En este departamento todos los partidos y movimientos políticos han sufrido de una u otra forma la violencia. La Comisión de la Verdad - Territorial Caquetá lleva 22 meses recorriendo esta región del país escuchando voces de víctimas y responsables de la violencia con el objetivo de comprender las razones que desencadenaron en estos hechos, pero, sobre todo, la manera en que se pueden crear barreras democráticas que eviten su repetición.
Amenazas, extorsiones, secuestros, desplazamientos, violaciones y asesinatos de ciudadanos desembocaron en el cierre de los pocos espacios de democracia en el territorio que permitían encontrar salidas pacíficas: “Todos esos hechos han generado impactos que, aún hoy, perduran. Es por ello que la entidad ha venido contribuyendo en el fortalecimiento de algunos procesos y experiencias de convivencia y reconocimiento. Lo anterior, con el fin de poder articular eslabones que ayuden a reparar los tejidos sociales fragmentados”, afirmó Fernando Cruz, coordinador de la Comisión de la Verdad -Territorial Caquetá.
Según Roberto Ramírez, docente universitario, esta es una problemática que, si bien viene desde la época bipartidista, se agudizó con la primera aparición de las Farc en el territorio: “Las Farc asumieron la tarea de sabotear la defectuosa democracia electoral. La obligación de abstención en zonas de insurgencia, la expulsión de políticos tradicionales, las amenazas y atentados constituyeron dicha actitud”.
El espacio permitió conocer los testimonios de representantes de tres partidos políticos que vivieron en carne propia este flagelo: Unión Patriótica (UP), Liberal y Conservador.
Harry González, presidente del Directorio Departamental Liberal, habló del asesinato de Jesús Ángel González, su padre, y quien se convirtió en el primer gobernador por elección popular asesinado en Colombia. Además, recalcó que este partido ha sido uno de los más afectados por la violencia en este territorio: “El 76 por ciento de los concejales y el 75 por ciento de los diputados asesinados en el departamento de Caquetá fueron miembros del Partido Liberal. Desde mi punto de vista es un verdadero genocidio”.
Por su parte, Héctor José Valencia, exconcejal de la UP, afirmó que una vez nació el partido, producto del proceso de paz entre el Gobierno de Belisario Betancur y la entonces insurgencia de las Farc, se amplió el espectro político de la izquierda en el departamento del Caquetá y empezaron los planes de exterminio encaminados al asesinato de sus líderes: “Esa actitud de estigmatización, de señalamiento ofensivo, de endilgarnos responsabilidades que no correspondían a nuestro accionar político, hizo que los sicarios actuaran”, dijo.
Desde el Partido Conservador, la concejala Martha Cortes afirmó que los grupos armados ofrecían 8 millones de pesos por el asesinato de un concejal: “Me tocó ver morir a muchas mujeres valerosas como Ofelia Betancourt. Me sentía culpable porque ella quería renunciar y yo le pedí que no lo hiciera”.
La Comisión de la Verdad resaltó la importancia que tienen este tipo de escenarios para que se puedan sanar esas heridas que por años ha dejado el conflicto armado en Colombia.
“Debemos pensar en la importancia y el valor que tiene el reconocimiento del dolor plural, para la Comisión es muy importante que haya una verdad incluyente y plural”, dijo Carlos Berinstain, comisionado de la Verdad.
No se pierda el próximo 22 de octubre un nuevo Espacio de Escucha: ‘Desarmando el prejuicio: verdades desde la diversidad sexual y de género’, en el cual se conocerán los testimonios de personas de la comunidad LGBTI víctimas de la violencia en el marco del conflicto armado.
Siga la transmisión de este evento, a partir de las 4:30 p. m., por las redes de la Comisión y las plataformas digitales de SEMANA y Foros Semana.
Este espacio de escucha fue organizado por la Comisión de la Verdad con el apoyo de la Unión Europea y en alianza con Foros Semana.