Por considerar que durante los dos años de juicio se comprobó la participación directa en los delitos de violencia intrafamiliar y acceso carnal violento, los dos agravados, la Fiscalía General pidió emitir este miércoles fallo condenatorio en contra del médico cirujano Antonio Figueredo Moreno.
En su extensa intervención la fiscal del caso reveló el infierno que vivió durante varios meses la joven médica bumanguesa María Paula Pizarro quien sostenía una relación sentimental con el prestigioso cirujano cardiovascular.
En los meses que duró la relación el médico -quien sea dicho de paso seguía casado- se aprovechó de su prestigio, fuerza y capacidad académica para manipular en más de una oportunidad a la joven. La violencia psicológica, así como la física, estuvo presente en varios episodios de la relación entre los meses de agosto y noviembre de 2021.
La fiscal, en sus alegatos de conclusión, detalló que existieron tres eventos en los cuales Figueredo golpeó con fuerza a María Paula en ataques de celos. Tras la primera golpiza, en agosto de 2021, ella se alejó y pensó en denunciarlo pero la promesa de “no lo volveré a hacer” hizo que se reanudara la relación.
María Paula reconoció que efectivamente ella estaba muy enamorada y por eso lo perdonó, situación que -según advirtió la delegada de la Fiscalía General- a que Figueredo se creyera con el derecho de seguir manipulando a su pareja.
“Esa violencia consistió en doblegar la voluntad de la víctima mediante el uso de la fuerza después de haberla agredido física y psicológicamente, y que ante los constantes manifestaciones de rechazos y gritos de la víctima”, detalló la fiscal.
Entre estas manipulaciones estaba el control por la forma en cómo vestía, con quién se veía o chateaba, así como por sus publicaciones en sus redes sociales y el comportamiento en público. Igualmente, en la temática sexual como realizar un trío.
En esa oportunidad, María Paula se negó, sin embargo, después le dijo, a modo de broma -como enfatizó la fiscal- que si aceptaba pero si era con otro hombre. Mientras esperaba que Figueredo reaccionara al chiste este cambió de humor y la atacó.
“Él se puso histérico, se salió de control y ahí fue cuando él, encima mío, me pegó un puño en el brazo izquierdo. Él me empezó a pegar puños en el estómago y me escupió en la cara. Él empezó a decirme ‘perra, zorra’, porque le había propuesto un trío con otro hombre, cuando en realidad no lo quería”, señaló la fiscal al citar la declaración de la víctima.
“Después de eso, su señoría, como bien lo manifestó la víctima acá en la audiencia pública, se sentía humillada y no se sentía bien, pero era tal el amor que ella sentía por Antonio, que lo perdonó y creyó en la palabra de él”, reseñó la delegada del ente investigador en sus alegatos.
Según relató en el juicio la misma víctima, durante meses fue sometida a humillaciones públicas y control por parte del médico Figueredo. Teniendo en cuenta que el médico seguía casa y no estaba en ningún trámite de divorcio empezó a presionar a María Paula para que no contara absolutamente nada a nadie.
“Como si no fuera poco, su Señoría, después de maltratar de esta manera a María Paula Figueredo la amenazó para que no contara sobre la relación sentimental que ellos dos tenían y lo que había sucedido ese 29 de agosto del 2021″, precisó. Para esto “la amenazó con publicar unas fotos que él tenía de ella desnuda y además echar de la clínica al doctor Camilo Pizarro, padre de la víctima y a la propia víctima”.
Esto teniendo en cuenta el poder que tenía dentro de la Fundación Cardiovascular ubicada en Bucaramanga. Pese a lo manifestado durante el juicio por parte de la defensa del acusado lo cierto es que -según advirtió la fiscal- si se pudo comprobar la “existencia de una relación sentimental extramatrimonial entre el señor Antonio Figueredo y María Paula, que se caracterizó por una clara e inequívoca vocación de estabilidad reflejado en los planes, proyectos y promesas a futuro”.
Teniendo en cuenta varios testimonios, la fiscal indicó que “tenían planeado irse a vivir juntos a la ciudad de Bogotá y conformar una familia, deseando tener una hija llamada Macarena. Frente al agravante, se logró probar, su señoría, que la acción estuvo motivada en el hecho de que la víctima fuera una mujer”.