Tras la plena identificación que hizo la Fiscalía de Ánderson de Jesús Romero como un hombre de 28 años de edad, de nacionalidad venezolana y con tatuajes en los brazos, la fiscal del caso hizo el relato de los hechos que el pasado miércoles dejaron como víctima fatal al patrullero Humberto Sabogal, así como heridas a su compañero Jesús David Pineda y a un taxista.
Para la Fiscalía, Ánderson fue el responsable, junto con otra persona prófuga de la justicia, de disparar en contra de los uniformados que adelantaban un procedimiento de rutina en el sur de Bogotá. Por eso le imputaron los delitos de homicidio agravado, tentativa de homicidio, hurto calificado y agravado, y porte ilegal de armas, cargos que negó cometer.
Romero fue capturado justo cuando intentaba evitar el seguimiento de la Policía y mientras se quitaba la chaqueta para distraer a los vecinos que ya lo tenían identificado. Al presunto asesino del patrullero Sabogal no le quedó más que levantar las manos en señal de entrega, un intento de sometimiento que no fue suficiente para el taxista que llegó, herido, con un disparo en la pierna, quien sin preguntar se lanzó contra el hombre para golpearlo, una acción que repitieron varios vecinos.
“En el código, la pena prevista para el delito de homicidio agravado es de un mínimo de 400 meses y un máximo de 600 meses de prisión; el delito de porte ilegal de armas tiene un mínimo de nueve años y un máximo de 12 años de prisión, que se duplica cuando existe –como en este caso– causal de agravación”, dijo la fiscal del caso en la imputación de cargos.
Para la fiscal del caso, el señor Ánderson, presunto responsable del asesinato del patrullero Sabogal, sabía las implicaciones y consecuencias de su actividad criminal, por tanto se entiende que se encuentra en plena conciencia de lo ocurrido y así podrá entender la gravedad de las imputaciones.
“Sin embargo, y pese a ese conocimiento, en forma libre y voluntaria lesionó de esta forma el bien jurídico tutelado de la vida. De esta forma, usted también sabía que portar un arma de fuego sin contar con el permiso autoridad competente era delito”, explicó la fiscal.
La fiscal del caso leyó los resultados de la necropsia desarrollada por Medicina Legal al cuerpo del patrullero Sabogal, en el que se confirman las causas de la muerte y de las heridas que sufrió tras los disparos accionados, al parecer, por quien ahora está capturado y bajo custodia de la Fiscalía.
Adicionalmente, se presentaron en la audiencia las declaraciones de quienes estuvieron en el lugar de los hechos, como el taxista que resultó herido por cuenta de los disparos de los delincuentes y cuando trató de defender al ciudadano que era víctima de atraco en ese momento.
Tras escuchar la imputación de la Fiscalía, ni la Procuraduría, ni la defensa del ahora judicializado presentaron reparos, lo que abrió pasó a la pregunta esencial de esta audiencia: si el capturado aceptaba su responsabilidad en los delitos señalados por la fiscal del caso.
El juez hizo algunas aclaraciones con respecto a la rebaja de la pena en el evento de que Ánderson aceptara su responsabilidad en la imputación de cargos que hizo la Fiscalía; luego le preguntaron si entendía los cargos y, sobre todo, si los aceptaba, que de plano el capturado negó.