El pasado 12 de marzo fue un día histórico en la política nacional. La oposición, por primera vez, hacía uso del derecho de réplica. Fue el día en el que la representante Juanita Goebertus controvirtió al presidente Iván Duque a propósito de la objeciones presidenciales a la JEP. La congresista estuvo acompañada por varios senadores y representantes de la oposición, incluido Antanas Mockus, también de la Alianza Verde. Su presencia en aquella alocución causó impacto por los movimientos involuntarios de su cabeza y su cuerpo a causa de la enfermedad de Párkinson que lo persigue desde el año 2008.  En aquel momento el estado de salud de Mockus volvió a ser tema nacional, y hasta en las redes sociales hubo comentarios bastante crueles en contra del senador de la Alianza Verde que él supo asimilar con su acostumbrada comunicación simbólica. No se dejó amilanar por los comentarios y siguió desempeñándose como senador a pesar de las dificultades motoras que se hacían notorias cuando intervenía en los debates.  Pero seis meses después otro video sorprendió al país. El pasado lunes, durante el Congreso del partido Alianza Verde, Mockus reapareció tras un par de meses ausente. Allí se veía con una imagen renovada, cabello corto casi que al estilo militar, y enviando un mensaje a sus copartidarios en el que destacó la sorprendente recuperación de los problemas que lo aquejaban. Con mayor fluidez en la palabra y controlando sus movimientos corporales, todos notaron el cambio a positivo que la salud de Antanas había sufrido en los últimos días.  Entonces muchos se preguntaron por el secreto de la recuperación de Antanas, que aunque nunca se curará del Párkinson, por tratarse de una enfermedad crónica, sí ha encontrado la fórmula para aliviarlo. Se conoció que hace cinco semanas se había sometido a una intervención quirúrgica cuyos resultados ya empiezan a saltar a la vista. 

Se trata de la Estimulación Cerebral Profunda, un procedimiento quirúrgico que sólo se puede aplicar a determinados pacientes de Párkinson y que Mockus cumplió las condiciones para someterse a ese tratamiento. Colombia es uno de los países con mayor experticia en esta cirugía.  Rodrigo Pardo Turriago, profesor titular de neurología de la Universidad Nacional conoció a Antanas Mockus desde que este era rector del claustro. Luego, hace 11 años, ha sido el neurólogo que ha atendido al hoy senador y quien conoce todo el proceso. Pardo es uno de los responsables de la nueva imagen de Mockus y que el temblor producto del Párkinson haya desaparecido de su cuerpo, o por lo menos se haya reducido a su mínima expresión.  Es insistente en que la cirugía no cura la enfermedad, y que tampoco se puede practicar a todos los pacientes, ni que se puede realizar desde el momento en que se origina el diagnóstico.  “Esto no obedece de la noche a la mañana. Hemos discutido la posibilidad de operar a un paciente como Antanas después de 11 años de conocerlo cotidianamente. Esto no es operese como vaya y compre un carro nuevo. Esto es un proceso muy complejo que existe una responsabilidad profesional sumamente alta”. 

