Durante un año, en un hospital de alta complejidad de Bogotá se colectaron 90 aislamientos de dos tipos de bacterias: P. aeruginosa y Klebsiella pneumoniae, obtenidas de pacientes hospitalizados en unidades de cuidados intensivos y en unidades quirúrgicas para entender su origen, relaciones genéticas y resistencia a los antibióticos. El objetivo: hacer un seguimiento epidemiológico de precisión.
Después del aislamiento de cada bacteria, verificando que la especie a procesar fuera la indicada, se extrajo material genético o ADN y se utilizó secuenciación de nueva generación (NGS), método que permite obtener con mayor precisión el genoma completo de cada aislamiento para identificar los grupos de bacterias circulantes, sus variaciones genéticas y su diseminación exacta a través de los diferentes espacios del hospital.
“Así, encontramos que algunos aislamientos correspondían a un tipo de P. aeruginosa de características genómicas distantes de la mayoría de la que se reportan en Colombia y que se han observado en países como Argentina, y de las cuales es necesario seguir investigando cómo llegaron Colombia”, indicó el profesor Emiliano Barreto Hernández, del grupo de investigación de Epidemiología Molecular del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional (UNAL).
Cambios genéticos
Además de ese hallazgo, la investigación “Epidemiología de precisión de bacterias multirresistentes en un hospital de tercer nivel en Bogotá D. C.”, financiada por el Ministerio de Ciencia y la UNAL, permitió obtener el genoma completo de aislamiento de P. aeruginosa y K. pneumoniae, con el que se pudieron identificar las variaciones de genes asociados con la resistencia a antibióticos, entre otras características genéticas.
De acuerdo con lo reportado por la Agencia de Noticias de la UNAL, también se encontraron nuevos elementos genómicos de resistencias que nunca se habían reportado en estas bacterias, cuya presencia aumenta el riesgo de la resistencia a ciertos antibióticos.
“El análisis de los datos proporciona elementos que le permiten al hospital ver si su sistema de manejo de infecciones está funcionando correctamente, y a partir de esos datos tomar decisiones que hagan el proceso más eficiente y así evitar la propagación de estos microorganismos”, señala el profesor Barreto.
El llamado es a que, a través del uso de la tecnología NGS y la genómica clínica, los hospitales generen estrategias para tener un mayor control de este tipo de bacterias en el ámbito hospitalario.
La agencia UNAL precisó que los resultados de esta investigación se guardarán en un repositorio que permitirá gestionar los datos clínicos y genómicos, y realizar los diferentes análisis bioinformáticos.
El objetivo es permitirles a otros investigadores que generan este tipo de resultados, comparar, almacenar y analizar lo nuevo que aparezca en bacterias multirresistentes con las que se hayan reportado antes, para facilitar su seguimiento y control.
Grupo “Eskape”
Las bacterias multirresistentes a antibióticos, entre las que se encuentran Enterococcus faecium, Staphylococcus aureus, K. pneumoniae, Acinetobacter baumannii, P. aeruginosa y Enterobacter spp., agrupadas por el acrónimo “ESKAPE”, son la causa principal de infecciones que se presentan en hospitales y se estima que podrían causar 10 millones de muertes en el mundo en 28 años, según pronostican especialistas en el área.
El grupo “Eskape” está asociado con un alto porcentaje de infección adquirida en hospitales, en especial en áreas de alta complejidad y que finalmente tienen una importante incidencia en la salud de los pacientes.
Estos microorganismos han constituido un problema hospitalario por la incidencia en las infecciones en pacientes que se ha venido incrementando desde que se crearon los antibióticos; en la medida en que entran en contacto con ellos, las bacterias encuentran en su proceso evolutivo la forma de sobrevivir ante ese tipo de condiciones y se vuelven más resistentes.
Normalmente cuando un paciente llega a un hospital, según el caso, se empieza a tratar con antibióticos para controlar la infección y es ahí, en ese ambiente, donde las bacterias pueden adquirir mecanismos que les permite sobrevivir; por eso, en muchas situaciones la infección no para y el paciente muere.
El profesor Barreto recuerda que “pacientes que han salido de cirugía, que tienen heridas abiertas, o elementos como respiradores o sondas, o también aquellos cuya capacidad inmunológica es baja, tienen una gran probabilidad de que puedan ser infectados por este tipo de bacterias. Una persona con esas condiciones le permiten a la bacteria crecer, infectar y causar enfermedad”.