Este domingo se conoció que Juan Pablo González, señalado de abusar sexualmente de una menor de edad en TransMilenio, se habría quitado la vida en la URI de Puente Aranda, en donde permanecía recluido.
Fuentes cercanas a la Policía Metropolitana de Bogotá le confirmaron a SEMANA que González fue encontrado muerto en el baño de la URI hacia las 4:00 de la tarde de este domingo.
Aunque las primeras hipótesis hablan de un posible suicidio, todo es materia de investigación y habrá que esperar los resultados de la necropsia para conocer cuáles fueron las verdaderas causas que originaron la muerte del hombre señalado de abusar de Hilary en la estación de TransMilenio La Castellana en la noche de Halloween.
La Fiscalía General de la Nación ya inició una investigación al respecto. “El CTI de Fiscalía adelanta los actos urgentes e inició investigación para esclarecer la muerte del presunto abusador de una joven en TransMilenio. El cuerpo del presunto victimario habría sido encontrado en las celdas de la SIJIN, en URI de Puente Aranda, donde estaba recluido”, dijo el ente investigador.
González, de 42 años, había sido capturado en las últimas horas y no había aceptado cargos. En audiencias preliminares la fiscal a cargo de la investigación, por el abuso en contra de Hilary, la menor de edad que tuvo que utilizar sus redes sociales para denunciar los hechos de que fue víctima, se presentó el material probatorio en contra de González y que lo dejan como el presunto abusador de la adolescente y de otros casos que logró identificar la Policía.
“En este lugar, la víctima fue abordada presuntamente por el indiciado quien según el relato de la mujer le mostró un cuchillo, la despojó de sus pertenencias y luego la habría obligado a salir del sistema articulado de transporte para abusar sexualmente de ella”, dijo la Fiscalía al concluir las audiencias de control de garantías.
Justamente en esas indagaciones que adelantaron los investigadores, se estableció que el presunto abusador tendría otras denuncias en su contra de injurias por vía de hecho, que para el caso se traduce en actos obscenos en el sistema de TransMilenio. El problema era que seguía en libertad a pesar de los procesos que cursaban en su contra.
La Fiscalía imputó dos delitos: acceso carnal abusivo y hurto calificado y agravado. Cargos que el hombre no aceptó, y se declaró inocente de las imputaciones que hizo el ente acusador. De inmediato, la fiscal solicitó a una juez de control de garantías imponer una medida de aseguramiento por considerar que representaba un peligro para la sociedad y para la víctima.
“La Fiscalía General de la Nación, Seccional Bogotá, logró que un juez de control de garantías de Bogotá ordenara medida de aseguramiento en centro carcelario contra el presunto abusador sexual de una adolescente de 17 años en la estación de Transmilenio de La Castellana en esta ciudad”, explicó el ente acusador.
En las audiencias se conocieron los testimonios de las víctimas y no solo de Hilary por los hechos ocurridos el pasado 31 de octubre a las 10 de la noche cuando se movilizaban en Transmilenio, sino de personas que lograron reconocerlo y que señalaron que González se mostraba de manera obscena en TransMilenio.
“Como elementos materiales de prueba la Fiscalía cuenta con el retrato hablando elaborado con base en testigos; además de seguimientos de las cámaras de video del Transmilenio. A esta persona le fueron imputados los delitos de acceso carnal violento en concurso con hurto agravado y calificado. El procesado no aceptó los cargos”, explicaron los investigadores a cargo de la investigación.
El impactante relato de la menor abusada en TransMilenio
En un impactante relato en sus redes sociales, la joven de 17 años reveló que había tomado la ruta B13 que conduce al norte de Bogotá y se bajó en la estación de La Castellana. En esa misma descendió un hombre que miraba para lado y lado mientras sacaba algo de la maleta, describe la joven. En el lugar estaban solo los dos. Así que la adolescente empezó a agilizar el paso con angustia.
“Era una estación en la que no había un solo policía, ni un solo celador. Este hombre llega detrás mío y me amenaza con un cuchillo”, relata. Inicialmente todo parecía un atraco, porque el hombre, que según describe la niña, tenía aspecto de habitante de calle, le pidió que le entregara todo lo que llevaba. Así que ella se quitó un canguro –bolso pequeño– que tenía terciado sobre su pecho. Él la empieza a requisar de arriba abajo sin encontrar su celular.
Mientras la amenazaba con el cuchillo se acerca a su cuello y “empieza a decirme muchas cosas obscenas, dice que quiere coger y no sé qué. Y entro totalmente en shock y no puedo responder absolutamente nada”, indica ella, quien trataba de reaccionar frente a todo lo que estaba pasando y no podía del mismo susto.
El hombre la tomó de la mano para obligarla a salir de la estación de TransMilenio. Una vez lo logró, valiéndose de amenazas, el celular que ella escondía en su busto se asomó y sin dudarlo él se lo arrebató. La llevó atrás de la estación y allí todo empeoró.
“Se bajó los pantalones mientras me seguía teniendo amenazada y me obligó a practicarle sexo oral. Intentó tocarme por debajo del short (yo llevaba un short puesto) y acá –señala los senos–. Yo intentaba correrlo con las pocas fuerzas que tenía porque por el miedo no podía hacer absolutamente nada”, describe entre lágrimas.
Fueron dos jóvenes que caminaban por el lugar los que motivaron a que la agresión parara.