus antiguos cómplices decidían aceptar cargos por este capítulo de corrupción, agachó la cabeza y le pidió a la Corte que le emitiera una sentencia anticipada. “No se tiene noticia de que hubiera ejecutado las conductas antijurídicas condicionado por algún tipo de perturbación psíquica o inmadurez psicológica que le impidiera comprender y acatar mandatos legales”, advierte la sentencia, que dejó sin piso los alegatos de su defensa.

Castaño fue condenado. Sin embargo, la historia de las Marionetas no ha terminado. Varios hechos delictivos –como la búsqueda de contratos de canchas sintéticas en los municipios de Suárez y San Diego (Cauca), así como los proyectos de Sacúdete al Parque, en Armero Guayabal (Tolima) y Villamaría (Caldas)– tendrán que ser investigados por la Sala de Instrucción, por lo que se expone a una nueva condena.

Pese a haber sufrido dos infartos en la cárcel La Picota, la Corte consideró que no se le puede otorgar la detención domiciliaria. Igualmente, le impuso una multa de 1.060 millones de pesos y la inhabilidad para contratar con el Estado. En este caso, la justicia cumplió y el corrupto Castaño se quedará en prisión.