-SEMANA: ¿Se puede decir que Antanas Mockus se ha recuperado del mal de Párkinson con la cirugía? -Rodrigo Pardo Turriago: La cirugía no cura la enfermedad. La cirugía hace parte de una propuesta de tratamiento escalonado en el cual se van cumpliendo ciertas etapas y los pacientes van recibiendo ciertos beneficios en el momento oportuno. Es un proceso de crecimiento con la enfermedad. La enfermedad nada la cura. La cirugía es un apoyo para los enfermos, es un apoyo para su bienestar, para su condición, pero no es una curación.  -SEMANA: ¿Por qué Antanas Mockus no fue sometido a esta cirugía cuando se le diagnosticó el Párkinson?  -R.P.T.: Se llega a la a cirugía después de un proceso muy juiciosos de seguimiento de cada uno de los enfermos, habiendo demostrado la utilidad de los medicamentos. Los pacientes que no responden a los medicamentos de manera adecuada no responderán a la cirugía, y en el caso equivocado de ser llevados  a la cirugía las consecuencias van a tener que soportar son desastrosas, perdiendo la capacidad de hablar y afectando su emocionalidad de una forma muy dramática, empeorando su condición en vez de mostrar beneficio.  -SEMANA: ¿En qué consiste el procedimiento?  -R.P.T.: La Estimulación Cerebral Profunda es una innovación técnica magnífica producto del trabajo conjunto de ingenieros, imagenólogos, diseñadores, neurólogos y neurocirujanos. Básicamente consiste en hacer una cartografía del cerebro, colocar coordenadas en el cerebro sobre las imágenes del paciente, llevarlas a un programa informático que convierte esas imágenes en ecuaciones y en líneas geométricas, y sobre las imágenes -antes de introducir electrodos en el paciente- hacer un planeamiento de los ejes de la estimulación. De tal manera que antes de ir al cráneo del paciente ha habido toda una preparación preliminar desde el punto de vista geométrico, espacial, vectorial  de enorme finura. Cuando el cirujano interviene al enfermo ya tiene un planeamiento exquisito que le permite conocer la profundidad, la inclinación, el ángulo, la dirección con total certeza. Esos son procedimientos dirigidos computacionalmente.    -SEMANA: ¿Cómo se realiza esta cirugía? -R.P.T.: Una vez el electrodo se introduce, el electrodo se activa. El neurólogo que asiste el procedimiento examina al paciente y el dispositivo electrónico va recibiendo distintos grados de sintonización hasta que el neurólogo y el paciente coinciden en el mejor punto de desempeño motor. Es decir, el paciente es examinado en vivo durante el procedimiento. Se trabaja con un paciente despierto, muy alerta y muy activo.  Durante el procedimiento el neurólogo tiene unos papeles muy importantes. Primero, verifica que la localización del estímulo sea la correcta, y segundo, verifica que la estimulación sea la precisa. De esa manera se garantiza el éxito del procedimiento.  Hay que decir que se escoge el núcleo cerebral que se va a estimular, y la decisión de la selección del núcleo -estamos hablando de milímetros o aún cantidades inferiores a los milímetros- es un proceso muy complejo que depende de la conciliación de los aspectos que se quieren mejorar con la estimulación. 

-SEMANA: ¿Es una cirugía dolorosa?  -R.P.T.: El electrodo es similar a una aguja profunda de una alta tecnología, la incisión es muy pequeña, el paciente está despierto, no se produce dolor, algún poco de incomodidad con ocasión de todos los aparatos de geonavegación que se tienen que utilizar, pero en realidad es un procedimiento cómodo y el paciente puede abandonar la clínica el mismo día en que se hace el procedimiento. No se suspende su actividad, no produce dolor, de tal manera que es un procedimiento muy bondadoso que, bien hecho, en buenas manos, genera cero riesgos.   La cirugía no cura la enfermedad. La cirugía hace parte de una propuesta de tratamiento escalonado en el cual se van cumpliendo ciertas etapas y los pacientes van recibiendo ciertos beneficios en el momento oportuno. Es un proceso de crecimiento con la enfermedad. La enfermedad nada la cura. La cirugía es un apoyo para los enfermos, es un apoyo para su bienestar, para su condición, pero no es una curación. -SEMANA: ¿Qué viene para el paciente después de la operación?  -R.P.T.: Una vez que el paciente empieza a recuperarse se rediseña su tratamiento con los medicamentos. Este es un proceso que toma un tiempo en el cual se van combinando los medicamentos con la estimulación hasta que finalmente se logra una armonía entre los dos métodos de tratamiento a partir de verificar las mejores respuestas de función motora y el mejor bienestar del paciente. -SEMANA: ¿Qué condiciones tenía Mockus para ser candidato a la cirugía? -R.P.T.: Primero, el diagnóstico estaba perfectamente definido. Segundo, la variedad era susceptible de ser intervenida con este proceso. Tercero, el paciente estaba sano físicamente, respondía a los medicamentos, muy disciplinado en la toma de sus medicamentos, y el paciente tenía una condición mental perfecta, una condición afectiva perfecta, y un ambiente propicio. Hay que entender que esto supone para cualquier paciente llevar en su cuerpo un dispositivo que tiene que aprender a manejar y que otra persona, subsidiariamente, tiene que aprender a manejar para evitar riesgos y complicaciones que pueden ser evitables.  La selección de un paciente cualquiera es un compromiso de su médico con su paciente y con su entorno, no es una decisión arbitraria. No hay favoritismos. Hay procesos médicos muy cuidadosos y el cumplimiento de unos requisitos secuenciales que una junta especial verifica antes  de dar un visto bueno sobre el procedimiento. Estamos hablando de procedimientos complejos, de tecnologías complejas, de riesgos menores pero riesgos en cualquier caso, y es preferible tener éxito en el proceso y el éxito depende de identificar correctamente al paciente. 

