El solo hecho de pensar que al despertar su hijo o hija no esté en la casa ha causado que cientos de padres entren en crisis. Y más aún cuando se enteran de que detrás de su desaparición hay personas que ni siquiera tienen un rostro real, pues se esconden en avatares y un teclado al otro lado de la pantalla que hace que el mar de información que se consigue en internet se haga tan pequeño que los sumerge con facilidad en los likes y tendencias del momento, sin importar las consecuencias de los actos.
Es por eso que en Colombia está causando tanto revuelo la alerta que se ha generado a través de redes sociales y medios de comunicación que avisa que menores de edad estarían aceptando el reto que apareció en la plataforma TikTok que consiste en irse de la casa sin decir nada.
Tienen que completar 48 horas ocultando cualquier rastro. El niño o joven que logre generar a sus padres y a las autoridades mayor angustia va ganando puntos virtuales. Por ejemplo, es más astuto aquel que logre que sus padres hagan convocatorias en redes sociales para encontrarlos, pero no es tan “vivo” como aquel que motive a sus familiares y amigos a hacer plantones o que la campaña de búsqueda llegue hasta los medios de comunicación.
“¿A quién se le ocurre hacer pasar a sus padres por un sufrimiento similar? Eso no tiene sentido”, es la frase que más se escuchó al consultar a padres de familia de diferentes colegios de Colombia sobre si conocían casos similares. Lo que explican expertos en psicología y sociología es que lo que para un adulto no puede ser lógico para un menor sí. Sobre todo si se busca llamar la atención de los padres o simplemente se quiere experimentar y caer en la curiosidad de las tendencias. Cada vez es más común que los menores se sientan aceptados en grupos de intereses similares que facilitan la conversación virtual. “Si no se está en la moda no se está en nada”, es la conclusión a la que llegan la mayoría de adolescentes.
El reto de las 48 horas se viene escuchando desde hace un par de años en países europeos; luego la tendencia pasó a Argentina y México, y lleva una semana generando revuelo en Colombia. Hace algunos días se conoció que una niña en Bogotá habría participado en él, pero al confirmar con las autoridades fue un caso que no correspondía al reto sino a otra conducta.
De hecho, este medio constató con diferentes autoridades de infancia y adolescencia que hasta la fecha no se ha presentado ni un solo caso. Pero ¡cuidado!, porque sí genera desinformación y causa dos efectos: el primero que los menores se vean tentados a buscar de qué se trata todo y empezar a ejecutarlo para estar a la moda, y segundo, el más preocupante, que redes dedicadas a la prostitución infantil saquen provecho del tema.
Estas organizaciones tienden a llevarse a los menores para que presten sus servicios durante dos días y regresen con dinero u objetos. Las denuncias de desaparición suelen incrementarse los fines de semana por esa misma razón, pero con el ruido que ha generado el reto de las 48 horas, padres de familia, por pena de que sus hijos hubiesen caído en él, estarían prefiriendo no avisar a las autoridades, lo que les da vía a los delincuentes para salirse con la suya. Por eso investigadores contra delitos que afecten a niños y adolescentes invitan a no quedarse callados. En casos como estos, el silencio no es el mejor aliado y mucho menos cuando en internet la ola se puede convertir en tsunami en cuestión de minutos.