Gustavo Petro será el nuevo presidente de Colombia. El líder de la izquierda, que llegó a esta contienda electoral en representación del Pacto Histórico, se posesionará como el primer mandatario de los colombianos el próximo 7 de agosto, después de derrotar en las urnas al ingeniero Rodolfo Hernández.
De acuerdo con el preconteo oficial de la Registraduría Nacional del Estado Civil, Petro obtuvo el 50,44 % de la votación total, con un poco más de 11,2 millones de votos, contra el 47,31 % (10,5 millones) alcanzados por Rodolfo Hernández.
Asimismo, la entidad electoral informó que el nuevo presidente electo ganó en importantes territorios de Colombia como los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cauca, Chocó y Nariño, así como en la capital Bogotá; por su parte, Hernández obtuvo triunfos en zonas como Arauca, Boyacá, Caldas, Cundinamarca y, por supuesto teniendo en cuenta el apoyo uribista, Antioquia.
En pocas palabras, Petro ganó en las zonas alejadas del país, consideradas también como las “olvidadas”, tales como la Amazonía, el Pacífico y el norte de la Costa Caribe, además de un territorio de suma importancia como la capital; mientras que Rodolfo se hizo con el control de las elecciones en el centro y oriente, destacando la región Andina y la Orinoquía colombiana.
La vida política lejos del ruedo presidencial
Petro inició su vida política en medio de la violencia del país, al formar parte de la guerrilla del M-19, primero como militante clandestino mientras oficiaba como concejal de Zipaquirá a inicios de la década de los 80, y luego como militante activo, en 1984. Esto lo llevó a ser condenado “por decisión de un coronel del Ejército” a 18 meses de prisión.
Luego de la firma paz con el Gobierno nacional, fue representante a la Cámara por el partido Alianza Democrática M-19, para el período de 1990-1994. Al culminar esta legislatura, Petro se añadió al gobierno de Ernesto Samper como agregado diplomático para los Derechos Humanos en la Embajada de Colombia en Bélgica, puesto que abandonó en 1996 por diferencias con esta administración.
Después volvió a Colombia para optar nuevamente por una curul en la Cámara de Representantes, esta vez por Bogotá, con el aval del Movimiento Vía Alterna. En ese puesto estuvo durante dos legislaturas (1998-2006).
Al finalizar su paso por la Cámara Baja, supo que era momento de dar el paso al Senado, a donde llegó para el período 2006-2010, bajo el apoyo del Polo Democrático.
La tercera fue la vencida
Después de 12 años de intentar llegar a la Presidencia, Petro por fin logró su cometido. El ahora presidente electo ya había participado en otras dos campañas presidenciales, siendo la de 2010 la primera ocasión en la que optó por el puesto en la Casa de Nariño.
En esa ocasión, el político se quedó con la cuarta posición de las elecciones con un total de 1.329.512 votos, es decir, un 10,13 % de la votación. En tercer lugar estuvo el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, con 1,4 millones de votos. En ese año, la segunda vuelta se disputó entre Juan Manuel Santos, quien llegó como candidato del uribismo, y el exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus, siendo el primero quien se quedó con las elecciones,
Ocho años después (2018), Petro volvió al ring, esta vez mucho más experimentado en la arena pública, ya que venía con un trabajo desarrollado entre 2012 y 2015 en la Alcaldía de Bogotá a sus espaldas. En esta ocasión, Petro obtuvo casi 5 millones de votos que le valieron para pasar a segunda vuelta, junto con el candidato del Centro Democrático, Iván Duque (7,5 millones).
Finalmente, en esta segunda elección, Duque superó a su contrincante de izquierda por más de dos millones de votos (10,3 millones y 8 millones, respectivamente), convirtiéndose así en la persona elegida por los colombianos para dirigirlos entre 2018 y 2022; por su parte, Petro, una vez más, llegó al Congreso de la República, como senador, gracias al llamado Estatuto de la Oposición.
De esta forma, el congresista de la Colombia Humana tuvo otros cuatro años para replantear su idea política, y, prácticamente, hacer una nueva campaña justo cuando acabó la de 2018; estrategia que le funcionó a la perfección, y que hoy lo tiene como el personaje que reemplazará, precisamente, al hombre que lo derrotó en 2018 como nuevo presidente de Colombia.
Cabe recordar que, de acuerdo con las palabras que el mismo Petro dio, en caso de no haber ganado, esta sería la última campaña presidencial en la que hubiera participado. “He llevado a las fuerzas de la sociedad a un punto en donde se disputó el poder, con mis ideas, con mi lucha. Como se dice popularmente los asustamos a los del poder, pero si como tantas veces ha pasado en la historia, no se pudo, entonces les tocará a otras personas, a otras generaciones”, dijo el entonces candidato hace algunas semanas.
¿El paro de Petro?
Ahora bien, aunque muchos expertos consideran que la campaña de Petro lleva los mismos cuatro años de gobierno de Iván Duque, lo cierto es que fue el último año el que mayor fuerza le dio al petrismo en Colombia, especialmente luego del paro nacional.
Los choque sociales de los colombianos en contra de Iván Duque en 2021, que iniciaron con la polémica reforma tributaria propuesta por el exministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, afectaron no solo al Gobierno nacional como tal, sino a la ideología política que este representa: el uribismo.
De hecho, es tal el impacto que dejó el paro nacional en este grupo político, que incluso su líder natural, el expresidente Álvaro Uribe, terminó 2021 con la tasa de favorabilidad más baja desde 1996: 19 %, según una encuesta de Invamer Poll. Sin embargo, en medio del paro, fue la desfavorabilidad de Uribe el dato más importante de la cultura política: un 73 % de los colombianos tenía una imagen desfavorable del también exsenador en mayo de 2021.