-SEMANA: ¿Cuántos pacientes se han intervenido como en el caso de Antanas Mockus?  -R.P.T.: Hay muchos pacientes, en este centro casi 200 pacientes que han sido intervenidos en los últimos seis años, casi todos ellos con muy buenos resultados. En Colombia han sobrevivido pacientes con muy buena función hasta por 17 o 18 años. Y en la medida en que los centros van adquiriendo mejor experticia e incorporando mejores tecnologías estamos en la capacidad de ofrecerles alivio a los pacientes por un tiempo aceptablemente prolongado. 

-SEMANA: El pasado lunes se conoció el video en el que Antanas Mockus envió un mensaje a la Alianza Verde, ¿qué impresión le generó ver a su paciente notablemente aliviado?  -R.P.T.: El video es un mensaje con intención de producir un efecto en un grupo social. Antanas ha sido un verdadero maestro en la comunicación simbólica de mucho tiempo atrás. El mensaje debe ser interpretado como una pieza más de su habilidad de comunicar, de mover ilusiones, de mover sentimientos y de generar valor. El médico que lo atiende por 11 años, en mi caso, tiene el privilegio de ver aspectos distintos en su funcionamiento intelectual, personal, emocional, motor muy cercanamente. Cuando tomamos esta decisión se verifica día a día el suceso exitoso de una decisión bien tomada.  El resultado que el público ve no es únicamente mérito del equipo médico que atiende y que propone. Es también el compromiso de un enfermo que asume con total disciplina y responsabilidad los tratamientos que se indican y cumple muy de cerca la prescripción que sus médicos sugerimos.   Atender al profesor Mockus es un reto intelectual, es un reto emocional y es un reto moral porque su compleja personalidad y su exquisita cultura exige cuidar su patrimonio cultural e intelectual como el mayor valor, aún por encima de los problemas motores.   -SEMANA: ¿Esos resultados se van a mantener o va a ver riesgos de que regresen los movimientos involuntarios?  -R.P.T.: El procedimiento que se propuso intenta mejorar su condición motora, intenta disminuir  las complicaciones del uso de los medicamentos, intenta evitar algunos problemas que surgen en el curso crónico de la enfermedad. El mérito del equipo profesional que atiende al profesor Mockus está en sintonizar los medicamentos, los estimuladores, la terapia física, la terapia ocupacional, la terapia vocal, una gran cantidad de intervenciones que reciben estos pacientes y confiamos en poder mantener por un buen tiempo, unos buenos años, esta condición. Aclaro, no estamos curando la enfermedad. Estamos apropiando tecnologías modernas  para ofrecer un mejor seguimiento a los síntomas y una disminución importante en las complicaciones que la enfermedad impone a los enfermos en forma crónica.  -SEMANA: ¿Qué enseñanzas le ha dejado estar 11 años tratando a Antanas Mockus?  -R.P.T.: Recuerdo muchos encuentros que hemos tenido en este tiempo. Recuerdo cómo fue la declaración de Antanas cuando este problema de salud fue puesto en evidencia y el entorno en el cual esto se hizo, en plena campaña política en donde generar ruido en torno de esto producía efectos electorales. Ha sido reconocido como un acto de honestidad intelectual y moral de Antanas al revelar su enfermedad, y 11 años de acompañamiento no son muchos, pero es el acompañamiento que debe recibir cualquier paciente con enfermedad de Párkinson  Atender al profesor Mockus es un reto intelectual, es un reto emocional y es un reto moral porque su compleja personalidad y su exquisita cultura exige cuidar su patrimonio cultural e intelectual como  el mayor valor, aún por encima de los problemas motores.  Como su médico he aprendido de mi paciente, he logrado un compromiso muy profundo y muy simbiótico de cómo los dos vamos avanzando en el proceso de enfermedad y destacar como una disciplina, una moral frente a su propio ser, ha permitido llegar exitosamente a este punto. Esta relación, como cualquier relación médico - paciente exige mucho compromiso, mucha discreción,mucha elegancia y en este caso mucho afecto.