El pasado domingo, 3 de abril, un grupo de turistas en las playas de Buritaca, Santa Marta, hallaron el cuerpo de un bebé que días después fue identificado como Samuel Guerrero. Fue encontrado solo con un coche de color azul.
El reconocimiento del bebé, que tan sólo tendría dos años de edad, se logró gracias a su padre, Edwin Guerreo Sánchez, quien vía telefónica se comunicó con la Policía de Magdalena y pudo identificar algunas prendas del menor y accesorios de quien sería su esposa.
Tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Samuel Guerrero, el paradero de su madre, identificada como Yeni Higuera, aún es un misterio para las autoridades y familiares. Según el padre del menor, desde el pasado fin de semana se encontraban en Santa Marta compartiendo en familia, pero desde el viernes, primero de abril, la madre desapareció con el bebé.
De acuerdo con sus familiares, Higuera atravesaba un cuadro de estrés y ansiedad por el lío legal que tenía con su expareja por la custodia de Samuel. Incluso, su madre, Soraida Casalla, asegura que Edwin Guerreo Sánchez amenazaba a Yeni con que le iba a quitar al niño.
Debido a esta situación, la mujer llegó a sufrir una crisis nerviosa que le causó una parálisis facial y la mantuvo internada en una clínica durante varios días.
El pasado primero de abril fue la última vez que Higuera tuvo comunicación con su familia y fue a través de un correo. Les envió una carta de la abogada del papá del niño y después de esto, cerró sus redes sociales y no volvió a contestar ni llamadas ni mensajes.
Las autoridades y guardacostas se encuentran en la búsqueda de la madre del menor para el esclarecimiento de los hechos y siguen a la espera del resultado de la necropsia que adelanta Medicina Legal para dar comunicado oficial al respecto, ya que aún se desconocen las causas del fallecimiento del menor.
Declaran calamidad pública en Santa Marta por desabastecimiento de agua potable
Desde hace más de un mes la ciudad de Santa Marta no tiene agua potable en más de 45 barrios, situación que ha desencadenado bloqueos y protestas de las comunidades para exigir la prestación del servicio esencial, reportando la crítica situación y su falta de recursos para comprar pimpinas de agua para abastecerse y poder realizar sus actividades diarias.
Ante esta crítica situación, la alcaldesa Virna Jonhson declaró calamidad pública en este servicio, medida que adoptó luego de que el Concejo Distrital de Gestión del Riesgo de Santa Marta realizara un análisis y presentara un informe de la preocupante situación de desabastecimiento del preciado líquido.
Este mal se lleva combatiendo desde hace varios años, por lo que la Alcaldía de Santa Marta y la Gobernación de Magdalena se habían comprometido a que este 2022 se pondrían en marcha obras de infraestructura que aliviaran el problema en la ciudad, beneficiando a medio millón de habitantes.
La mandataria aseguró que las respuestas de Essmar, empresa prestadora de este servicio, no han sido las que la ciudadanía necesita “debido a la poca capacidad de respuesta de la Empresa de Servicios Públicos del Distrito de Santa Marta (Essmar) durante esta temporada de sequía”.
Sin embargo, la falta de agua potable a pocos días del inicio de la temporada de vacaciones de Semana Santa, preocupa al gremio hotelero y comerciantes, quienes solicitaron a la Essmar garantizar el suministro de agua, no solo a los hoteleros sino a toda la ciudadanía, teniendo en cuenta que este es un servicio vital.
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá transportó vía terrestre a Santa Marta una planta, que ya se encuentra en la ciudad. Además, con el equipo de la EAAB se trabaja en la mejora de la captación para aumentar el caudal y ponerla en funcionamiento, permitiendo la potabilización de agua para solventar la crisis de desabastecimiento por la que atraviesan.
Esta planta, en su máxima capacidad y funcionamiento, podría suministrar hasta diez litros de agua por segundo, garantizando el recurso a 10.000 habitantes. Además, será operada por funcionarios de la EAAB en coordinación técnica y logística con la Empresa de Servicios Públicos del Distrito de Santa Marta y con el apoyo de las autoridades locales.
Esta planta portátil se ha convertido en una herramienta de apoyo a muchos municipios y comunidades como Mocoa, Puerto Asís, San Andrés y Valdivia (zona de influencia de Hidroituango), para garantizar el suministro de agua potable, en especial en condiciones de emergencia y contingencia.
Igualmente, se espera que el proyecto, que fue planificado a mitad de 2021 en la solución del agua, sea de prioridad debido a que los estudios de la propuesta se encuentran suspendidos tras la intervención de Superintendencia de Servicios Públicos en Essmar, el 22 de noviembre del pasado año por supuestas carencias en su “capacidad técnica, operativa, administrativa y financiera para garantizar la debida calidad, cobertura y continuidad de los servicios de acueducto y alcantarillado”.