La mañana de este miércoles será recordada como una de las más convulsionadas en la historia reciente de la Embajada de Colombia en Estados Unidos. Apenas despuntó el día, la delegación diplomática se sorprendió con una explosiva grabación, divulgada por el diario gratuito Publimetro, en la que el embajador Francisco Santos habla sin tapujos sobre Estados Unidos, Donald Trump, Venezuela, Nicolás Maduro y sus compañeros de Gobierno Carlos Holmes Trujillo y el saliente ministro de Defensa, Guillermo Botero.
En la charla con su interlocutora, Claudia Blum, que se alista para asumir la Cancillería en los próximos días, no primó realmente la diplomacia. Ni el protocolo. Ni Santos ni Blum -los rostros más visibles de la política exterior de Iván Duque- tuvieron filtro. Evidentemente, ninguno de los dos contaba con que, de manera secreta, un tercero los grababa mientras ellos charlaban en un sitio público de Washington. De inmediato, el contenido de la grabación abrió crisis en diferentes frentes. Molesto e indignado por la situación, según relatan fuentes de la Casa de Nariño, el presidente Duque le pidió a Santos viajar de inmediato a Bogotá para dar explicaciones de lo que ocurrió. Mientras tanto, las palabras del embajador Santos, acostumbrado desde hace mucho tiempo a hablar sin tapujos, desataron tres crisis puntuales. 1. Hay choques entre los miembros del gabinete Santos y Blum se van lanza en ristre contra el excanciller Carlos Holmes Trujillo, posesionado ya como ministro de Defensa. Para Santos, su antiguo jefe “no hizo nada”, “no tenía estrategia” en la Cancillería y cancelaba las citas que pedía ante la Casa Blanca. Para Blum, Holmes fue “un desastre” y estaba haciendo “política” en el Ministerio de Relaciones Exteriores ante una posible candidatura presidencial en 2022. Por tal motivo, ella llega al cargo para exigir “resultados”.
El tono calificativo que emplean ambos funcionarios para juzgar a Holmes genera una tensión en momentos en que el gabinete de Duque pasa por un momento particularmente delicado. Todos los ministros están a la expectativa de si habrá un remezón o no antes de fin de año, tal como se la han pedido diferentes sectores políticos al presidente, con el fin de darle juego y representación política a los partidos y así ganar un margen de gobernabilidad en un Congreso hostil.
Pero dicha pugnacidad no solo pasa por los juicios de valor de Santos y Blum acerca del trabajo que hizo Holmes en la Cancillería. Además, en los últimos días han salido a la luz pública las diferencias de criterio entre la ministra de Trabajo, Alicia Arango, y el de Hacienda, Alberto Carrasquilla, frente a uno de los temas más álgidos que tiene el Gobierno entre manos y que de hecho es uno de los que motiva el paro de este jueves: la reforma pensional y al eventual fin del régimen de prima media (Colpensiones).
Según Arango, la idea de Carrasquilla de reformar Colpensiones “no es lo que piensa el presidente. Nosotros (los ministros) podemos pensar distinto”, dijo, lo que muestra que tampoco hay unidad de materia a la hora de defender lo que realmente está pensando el presidente Duque. A eso se le añade, como lo evidencia la grabación, que Holmes y Santos tendrían una puja interna por enarbolar las banderas del Centro Democrático en las presidenciales de 2022. Para rematar, Santos dice que el saliente ministro de Defensa, Guillermo Botero, que fue elogiado por Duque tras verse obligado a renunciar, “no trabajaba”. Por todas estas razones, el próximo consejo de ministros, como mínimo, será tenso. 2. Se abre un roce con la rígida diplomacia de Estados Unidos Desde que se posesionó, en septiembre de 2018, el embajador Santos tenía un acceso privilegiado a todos los círculos de poder en Washington, donde fue muy bien recibido por el gobierno de Trump, los republicanos y demócratas.
