El pasado 12 de agosto, en una sesión extraordinaria, el Consejo Permanente de las Organizaciones de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución en la que condenó a Nicaragua por “el hostigamiento” a la Iglesia católica, el “cierre forzado” de oenegés y la “persecución” de la prensa. Además, insistió en que el gobierno de Daniel Ortega libere a los presos políticos.
La resolución sobre la grave situación de Derechos Humanos en Nicaragua fue aprobada por 27 votos a favor de los 34 miembros activos en la organización. Hubo un voto en contra (San Vicente y las Granadinas) y cuatro abstenciones (Bolivia, El Salvador, Honduras y México). Sin embargo, hubo un detalle que llamó ampliamente la atención. Los únicos países que se ausentaron de la importante sesión de la OEA fueron Nicaragua, por obvias razones, y Colombia.
El hecho causó sorpresa en esta organización, pues Colombia, durante el anterior gobierno, era uno de los que lideraba los llamados a Daniel Ortega para frenar los ataques contra los nicaragüenses opositores. Se trató de la primera reunión de este organismo desde que Gustavo Petro asumió la presidencia de la República.
Según reseña el diario español El País, la deliberada ausencia de Colombia en la sesión de la OEA sobre la condena al régimen de Nicaragua ha desatado todo una tormenta. “La política exterior del Gobierno de Gustavo Petro tropezó entonces, recién posesionado el mandatario de izquierdas, con su primera piedra, en una movida que ha provocado, entre otras, que la oposición promueva una moción de censura contra el canciller Álvaro Leyva. Además, esa arriesgada apuesta se ha topado con un aparente rechazo del régimen de Daniel Ortega”, señala el medio citado.
Respecto a la ausencia de Colombia en la sesión del 12 de agosto, el canciller Álvaro Leyva aseguró que esta fue por razones estratégicas y humanitarias, pero no ideológicas. “Se guardó silencio diplomático debido a que no podíamos hacer públicas las gestiones internacionales que se estaban adelantando antes de obtener un resultado”, indicó el funcionario en ese momento.
No obstante, El País anota que “la movida de la diplomacia colombiana, nunca del todo aclarada, no ha rendido frutos”. Dicha hipótesis surge a raíz del mensaje de un portavoz del régimen de Daniel Ortega referente al litigio que enfrenta a Colombia y Nicaragua en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
“No estamos pidiendo nada diferente a que reconozcan el fallo del máximo tribunal del planeta”, señaló el pasado lunes William Grisby, vocero oficioso de Ortega, durante su programa radial.
“Sus palabras se han interpretado como un portazo a los pasos del gobierno de Petro con respecto a la pretendida negociación para conseguir la liberación de un grupo de presos políticos, por un lado, y la posibilidad de que los pescadores de la isla caribeña de San Andrés puedan trabajar en aguas que el tribunal ha declarado como nicaragüenses”, expuso El País.
En su intervención, Grisby también cuestionó la ideología progresista del actual Gobierno colombiano, arremetiendo a su vez contra las declaraciones entregadas por el canciller, Álvaro Leyva, frente a las acciones y nuevos argumentos que prepara Colombia frente al caso del diferendo con Nicaragua.
En ese sentido, Grigsby arremetió contra Colombia y afirmó que el interés del país, más allá del territorio en sí de San Andrés, o de las plataformas marítimas para pesca, estaría dado por el control de las aguas, haciendo un fuerte señalamiento: “Colombia hubiera preferido que le dejaran a Nicaragua San Andrés y Providencia, pero que el mar fuera de ellos, porque esa es la ruta de su principal negocio, que es la droga, que la domina el cartel de la DEA y el cartel de la oligarquía colombiana”.
A raíz de la ausencia de Colombia en la sesión de la OEA, 25 senadores de los partidos Alianza Verde, Liberal, ASI, Cambio Radical, Conservador y Centro Democrático firmaron una proposición del senador conservador Mauricio Giraldo, quien citó al canciller Álvaro Leyva para que responda por su silencio frente a los atropellos a los derechos humanos en Nicaragua.
“Se citará al canciller para que rinda cuentas sobre las acciones u omisiones de Colombia respecto de a violación de los derechos humanos que se está dando en Nicaragua por la persecución a la Iglesia católica, debido a que Colombia decidió ausentarse de la sesión extraordinaria de la OEA que abordó tal situación”, señaló eñ senador Giraldo el pasado 17 de agosto.