Durante la campaña presidencial, el entonces candidato Gustavo Petro aseguró que restablecería las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela y por eso, después del triunfo en las urnas, la bancada del Pacto Histórico empezó a trabajar en ese tema para que se cumpla esa promesa.
Desde Medellín (Antioquia), donde los integrantes del Pacto Histórico adelantan un retiro programático, se anunció que en agosto habrá una reunión con la Asamblea Nacional de Venezuela, con amplias mayorías del régimen de Nicolás Maduro, para elaborar una hoja de ruta que permita recomponer el diálogo entre los dos países.
La senadora electa Gloria Flórez confirmó la noticia y explicó que ese diálogo es necesario porque una de las prioridades del gobierno de Gustavo Petro es restablecer las relaciones con Nicolás Maduro.
“Nos compete acompañar el proceso para restablecer relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela porque los parlamentos representan a los pueblos. El cierre de frontera ha tenido implicaciones muy graves y por eso debemos reunirnos. Hay puntos críticos en las fronteras y ameritan que haya un diálogo entre parlamentos”, dijo Flórez.
Aseguró que esa reunión binacional será para crear un ambiente de integración y para acabar con los problemas de ilegalidad en las fronteras. “A partir del 20 de julio vamos a formalizar la invitación a la Asamblea Nacional de Venezuela para hacer ese acercamiento en una reunión binacional. Vamos a reconstruir las relaciones, tengo el visto bueno de Roy Barreras; él pidió que se presentara esa agenda binacional para restablecer las relaciones y será de buen recibo”.
Reconoció que, por ahora, no se ha establecido contacto con los parlamentarios de Venezuela, pero que en las siguientes semanas se trabajará en ese sentido con la finalidad de que el encuentro sea en agosto.
Flórez dijo que uno de los temas que se deben tocar es el de la presencia de grupos armados ilegales en zonas de frontera como el Clan del Golfo, ELN y disidencias de Farc. “Si tomamos el control de las fronteras se acabará la ilegalidad y se podrá tener ejercer soberanía en las mismas”.
El pasado 26 de junio, el presidente electo Gustavo Petro y el mandatario venezolano Nicolás Maduro revelaron que sostuvieron una conversación telefónica en la que hablaron de la importancia de la reapertura y normalización de las fronteras y pasos fronterizos entre las dos naciones, con el objeto de comenzar a recomponer las relaciones binacionales que se encuentran fracturadas.
Este hecho va en la misma vía de lo dicho por Petro durante la campaña, cuando manifestó su voluntad de recomponer los lazos diplomáticos que hermanan a Colombia con Venezuela.
El restablecimiento pleno de las vías diplomáticas entre ambos países pondría fin a más de 9 años de ruptura y marcaría un nuevo rumbo en una relación que ha estado marcada por tensiones y frustración.
El historial de tensiones entre los dos países data al menos de 2005, cuando Colombia acusó a Venezuela de dar refugio a “terroristas” de las Farc y Venezuela acusó a Bogotá de violar la soberanía nacional. Esto ocurrió durante la era Uribe-Chávez.
La relación llegó a uno de sus peores momentos en 2010, cuando el presidente Hugo Chávez anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Colombia, luego de que Bogotá denunciara ante la Organización de Estados Americanos, OEA, la presencia de campamentos de las Farc y del ELN en territorio vecino.
Por esa época, el entonces mandatario venezolano también congeló los pagos de la Comisión Nacional de Administración de Divisas (Cadivi) a varias empresas colombianas y prácticamente las quebró.
En este episodio tomó relevancia la actual senadora del Pacto Histórico, Piedad Córdoba, quien, según un informe elaborado por la Asamblea de Ecuador, aprovechó su cercanía con el chavismo para gestionar el pago de las deudas con algunos empresarios colombianos cercanos a ella, entre los que estaba Álex Saab, hoy procesado como presunto testaferro de Nicolás Maduro.