Este sábado 11 de marzo, en el sector de Guarumo, del municipio de Cáceres, Antioquia, supuestos manifestantes intentan quemar vivos a varios soldados, donde también se encontraban tres menores de edad. Durante los disturbios que se presentaron en pleno paro minero, los manifestaste rodearon a los soldados y procedieron a prender fuego al pasto para tratar de que la candela los dejara encerrados hasta poder quemarlos.
Según los soldados afectados, en el sector donde ocurrieron los hechos había tres menores de edad, entre ellas, una recién nacida. Por fortuna, los soldados lograron controlar y apagar el fuego y a su vez, sacar de las viviendas a las personas que se encontraban alrededor.
En medio de los disturbios, un soldado hizo un llamado de atención a los manifestantes que ocasionan estos daños que también afectan el medio ambiente y señaló: “Ustedes deben entender, el conflicto no es con nosotros ni con los civiles que son trabajadores”.
De acuerdo con el general Henry Sanabria, director de la Policía Nacional, fueron más de 1.000 personas que intentaron incendiar una parte de la vegetación con el fin de evitar el avance del Ejército Nacional y la Policía Nacional. Asimismo, aseguró que en el sector estuvo un control aéreo que permitió visualizar la capacidad que se tiene frente a la amenaza que está sobre la vía.
SEMANA revela audios, chats y pruebas que demuestran que el Clan del Golfo sí está detrás del paro minero en Antioquia
Si no hay minería hay paro, si no hay paro hay plomo. Esta parece ser la premisa en medio de las violentas protestas que se vienen dando en la región del Bajo Cauca y Nordeste de Antioquia. Pero lo que más preocupa es la certeza de que detrás de los hechos más violentos está la poderosa organización criminal del Clan del Golfo, dueña de gran parte de los negocios de minería ilegal en la zona, pero pocos se atreven a decirlo en voz alta.
SEMANA revela audios, chats, seguimientos e información que dejan al descubierto que en el paro minero, en el que algunos de ellos están realmente afectados, se ha infiltrado el poderoso Clan del Golfo, financiando desmanes y dando órdenes para sumarse a las protestas, de lo contrario, habría retaliaciones contra los habitantes de la zona, con la advertencia de que los tienen vigilados.
“Usted colabora y nosotros le colaboramos, pero si no quiere, gran hijueputa, allá mismo adentro en el parqueadero se lo quemamos”, en ese tono llegan las “invitaciones” a bloquear las vías. En este caso, la amenaza es contra un grupo de camioneros, y aunque ellos responden que “usted debe entender que los carros no son de nosotros, son de los dueños”, la advertencia es contundente.
“Pónganse de acuerdo, muchachos, porque nosotros llegamos pacíficamente, pero los otros no van a llegar pacíficamente. Llamen a sus patrones porque vea, yo soy el dueño de un carro de esos, y si usted me llama y me dice que si no saco el carro a bloquear me lo queman, ustedes qué creen que les van a decir sus patrones. Sáquenlo”, se escucha en un audio. Para las autoridades es claro que el Clan del Golfo está directamente relacionado.
Y hay una coincidencia, luego del asesinato de Wilmer Antonio Giraldo, alias Siopas, uno de los cabecillas de esta organización, los investigadores que estaban en la zona monitoreando e indagando lo que ocurría en el interior de este grupo supieron de la protesta que se venía y la danza de millones que estaban dispuestos a invertir para financiar los actos que en ocasiones han sido violentos.
En las interceptaciones había un mensaje claro, no era el momento de estar peleando, haciendo referencia a los enfrentamientos internos, “no nos vamos a dejar joder”. Por eso dieron la orden y enviaron emisarios para que se pusieran al frente del polvorín. En el área metropolitana dispusieron de una especie de oficina desde donde monitoreaban lo que ocurría minuto a minuto.
Los hechos violentos que detonaron no comprometen a los pequeños mineros artesanales, que también reclaman sus derechos. Pero quedó en evidencia que el cordón detonante de este paro se activó cuando el Ejército explotó y dejó fuera de servicio nueve gigantescas dragas dedicadas a la minería ilegal a gran escala.