Este domingo se confirmó la muerte de la escritora ucraniana Victoria Amelina, quien fue víctima del bombardeo con un misil ruso contra un restaurante en la ciudad de Kramatorsk, en Ucrania, en el que también estaban presentes la periodista colombiana Catalina Gómez, el exalto comisionado de paz Sergio Jaramillo y el escritor Héctor Abad Faciolince.

. | Foto: @catapluma

Nacida el 1.° de enero de 1986, Amelina era una reconocida novelista ucraniana. Escribió dos novelas y un libro infantil, y fue ganadora del Premio Literario Joseph Conrad, además de finalista del Premio de Literatura de la Unión Europea.

Victoria Amelina y Héctor Abad Faciolince | Foto: Twitter: @vamelina

De las letras al campo de batalla

Pese a que era una consagrada escritora del este de Europa, la invasión de Rusia a su país la transformó en pocos meses en investigadora de crímenes contra la humanidad.

Entonces, tras el inicio de la guerra, la autora de 37 años dejó de lado los libros para colocarse el chaleco antibalas y así documentarle al mundo lo que estaba sucediendo en Ucrania. Se convirtió en cronista de guerra para recorrer los campos de batalla buscando testimonios y juntando las pruebas que, espera, lleven a los criminales de guerra ante tribunales internacionales. “Es imposible escribir de otra cosa que no sea la guerra y ya hay demasiados periodistas más capacitados que yo para contar lo que sucede. Decidí hacer algo por los que ya no se puede entrevistar”, le dijo Amelina al medio ‘Kyiv Independent’ desde Kharkiv.

Héctor Abad Faciolince y Sergio Jaramillo resultaron con heridas tras el ataque ruso al restaurante en el que estaban en Ucrania. | Foto: Composición SEMANA

Ese cambio en su vida comenzó con la desaparición de su colega y amigo Volodímir Vakulenko, célebre escritor de literatura infantil que había permanecido en el pueblo de Kapitolivka, para cuidar de su hijo discapacitado. La zona estaba ocupada por los rusos en ese momento. Los asesinatos, las violaciones y las torturas que se comenzaron a conocer apenas las tropas invasoras se veían obligadas a retirar, la hicieron temer lo peor.

Decidió entonces que apenas fuera liberado Kapitolivka, iría a investigar lo que le había sucedido a su colega. Se contactó con la organización Truth Hounds (Sabuesos de la verdad), especializada en la recopilación de pruebas para presentar los cargos en casos de crímenes de lesa humanidad. Asistió a clases virtuales y presenciales de fiscales, antropólogos y policías. Repasó minuciosamente los estatutos de la Convención de Ginebra y los Tratados de Roma.

En septiembre pasado, apenas las fuerzas ucranianas liberaron Kapitolivka, viajó junto a un equipo de expertos para comenzar la investigación sobre la desaparición de Vakulenko y otros cientos de personas. “Sabía que habría miles de crímenes de guerra, incluso sin este caso concreto”, relató Amelina.

Así se enteró por la Policía de Kharkiv que agentes de las fuerzas especiales rusas se llevaron al escritor en la noche del 24 de marzo de 2022, en un auto que estaba identificado por la clásica “Z” de los invasores. Dos días después encontraron tres cámaras de tortura en la cercana localidad de Balakliia. En el bosque, a las afueras de Izium, apareció una fosa común con cientos de cadáveres. Amelina estuvo ahí preparando los cuerpos para la identificación y tomando fotos de los rasgos distintivos y las ropas de las víctimas.

El 28 de noviembre, cuando llegaron los análisis de ADN, se confirmó que el cadáver de Volodímir Vakulenko se encontraba en la fosa número 319 del infame cementerio colectivo del bosque.

Amelina siguió investigando, fue a ver a los padres de Vakulenko y logró hallar el diario que su amigo estaba escribiendo sobre la guerra y había enterrado bajo un cerezo del patio minutos antes de que fuera secuestrado. Se sumó a las pruebas para cuando llegara el momento del juicio.

Pero la de su amigo escritor no había sido la única historia que había marcado a Amelina. Hay otra que se relaciona con su ciudad natal, Lviv, donde nació en 1986. Ella lo explicó así en un ensayo que escribió para Arrowsmith Press: “el historiador Timothy Snyder tituló su libro sobre estas tierras entre el Báltico y el mar Negro ‘Bloodlands: Europa entre Hitler y Stalin’”.

En él relata el modo en que ambos regímenes persiguieron su proyecto utópico en su Ucrania natal, “asesinando en el proceso a millones de personas. El Terror Rojo y el genocidio ucraniano conocido como Holodomor, la matanza masiva de oficiales polacos y el llamado Renacimiento Ucraniano Ejecutado, que implicó la desaparición y matanza sistemática de cientos de escritores del país, el Holocausto y otros asesinatos masivos nazis ocurrieron aquí, en el territorio que yo llamo hogar. Estos acontecimientos convirtieron a la región en el lugar más mortífero del planeta durante las décadas de 1930 y 1940″.

Noticia en desarrollo