Nuevamente el oleoducto Caño Limón-Coveñas, una de las principales infraestructuras petroleras del país, fue objetivo de manos criminales en dos ocasiones en las últimas 72 horas, con lo que el tubo ha sufrido diez atentados en lo corrido del año, según reportó la Cámara Colombiana de Bienes y Servicios Petroleros (Campetrol). Según un comunicado de Ecopetrol, no se conoce todavía en quién recae la autoría de ambos atentados, que se cometieron en la región del Catatumbo. La compañía dijo que “el evento produjo derrame de crudo en dos caños de esta zona. Como parte del plan de contingencia se protegió la bocatoma del acueducto del municipio de Tibú”. Puede leer: Ríos de petróleo: el ELN y su guerra contra el agua La petrolera colombiana, participada en su mayoría por el Estado, solicitó a las comunidades de los alrededores abstenerse de usar aguas de las fuentes hídricas y de acercarse al lugar del incidente hasta tanto se recupere la normalidad. Los derrames afectaron el rio Tibucito y Pozo Azul, este último un sitio turístico del departamento de Norte de Santander, ubicado a 90 minutos de Cucuta y que anteriormente era un icono de la geografía cucuteña, pero que hoy es el reflejo de la contaminación y la presencia de la minería en esa zona del país. No se descarta que los atentados hayan podido ser perpetrados por integrantes del ELN, pues históricamente este grupo guerrillero opera en esta región del país, aunque había anunciado una tregua unilateral durante la Semana Santa. Al igual, allí también actuan disidentes de las Farc, bandas criminales y de narcotraficantes.