Ante la Comisión de la Verdad, Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar, y Rodrigo Londoño, más conocido como Timochenko, entregaron detalles del conflicto armado en Colombia. En el encuentro, los dos dieron respuesta a las preguntas y palabras que las víctimas y la población en general hizo llegar a la Comisión de la Verdad para entender mejor los motivos y factores del conflicto.

El espacio contaba con la presencia de 20 víctimas que a lo largo del proceso de preparación brindaron su trágico testimonio y hoy representan la autoridad moral para “ser la voz del sentir de muchos colombianos y colombianas que exigen explicaciones sobre por qué la guerra se ensañó con la población civil y alcanzó niveles de degradación inimaginables”, como señaló la Comisión.

El encuentro, lleno de verdades y revelaciones, dejó un espacio al final para que tanto Mancuso como Londoño dieran unas palabras de autocrítica, luego de haber tocado puntos importantes para las víctimas de la violencia y para el entendimiento del funcionamiento de dichas estructuras.

Mancuso, quien está recluido en una cárcel de inmigración de los Estados Unidos, aseguró que había pensado y reflexionado sobre todas las cosas que hizo “en tanta gente inocente que murió, en tantas familias que lo perdieron todo por culpa de nosotros. He pensado mucho en esas miradas de terror, de angustia, de miedo, de quien fue condenado de manera sumaria a una pena de muerte. Pienso en el dolor de ellos, de sus familias, lo que estaban pensando en ese momento. Lo que les tocó sufrir y padecer”, afirmó.

Mantuvo que, pensando en ello, fue de donde sacó las fuerzas para estar frente a las víctimas y hablar con honestidad acerca de que reconoce su responsabilidad en el conflicto. Así mismo, señaló que era completamente consciente de que no había manera de devolver el tiempo.

“No podemos borrar en las mujeres las cicatrices que hemos dejado gravadas en sus cuerpos, que no podemos revivir a los muertos, no borrar de la memoria los desplazamientos, los dolores ni las ausencias, tampoco me devolverán el tiempo perdido, 15 años en la guerra y 15 años condenado a prisión”, dijo. “Todos perdimos”, sentenció.

Mancuso, quien aseguró que se sentía avergonzado por todo lo sucedido, concluyó asegurando que quería dedicar sus días a restaurar la dignidad en los territorios en los que causó tanto daño. “Quiero reconocer mi responsabilidad en este conflicto y quiero dedicar el resto de mis días a restaurar la dignidad de los territorios en donde estuve y sus comunidades. La mejor forma de reconocer y pedir perdón es haciendo”.

Por su parte, Londoño reiteró la importancia de que existieran dichos espacios para intentar brindar las palabras adecuadas que ayudaran a restituir el dolor de las víctimas. “Desafortunadamente, no hay palabras que calmen ese dolor. Hay que generar hechos”.

También manifestó que se sentía privilegiado por participar y ser protagonista del Acuerdo de Paz, firmado en 2016 bajo el mandato del entonces presidente Juan Manuel Santos. Así mismo, aseguró que él seguiría trabajando para que se construya la “Colombia diversa, la Colombia que soñamos en paz” y afirmó que quisiera ser reconocido por eso y no por los acontecimientos pasados en época de confrontación.

Sobre la misma línea, sostuvo que seguiría pidiéndoles perdón a todas las víctimas. “Yo sé que el perdón es algo muy personal, algo que cada uno trabaja a su manera. Yo no tengo problema en reiterarlo y hasta (que tenga) existencia seguiré pidiendo perdón y esperando ser perdonado”, concluyó.

No todo fue un mea culpa

Cabe señalar que, en particular, Salvatore Mancuso realizó algunas revelaciones importantes sobre las preguntas de las víctimas en relación con alianzas y terceros involucrados.

“La complejidad del conflicto armado colombiano no admite verdades unilaterales. Es un entramado de situaciones que implica la voz de unos y de otros. Esa composición es la única que puede brindar una visión extensa y real de lo que pasó. Dejé de ser Salvatore Mancuso y me convertí en Santander Lozada y empecé a tener acuerdos con la institucionalidad, con el Ejército, el DAS, la Policía, incluso con fiscalías afectas a la causa de la autodefensa, para enfrentar conjuntamente al enemigo de la Nación”, aseguró.

Además, sobre el caso de la exterminación del Partido de la Unión Patriótica (UP), el Estado habría sido el victimario. “Cuando la UP empezó a llegar a cargos de elección popular, la preocupación viene de las instituciones de seguridad del Estado y de sectores económicos. La UP no fue exterminada por las autodefensas, su victimario fue el Estado colombiano”.

Por su parte, y para finalizar el encuentro, Francisco de Roux invitó a las víctimas a no perder la esperanza para que la verdad salga a la luz en Colombia. “Sigan insistiendo para que estas cosas de todas partes, sectores, regiones, etnias y demás se pongan en el primer plano en este país”.