Desde Europa, donde se encuentra de vacaciones, el presidente electo Gustavo Petro anunció como nuevo embajador de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas (OEA), al exmagistrado Luis Ernesto Vargas.
El nuevo diplomático, quien reemplazará a Alejandro Ordóñez, tiene una amplia hoja de vida en materia jurídica.
Fue presidente de la Corte Constitucional y además magistrado en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, una dignidad que Gustavo Petro respeta porque le devolvió sus derechos políticos tras la destitución por más de 15 años que profirió en su contra el exprocurador Alejandro Ordóñez tras el escándalo de las basuras en su época de alcalde de Bogotá.
Vargas es tolimense, específicamente del municipio de Cajamarca. Estudió derecho en la Universidad Libre y adelantó una especialización en derecho de familia en esa institución universitaria. Sin embargo, en la Universidad de Zaragoza, en España, se doctoró en derecho privado, derecho de la persona y la familia.
Su hoja de vida es amplia. Empezó como juez promiscuo de Suesca, Cundinamarca. Posteriormente, se convirtió en juez civil municipal de Bogotá y magistrado encargado del Tribunal Superior de Bogotá. Hace 14 años llegó a la Corte Constitucional y alcanzó su presidencia.
El exmagistrado Luis Ernesto Vargas no es político. Al contrario, es un hombre de leyes. Su designación como embajador ante la OEA lo convierte, casi que de inmediato después de su posesión, en la cabeza visible de Colombia ante instancias internacionales adscritas a dicho organismo, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Vargas ya conoce la Corte Interamericana de Derechos Humanos. De hecho, fue relator para Derechos de Migrantes, Refugiados y Víctimas de Trata de Personas.
Es un hombre humilde, hecho a pulso, que un día soñó en convertirse en maestro y lleva más de 30 años en las aulas de clase impartiendo cátedra de derecho. Nunca –reconoció en su momento– se le pasó por la cabeza convertirse en magistrado de la Corte Constitucional y lo logró. Además, presidió la dignidad.
A finales de 2008, un magistrado amigo le recomendó que se postulara a la Corte. Lo hizo de último cuando 93 de sus colegas se habían inscrito. Pasó los filtros y entrevista y se convirtió en uno de los togados.
Recientemente, Luis Ernesto Vargas aplaudió el nombramiento de Álvaro Leyva Durán como ministro de Relaciones Internacionales de Gustavo Petro. Habemus canciller con Álvaro Leyva, quien trabaja infatigablemente por la paz en cada paso que da, sin esperar el momento en que cantaremos a todo pulmón ‘cesó la horrible noche’. Para ello solo faltan 30 días y empieza la mejor cuenta regresiva de la historia. ¡Gracias, jóvenes!”, dijo.
Su designación fue bien vista en el Pacto Histórico. La senadora Gloria Flórez reaccionó: “El nombramiento de Luis Ernesto Vargas como embajador ante la OEA es una garantía de respeto por la institucionalidad, los derechos humanos y el posicionamiento de Colombia como potencia mundial de la vida ante el exterior. Éxitos en su gestión”.