A la cárcel fue enviado el joven detenido el pasado fin de semana en un gigantesco operativo cuando almacenaba 163 ampolletas de fentanilo, en la casa en la que vivía junto a sus padres, en al localidad de Kennedy, en el sur de Bogotá. El juez 75 de control de garantías tomó la decisión al advertir el riesgo en la producción y distribución de esta droga.

En su decisión, se citaron las interceptaciones telefónicas presentadas por la Fiscalía General, así como el informe del operativo en el que se señalaba que fue capturado en flagrancia cuando “cocinaba” esta droga sintética en su propia casa y con el conocimiento de su familia.

Las finanzas de al menos 250.000 familias dependen de sembrar coca en Colombia | Foto: 2023 Horacio Villalobos

“Solamente necesita una cocina, unos platos, unos vasos y los insumos y listo, es como si estuviera haciendo buñuelos”, advirtió el juez. Esto demuestra, en su caso, lo fácil que es producir este tipo de droga, que también es conocida como cocaína rosada o tutsi. “Los ingresos son altísimos, es muy rentable”, reseñó el funcionario judicial al indicar que en el mercado el gramo de la mencionada droga está entre los 80 y los 120.000 pesos.

El auge de este tipo de drogas sintéticas cambió -advirtió el juez- todo el panorama de la comercialización de la droga. “No se necesita hojas de coca, ni corredores estratégicos, ni personas armadas que custodien el lugar, ni esa estructura rudimentaria”, solamente es necesario contar con una vivienda, con su respectiva cocina, los insumos y un lugar para almacenar.

Un trabajador rocía cal sobre hojas de coca trituradas mientras se procesan en pasta de coca en el "laboratorio". | Foto: (c) Copyright 2023, dpa (www.dpa.de). Alle Rechte vorbehalten

Advirtió que en el tema de los insumos que utilizaba el joven para la producción de esta droga, teniendo en cuenta que la mezcla de productos de uso restringido y medicamentos controlados es la que le da el color característico no se consigue fácilmente. “Puede haber manos de corrupción para que los encargados de almacenarlos ilegalmente puedan sacarlos a venderlos para personas que los necesitan para fines de la elaboración del denominado tusi”.

Las fotografías reveladas por el fiscal del caso en la audiencia de imputación de cargos revelaron la forma irregular en la que almacenaba la droga sintética, “sin el menor cuidado, combinando todo tupo de químicos, entre los que se encontraban, incluso, hasta de componente veterinario”.

Por esto se advirtió que en ningún momento tuvo en cuenta la salud de los “consumidores” ya que lo único que le importaba era enriquecerse.

(Photo by JOAQUIN SARMIENTO / AFP) | Foto: AFP or licensors

“Son mercaderes de la muerte los que se encargan de realizar este tipo de sustancias”, advirtió el juez. “No me interesa lo que le pasa a la comunidad (...), no me importa con lo que yo estoy produciendo para afectarlos. Lo que me importa es que tengo dinero”.

El joven, de quien se sabe es bachiller, continuó de manera prolongada con su empresa criminal, de la mano de su compañera sentimental y sus familiares. Esto motivado por los buenos ingresos que recibía y del auge del negocio. “No hay ninguna garantía que este producto no ponga en riesgo la vida de las personas, ya que lo mezclan con alcohol, con marihuana y rivotril. Este tipo de emprendimientos ilícitos son casi de un mercader de la muerte”.

Igualmente, le hizo un llamado al Gobierno para que abra un debate sobre el consumo de este tipo de drogas. “El tema de las drogas sintéticas está en muchos, lo grave es cómo se elabora y cómo llega a las calles. Ahí el Gobierno debe hacer una campaña fuerte para advertir a los niños, adolescentes y adultos de la forma en cómo pueden visibilizar que lo que están adquiriendo y consumiendo es nocivo para su salud. Es que miren la forma en cómo se entrega a sus manos si ningún tipo de miramientos”.

Por cada saco de 12 kilos recibe el equivalente a alrededor de $1,50. Un trabajador puede cosechar unos 20 sacos de hojas de coca al día. | Foto: (c) Copyright 2023, dpa (www.dpa.de). Alle Rechte vorbehalten

“Es el momento de reflexionar, de hacer un alto y mirar el contexto de Colombia y si efectivamente debe hacerse un análisis diferente al contexto y de verificar que hay un riesgo para la comunidad y las víctimas”, añadió el funcionario judicial mientras resolvía la solicitud de medida de aseguramiento.

La Fiscalía General le imputó los delitos de concierto para delinquir; y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.