Contra todo pronóstico, la Plenaria de la Cámara de Representantes le dio este martes el sí al proyecto de ley que busca que se prohíban las corridas de toros en Colombia.
Este es un asunto que siempre genera una aguda discusión, tanto que en los últimos cinco años se han hundido por lo menos tres proyectos con este propósito.
El proyecto, que superó su segundo de cuatro debates, busca que se acaben las corridas de toros no solo en la Santamaría de Bogotá, sino también en las ferias de Cali, Manizales y Medellín, así como en más de un centenar de municipios que entre sus fiestas patronales tienen corridas de toros entre su cartelera de espectáculos. En Colombia hay 67 plazas de toros fijas donde se celebran espectáculos taurinos.
Esta medida también afectaría otras prácticas como las corralejas y las becerradas.
Entre los defensores de prohibir las corridas de toros estuvo el representante César Lorduy, quien manifestó que “matar un toro delante de un público para que este disfrute de su muerte y de la sangre que esté derrama, no puede ser arte. La misma Unesco rechazó esa práctica en 1980 y la volvió a ratificar en el 2021″.
Por su parte, el representante de Colombia Justa Libres Carlos Acosta, quien presentó ponencia para que la iniciativa fuera archivada aseguró que esta es una práctica cultural y lamentó que muchos protejan la vida del toro pero no la de quienes resultan afectados por un aborto.
Frente a esta posición, el representante Juan Carlos Losada, autor del proyecto, dijo que “la defensa a los animales no es inferior a la protección de las expresiones culturales”.
La iniciativa establece que el Gobierno Nacional, en el marco de sus competencias, tendrá un plazo de seis meses “contados a partir de la expedición de la norma para garantizar programas efectivos de reconversión económica de las personas que se dediquen a las actividades relacionadas con las corridas de toros”.
Esta discusión se ha agudizado luego de que un fallo de la Corte Constitucional sobre las corridas de toros dejó una de las discusiones álgidas del país en un limbo jurídico.
El alto tribunal, que se ha pronunciado sobre asuntos polémicos como el aborto y la eutanasia, no decidió de fondo el asunto sino que le dio dos años al Congreso para prohibir la fiesta brava, plazo que ya se cumplió.
El punto sobre el cual giraba la sentencia tenía que ver con el debate de si debía existir una excepción en la ley contra el maltrato animal a expresiones culturales como el toreo, las novilladas y las peleas de gallos.
El proyecto pasa ahora a manos del Senado de la República para surtir sus últimos dos debates.
No obstante, la iniciativa debe correr una carrera contra el tiempo, pues si no logra superar estos dos últimos debates antes del 20 de junio, cuando finalizan las sesiones ordinarias del Congreso, se hundirá.
“Vamos a dar lo mejor de nosotros para sacar adelante antes que termine este periodo legislativo, un texto histórico en defensa de los animales, en defensa de una sociedad más evolucionada, de una sociedad no violenta, que entienda que los animales tienen que ser parte de nuestro círculo, de pertenencia moral y ética, así que hoy es un día para celebrar, para festejar, todos los animalistas de Colombia, la colación de Colombia sin Toreo tenemos que estar dichosos con este resultado”, señaló Losada.