Tibú es uno de los municipios de Norte de Santander en los que los grupos armados ilegales tienen control de la población y aunque existen autoridades en la zona, los ataques son constantes. Hay presencia del ELN y de las disidencias de las Farc que se disputan el control territorial por el manejo del narcotráfico. Es uno de los territorios en los que más miembros de la Fuerza Pública han sido asesinados.

Por lo anterior, el operativo que realizó la Segunda División del Ejército Nacional junto al Comando contra el Narcotráfico y Amenazas Transnacionales, de manera conjunta e interinstitucional con la Fuerza Aérea y la Fiscalía General de la Nación es tan relevante que se requirieron meses de inteligencia e investigación para frenar un gran cargamento de cocaína que fortalecería las finanzas del Frente 33 de las disidencias Farc.

El principal reto era preservar la vida de los involucrados. El trabajo de inteligencia militar fue determinante para ingresar a la vereda La Colombiana, zona en la que delinque el grupo armado organizado residual Gao-r Estructura 33. Allí, cerca de tres toneladas de clorhidrato de cocaína fueron incautadas. En el mismo hecho también fueron decomisados 530 kilogramos de pasta de base de coca pertenecientes a los disidentes de las Farc.

De igual manera, 700 kilogramos de insumos sólidos y 3.300 galones de insumos líquidos y precursores químicos para la producción del alcaloide, fueron encontrados allí. El operativo es catalogado como un fuerte golpe a las finanzas de las estructuras ilegales.

Con el operativo se logró una afectación a las economías ilícitas en más de cuatro millones de dólares (poco más de 16.000 millones de pesos colombianos), dinero que sería empleado para la compra ilegal de armamento y material de guerra, con el fin de atentar contra la población civil y la Fuerza Pública.

Operativos en Tibú, Norte de Santander | Foto: Cortesía: Ejército Nacional

“Este se convierte en el golpe más importante contra el narcotráfico en el presente año, dando muestra del trabajo articulado y compacto que permite afectar los tentáculos de las finanzas de los grupos organizados al margen de la ley”, dijo el coronel Rubén Darío Restrepo Álvarez, comandante del Batallón contra el Narcotráfico No.1 del Ejército Nacional.

El pasado siete de enero atacaron la estación de Policía en Tibú, Norte de Santander, con artillería artesanal. El ataque habría durado 15 minutos y, según la Policía, dos de los delincuentes resultaron heridos y otro de ellos habría muerto tras el intercambio de disparos.

Operativos en Tibú, Norte de Santander | Foto: Cortesía: Ejército Nacional

Cabe resaltar que ese mismo día se presentó un ataque del ELN a un camión en el que se movilizaban algunos uniformados del Esmad, por el sector de Puerto Rellena en Cali. Además, el pasado 4 de enero las autoridades encontraron artefactos explosivos que serían utilizados en atentados contra la Fuerza Pública del departamento.

En esa ocasión, el Ejército Nacional por medio de la Fuerza de Tarea Vulcano ubicó dos artefactos metálicos en forma de cilindro que habían sido ubicados en las orillas de una vía principal del corregimiento de Gamarra del municipio de Tibú, Norte de Santander.

Los uniformados del grupo especial de explosivos y demoliciones acudieron al lugar, intervinieron los objetos y los destruyeron.

Como si fuera poco, otro de los problemas que vive la población de este municipio es la inseguridad. De acuerdo con la Red de Observatorios de Derechos Humanos de Norte de Santander, “es uno de los departamentos más afectados por la violencia producida por la presencia de grupos armados ilegales, y cuya incidencia tiene eco principalmente en vulneraciones al derecho a la vida y la integridad personal”.

Asimismo, un informe de la red segura que otras dinámicas territoriales como la crisis económica y humanitaria de Venezuela, que han ocasionado la movilidad de personas a través de la frontera colombo venezolana, ha aumentado la vulnerabilidad de los individuos y prolongando la incertidumbre, persecución y continua violación a los derechos humanos.

Según análisis de los mencionados fenómenos, estos responden a lo que sería el deseo por el control territorial y manejo de la frontera, ya sea por el contrabando, la extorsión o el narcotráfico por parte de grupos armados organizados. Es decir, el manejo de sectores estratégicos para la financiación de su actuar delictivo, generando ingresos de manera ilegal; además se suman fenómenos que lo precipitan como cultivos ilícitos, tráfico de estupefacientes en menores cantidades, delincuencia común, intolerancia social, entre otros aspectos, en donde se podría destacar la problemática por el desempleo que sufre la región, en especial, la capital Cúcuta.