Sin embargo, así como el paro políticamente dejó perdedores, también dejó ganadores, siendo Gustavo Petro, y el petrismo como tal, los grandes beneficiados con el estallido social del año pasado.
Petro supo manejar de forma exitosa la indignación de los colombianos que salieron a las calles, logrando llamar la atención de cientos de personas que, cansados de las políticas actuales, vieron en la ideología de este candidato una opción de cambio en el país.
Así lo demostraron los ciudadanos el pasado 13 de marzo, durante las elecciones legislativas, en las que el Pacto Histórico se consideró como la gran sorpresa de la jornada. Al finalizar el conteo oficial de la Registraduría, la colectividad liderada por Petro se quedó con 19 curules de las 102 establecidas en el Senado, y 25 de las 165 curules que hay en la Cámara de Representantes.
Por supuesto, los afines a Gustavo Petro esperaban que estos resultados se pudieran replicar en las elecciones presidenciales; finalmente, el anhelo petrista se convirtió en una realidad.
El ‘Pacto de la Picota’ y los ‘petrovideos’
No obstante, el plan político de Petro no fue del todo perfecto, pues en medio de la campaña, especialmente a falta de meses, incluso semanas, para las elecciones, se destaparon dos grandes polémicas que eclipsaron un poco el éxito del candidato en el país: el llamado ‘perdón social’ y los ‘petrovideos’.
El primer tema se destapó el pasado abril, cuando Colombia conoció las reuniones que miembros del Pacto Histórico habían tenido en la cárcel La Picota, en Bogotá, con algunos de los personajes condenados por corrupción más populares del país.
Uno de ellos fue el exsenador Iván Moreno, quien actualmente se encuentra preso por cuenta del escándalo del carrusel de la contratación en Bogotá. El primero en tener contacto con Moreno fue el hermano de Gustavo Petro, Juan Fernando Petro, quien aseguró llegó hasta la cárcel para conversar con el político y otros presos sobre el llamado ‘perdón social’.
“Toda la conversación, con cada uno de ellos, se movió exclusivamente con lo que tiene que ver con la política carcelaria, con el problema de la humanización de las cárceles y los derechos humanos (…) Eso fue parte de la conversación, pero los temas esenciales que se trabajaron cuando hablé con estos reclusos es el problema de la humanización de las cárceles y qué significa el perdón social. Claro, eso es un tema que les interesa a ellos porque las mismas dos palabras están significando una especie de ‘segunda oportunidad’”, dijo Juan Fernando en conversación con Vicky en SEMANA, justo después de que se destapara este escándalo.
Sin embargo, las explicaciones no fueron suficientes para los contradictores del petrismo en Colombia, quienes definieron el presunto “perdón social” como un caso de compra de votos en las cárceles del país.
“Lo que está haciendo Gustavo Petro es querer comprar la adición política de criminales condenados (…) En el Pacto Histórico se juntaron todos los malos, los que aprovecharon la política para hacer negocio”, fueron las palabras de María Fernanda Cabal sobre este tema, el cual denominó como ‘El Pacto de la Picota’.
Ahora bien, luego de que esta situación se había “normalizado” debido al esfuerzo del petrismo por desligarse de las acciones de Juan Fernando Petro, quien en todo momento dijo que sus actividades no tenían relación alguna con el Pacto Histórico, se destapó una nueva polémica que, aún con más fuerza, desató la indignación y el rechazo de cientos de colombianos por la campaña de Petro: los ‘petrovideos’.
Fue SEMANA el primer medio en conocer una serie de grabaciones de reuniones virtuales en las que se destaparon todas las estrategias que tenía el Pacto Histórico para quedarse con el poder, de la forma en que fuese necesario hacerlo.
En estos videos, cuyo mayor protagonista fue Roy Barreras, el Pacto Histórico hablaba de las maneras cómo intentaría derrotar a los demás contrincantes de la campaña, incluyendo a Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria y el excandidato del Equipo por Colombia, Federico Gutiérrez.
De hecho, este último fue el que recibió en mayor parte la ‘guerra sucia’ del petrismo, con el líder del equipo de comunicaciones de la campaña de Petro, Sebastián Camilo Guanumen Parra, a la cabeza de este plan.
“Necesitamos empezar a atacar a Fico, a infundir ciertos rumores y ciertos elementos que nos sirvan en contra de Fico, así como nos los hacen a nosotros. En esta campaña no basta con defenderse solamente”, explicó Guanumen en un apartado.
Asimismo, aseguró que sería importante “empezar a generar contenido que podamos sacar por distintas redes y distintos canales de WhatsApp atacando a Fico. ¿Cómo lo vamos a atacar? Por sus relaciones con el narcotráfico, por su mala gerencia en la Alcaldía. Con las redes de poder que tiene detrás. Hay que vender a Fico como una marioneta”.
Por otra parte, también se encontraron apartes del plan gestado contra Rodolfo Hernández, en el que, además de hablar sobre el caso del manejo de las basuras en Bucaramanga, conocido como Vitalogic, y por el cual ha sido imputado el ingeniero, también mencionarían el caso de su hija Juliana, secuestrada y desaparecida por el ELN, asegurando, en varios casos, que se trata de una “mentira”.
Así, hay varias declaraciones que ponen en entre dicho la “línea ética” usada por el Pacto Histórico durante su campaña, en la que, aunque “el fin justificó los medios”, esto no fue suficiente para acabar con la popularidad de Petro y llegar finalmente a la Presidencia de Colombia.