Momentos de tensión y pánico vivieron médicos rurales en un puesto de salud de Barranca de Upía (Meta), cuando hombres fuertemente armados entraron a un centro asistencial a asesinar a un hombre que había sido ingresado horas antes por graves heridas.
“En este momento nos tocó salir corriendo del centro de atención, entraron a rematar a un paciente. Atentaron contra nuestra vida, me fracturaron un brazo; estamos escondidos en una casa, no sabemos qué está pasando, hay disparos, nos están buscando”, relató Andrés Estrada Vargas, uno de los médicos afectados al momento de los hechos, presentados al parecer en la noche del domingo, 29 de octubre.
Asimismo, dijo que los sujetos dañaron todo el centro de salud, “no les importó que hubiera pacientes, niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, no les importó que estuviéramos nosotros (médicos). Es una situación muy difícil, las auxiliares están en una crisis de ansiedad bastante considerable. Realmente perdimos todo porque no sabemos qué pasó con nuestras cosas”, relató el médico junto a otra doctora identificada como Daniela Mora, que en medio del llanto dijo que mientras hacían la denuncia en un ‘En vivo’ en redes sociales seguían escuchando los disparos.
La médica dijo: “Todo el centro de salud está totalmente lleno de sangre, todas las cosas se dañaron, tenemos a todos los pacientes allá”.
Mientras que el doctor Estrada contó que duraron alrededor de 1 hora encerrados en uno de los baños del centro de salud antes de buscar otro refugio. “Llegaron a dañar las puertas para poder agredirnos y matarnos, no sé. Tuvimos que salir corriendo como Dios nos ayudó y estamos aquí encerrados a la merced de Dios porque sinceramente no sabemos qué está pasando afuera”, dijo.
Aunque manifestó que hicieron el respectivo llamado a la Policía, había pocos uniformados; también se comunicaron con el Ejército, pero no recibieron el apoyo.
“El doctor y yo quedamos en la mitad de la riña encerrados en una sala de procedimientos. A él le tiraron un objeto, tiene lastimado el brazo, parece una fractura. Terminamos los dos metidos en la mitad de eso, nos están buscando porque obviamente nosotros teníamos que preservar la vida del paciente que estábamos atendiendo”.
También precisó que en ese momento no sabían cómo obrar, intentaron comunicarse con la Secretaría de Salud Departamental y no recibieron respuesta.
“El único que estuvo ahí enfrentando la cosa, aparte de nosotros y nuestras enfermeras, fue el guardia de seguridad y el director del hospital, él fue quien vino y nos sacó de ahí. No sabemos si en este momento esté bien porque tengo entendido que también lo agredieron. Uno no estudia para matar gente, sino para ayudar, y eso era lo que estábamos haciendo”, dijo el doctor Estrada Vargas.
Entretanto, la doctora Mora rogó a quienes sabían del caso compartir la información. “Les pedimos que nos ayuden a contactar al Ministerio de Salud o al órgano que esté capacitado y que nos ayude a salir de esta situación lo más pronto posible. Me imagino que el doctor y yo debemos irnos del municipio porque recibimos amenazas directas, esto de verdad es algo muy doloroso”, manifestó la profesional en salud.
También detalló que en el puesto de salud tenían tres niños hospitalizados. “No sabemos qué va a pasar con nosotros en las próximas horas porque había muy poca policía, pudimos ver a tres uniformados en un inicio tratando de controlar la situación”, dijo el galeno.
La doctora precisó que un paciente fue quien la ayudó a salir de la sala de procedimientos donde ocurrió el hecho. “Después de eso decidimos encerrarnos en un baño. Había muchas personas con cuchillos, muchos salieron agredidos; nos sacaron por otra puerta del hospital”, dijo la mujer.
Mientras que el doctor Estrada reclamó: “A esto es a lo que se somete el médico rural del servicio social obligatorio, a prestar un servicio con calidad humana sin garantías. Porque qué va a hacer un pobre guardia de seguridad solo contra 20 personas que estaban armadas con armas blancas; el hombre se paró, también por él es que estamos vivos”.
La doctora Mora indicó en la grabación que en la casa donde estaban resguardados también se encontraban dos enfermeras.
“Vea, doctor Hernán Mojica, ojalá vea este video. ¿Cree usted ahora que soy un médico de cristal? Yo no lo creo, a ver qué haría usted en esta situación que dice que somos médicos de cristal por exigir nuestros derechos y garantías para poder prestar un buen servicio y que no nos maten en el intento. Me vale qué pase conmigo, me vale si me sancionan como usted lo dijo: ‘pues renuncie médico de cristal que igual lo van a sancionar un año’. Me vale chimba si usted me jode a mí mi carrera, pero en este momento está en riesgo mi vida, la de la doctora y la de mi personal de salud, pero como somos médicos de cristal para usted”, concluyó el doctor afectado.
También se conoció que por daños a las instalaciones del hospital local donde ocurrieron los hechos, se suspendieron todos los servicios de salud. Informaron que no hay servicio de consulta externa y tampoco de urgencias hasta nueva orden.
SEMANA se comunicó con las autoridades departamentales del Meta, pero estas no se han pronunciado sobre los hechos. Asimismo, se desconoce el estado de salud de los pacientes, enfermeras y médicos afectados por la incursión armada.
Mientras que en redes sociales varios ciudadanos han mostrado su apoyo a los médicos y rechazado este hecho.
“Qué impotencia ver videos de lo que sucedió en un centro de salud en Barranca de Upía (Meta). En este país te acaba la violencia, la falta de garantías. Triste, muy triste”; “A Gustavo Petro le encanta opinar en cualquier noticia del mundo sobres cosas que no son de Colombia. Mientras acá hay colegas (médicos) pidiendo ayuda para salir de Barranca de Upía. Escondidos, preocupados por su integridad y la integridad de los pacientes que tuvieron que dejar”, han sido algunos de los comentarios.
Sobre este hecho también se pronunció la senadora María Fernanda Cabal, en su perfil oficial de X antes Twitter, escribió: “mientras Gustavo hace cuentas alegres de unas elecciones donde salió derrotado; hombres fuertemente armados irrumpieron en el centro de salud de Upía, Meta, para asesinar a un paciente crítico”.