Lo que resultó ser un buen negocio para el excongresista Otto Bula, investigado y condenado por el escándalo de Odebrecht, fue el acuerdo que firmó con la Fiscalía para convertirse en testigo de ese proceso y, a cambio, recibir una pena de cinco años de cárcel, que se cumplieron este viernes 20 de mayo.
Bula quedó en libertad tras cumplir la pena en su contra, la última parte en detención domiciliaria.
El excongresista fue uno de los primeros capturados y condenados por este millonario escándalo de sobornos entregados por la multinacional brasileña a funcionarios públicos en Colombia, todo a cambio de quedarse con los contratos de infraestructura de la llamada Ruta del Sol 2 y otros en favor de Odebrecht.
De acuerdo con la Fiscalía y dicho por el propio Bula, fue él quien sirvió de intermediario entre el Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht y los funcionarios que en Colombia, en la Agencia Nacional de Infraestructura y el Ministerio de Transporte, tenían bajo su responsabilidad garantizar la adjudicación de los contratos.
Bula, de acuerdo con la investigación, contactó a algunos congresistas para fijar los alcances en una discusión que se adelantó en el Legislativo, para así garantizar un contrato de estabilidad jurídica y mantener los beneficios a la multinacional en los eventuales y posteriores contratos de infraestructura en el país.
La participación principal de Otto Bula en el escándalo de Odebrecht está en el contrato o el otrosí que se firmó para la construcción de la vía entre los municipios de Ocaña y Gamarra en el departamento de Norte de Santander, y por el que recibió una millonaria suma de dinero a cambio de sus gestiones con las entidades públicas del país.
“En febrero firman un contrato con una empresa que se llama Cion con pólizas de cumplimiento y garantías, con todo, para hacer un tramo en la Ruta del Sol 2, tramo entre comillas porque era un contrato simulado, no iban a hacer nada, eso era una manera para sacar el dinero”, dijo excongresista Bula en su momento.
El excongresista fue capturado en la ciudad de Bogotá y desde ese momento inició un proceso en su contra que lo dejó como responsable de una serie de delitos en contra de la administración pública. Bula no dudó en reconocer su participación en el entramado de corrupción y, por eso, no solo lo admitió ante la Fiscalía, sino que se comprometió a convertirse en testigo del ente acusador.
“Eran empresas que por la firma de ese otrosí empezaron a girar plata o hacer los contratos para que se apalancaran financieramente las campañas de Congreso y de Presidencia de la República”, señaló Bula en su declaración.
Su proceso avanzó rápido y a través de un acuerdo admitió la comisión de varios delitos y se comprometió a reparar al Estado a través de una indemnización que pagó, al igual que los cinco años de cárcel que fueron fijados en la sentencia en su contra.
A lo largo de estos años, las declaraciones de Otto Bula fueron fundamentales en la judicialización de otras personas, como el excongresista Bernardo Miguel ‘Ñoño’ Elías y otros funcionarios que tuvieron bajo su responsabilidad adjudicar los contratos a Odebrecht.