En materia de política internacional, las formas son tan importantes como el fondo, aún con el estilo que ha impuesto Trump en la Casa Blanca. Por eso, la desprevenida conversación de Santos y Blum está siendo analizada con detalle y no se sabe hasta dónde podría afectar las relaciones, si se tiene en cuenta que para el embajador de Colombia el Departamento de Estado hoy “está destruido, no existe” y antes sí era “importantísimo”. Estados Unidos, hasta ahora, guarda silencio.
“Trump puso a (Rex) Tillerson y Tillerson le salió con un chorro de babas. Hace diez años yo venía acá, yo venía mucho a Estados Unidos mucho porque yo era el que manejaba Derechos Humanos. Entonces yo llegaba al Departamento de Estado y uno sabía cómo funcionaba eso, pero la entrada era siempre al Departamento de Estado. Uno sabía que esto era predecible, que esto iba así. Hoy en día eso se acabó”, le dice Santos a Blum. Un episodio similar le costó el puesto, en julio de este año, al embajador del Reino Unido en Estados Unidos, Kim Darroch. Unos correos electrónicos del diplomático fueron divulgados por la prensa británica. En los mensajes Darroch señalaba que el gobierno de Trump era “torpe e inepto”. Apenas se divulgaron los e-mails en la prensa, estalló el escándalo y el embajador se vio obligado a dejar su cargo. Trump lo contraatacó y lo calificó de ser “un tipo muy estúpido”. La profesora Sandra Borda, internacionalista e investigadora de la Universidad de los Andes, dijo que las palabras de Santos no van a caer bien en el gobierno de Estados Unidos. “A Trump no le gusta la idea de que lo estén cuestionando. Ellos ya deben estar analizando muy bien todo y no me extrañaría que le plantearan un reclamo público a Duque. De todos modos, por la buena relación que existe, a lo mejor esa protesta se tramite de forma privada, pero es claro que en Washington este tipo de juzgamiento al Gobierno no cae para nada bien”, advirtió Borda. 3. ¿Acciones encubiertas en Venezuela? Aún en los momentos de mayor tensión, el presidente Duque ha insistido en que la salida a la crisis de Venezuela pasa por acciones de carácter diplomático que lleven a un completo aislamiento al régimen de Nicolás Maduro. "Colombia no agrede a nadie, este es un país que respeta siempre la territorialidad de otras naciones", dijo Duque en septiembre. Pero en la grabación, el embajador Santos va un paso más allá. Cuando la nueva canciller Blum le pide que la ayude a pensar qué hacer frente al manejo de la crisis diplomática con Caracas, el embajador le da un consejo que puede llegar a empeorar aún más las inexistentes relaciones con Venezuela. “Yo lo único que veo es con acciones encubiertas allá adentro, para generar ruido y apoyar a la oposición que allá está muy sola. Si Maduro no se va, Colombia no tiene futuro”. ¿Qué quiere decir acciones encubiertas?
En la grabación, la nueva canciller también fue muy crítica con el ingreso de la ayuda humanitaria que lideró el propio Iván Duque. En febrero de este año, el presidente comparó la entrega de dichas ayudas con la caída del Muro de Berlín e hizo un esfuerzo diplomático internacional para asegurar su entrada a Venezuela. Ahora, en esta conversación, la opinión pública escucha de parte de la propia Blum que lo que se hizo en la frontera fue “un fiasco total”. La pregunta que surge entonces es cuál será realmente la postura de la nueva canciller frente a Venezuela y qué acordarán con el presidente Duque, o si aceptará el consejo de Santos de adelantar "acciones encubiertas". Las tres crisis son distintas. Una en el plano gubernamental, de puertas para adentro en el propio gabinete, y dos en el frente internacional. Lo cierto es que la charla desprevenida de dos figuras clave del Gobierno Duque llega en el momento más complicado, por la crisis de gobernabilidad y la expectativa de un paro cuyas consecuencias están por verse. Apenas aterrice el embajador Santos y se reúna con Duque en la Casa de Nariño, se sabrá hasta dónde llegará esta nueva tormenta politica. Le puede interesar: