Luego de conocer que el nombre del general Jairo Fuentes, recién designado segundo comandante del Ejército, apareció en un expediente en poder de la Justicia Especial para la Paz (JEP), que reseña casos de falsos positivos, se supo en las últimas horas que no estará en la cúpula del Ejército Nacional. Así se da la primera caída de los recientes nombramientos del presidente Gustavo Petro, en la cúpula de las Fuerzas Militares, y cumple la promesa de no tener en estos altos mandos a personas involucradas en violaciones a los Derechos Humanos.
Según se conoció luego de su nombramiento como segundo en la línea de mando del Ejército, el general Fuentes habría sido señalado ante el tribunal transicional por un paramilitar desmovilizado, llamado Adolfo Guevara Cantillo, alias 101, quien lo mencionó en un testimonio en el que confesaba varias ejecuciones extrajudiciales.
Guevara Cantillo o alias 101 es un exparamilitar que antes de llegar a esta organización ilegal formó parte del Ejército, donde alcanzó el rango de capitán. Con la desmovilización empezó a contar sobre las relaciones entre las autodefensas y el Ejército, pero además de los presuntos falsos positivos que se dieron mientras estaba en las filas.
Estas versiones fueron ratificadas por alias 101 ante la JEP, en donde salpicó al general Fuentes, lo que hoy produce la caída de esta designación que aún no se había hecho oficial por parte del presidente Petro.
Los hechos por los que es señalado el general Fuentes presuntamente habrían ocurrido en 2002, en el departamento de Atlántico, cuando era la cabeza del Gaula en esa región, en donde es señalado de estar involucrado en dos ejecuciones extrajudiciales.
Según el testimonio, el comandante en ese momento era Édgar Quiñones, quien le dio la orden a alias 101, en ese momento aun en las filas del Ejército, y le pidió que le “ayudara” al ahora descabezado Jairo Fuentes.
Aunque el testimonio y la solicitud se dan en una especie de lenguaje cifrado, Fuentes habría pedido: “Hombre, yo necesito llegar donde José Gregorio, un paramilitar cuyo alias era Carlos Tijeras, a la base de él, la gente mía no sabe llegar, yo necesito que tú me lleves la gente, me recojas lo que él me va a entregar y me busques un sitio y me ayudes a legalizar”.
La respuesta de alias 101 en ese momento, y según su testimonio, fue que a cuántas personas iba a matar. Fuentes habría contestado que dos.
El testimonio es complejo, según señaló alias 101. Al llegar al campamento de José Gregorio, ya estaban dos personas amaradas y uniformadas, como ocurría con los falsos positivos a los que les ponían uniformes de combatientes, los mataban para luego presentarlos como bajas en combate.
Las dos personas habrían sido llevadas hasta zona rural del corregimiento de Orihueca, para ultimarlas en ese lugar y acomodar la escena para que pareciera que se había dado un combate legítimo.
“Los legalizan en el sentido de que del levantamiento, la necropsia, presentaron como resultados positivos. Hicieron el ‘show’ ese que hacían de fotos y toda esa cantidad de barbaridades y se fueron para Barranquilla con su resultado”, dijo Adolfo Guevara Cantillo, alias 101.
El general Fuentes está siendo investigado por estos presuntos hechos en el marco de una operación que se dio ese 2002 y que fue denominada “Gato Negro”, pero al tratarse de señalamientos preliminares, Fuentes se mantendrá en las filas del Ejército, pero no podrá asumir el cargo de segundo comandante, como fue anunciado por Petro el viernes y se esperaba fuera ratificado el próximo sábado.