Lo peor de una tragedia no es solo perderlo todo, sino también tener alejada la esperanza. Al drama social que ya enfrentan las familias en el municipio de Quetame (Cundinamarca), donde ocurrió una avalancha que dejó muerte y destrucción de buena parte de la infraestructura en algunos puntos de la zona, se suma ahora la demora en la entrega de la ayuda humanitaria.
Según dijeron en SEMANA los voceros de la Defensoría del Pueblo, que hacen seguimiento a la atención que están recibiendo los afectados, incluyendo a las personas que están siendo evacuadas por riesgo de que se presenten más deslizamientos, es mucho lo que necesitan las personas del lugar, con suma urgencia.
Las autoridades que forman parte del operativo de atención humanitaria, entre las que están organismos de socorro y representantes de entidades locales y nacionales, instalaron un albergue provisional, en el que ahora se requieren 200 carpas, 400 frazadas, 400 colchones, plantas eléctricas, baños portátiles, tanques de 500 litros para almacenar agua, entre otras.
Durante este viernes, el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, había hecho un llamado a la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, para que se acelerara el trámite y se permitiera así llegar a las personas con las ayudas inmediatas.
Entretanto, la Unidad de Gestión del Riesgo de Cundinamarca hablaba de tres líneas de acción implementadas, las cuales, fueron activadas en coordinación con autoridades en el Puesto de Mando Unificado (PMU), para atender la emergencia. Ximena Galvis, directora (e) de esa entidad en el capítulo departamental, sostuvo que habían activado tres frentes de trabajo, uno en la vereda Naranjal, el sitio del suceso, al que desplazaron maquinaria amarilla para revisar escombros y verificar si aún hay algún cuerpo por recuperar. En otro punto, en Puente Quetame, se adelanta el dragado del río. Mientras tanto, en Quetame, el área urbana, trabajan con las familias evacuadas de sus sitios de vivienda.
No obstante, la Defensoría pidió una mayor celeridad en las acciones, principalmente en las que tienen que ver con la evacuación y con la entrega de la ayuda humanitaria. “El riesgo que corren las personas por las fuertes lluvias y amenaza de crecientes súbitas de los ríos Contador y Negro” es alto, advirtió la entidad del Ministerio Público.
Una de las dificultades para que evolucione la atención, en el caso de la evacuación, es que “algunas personas se resisten a salir de sus casas por el miedo a que les roben sus pertenencias”. Por esa razón, el defensor del Pueblo pidió que, de manera urgente, “se garantice la vida e integridad de los damnificados, y también la protección de sus bienes”.
Sobre la demora en la llegada de los elementos necesarios para las personas, la Defensoría mencionó haber encontrado que “los damnificados no han recibido una atención oportuna, al parecer por temas de trámites que se adelantan de manera lenta sin que se prioricen las necesidades y los derechos de estas personas. Los afectados necesitan con urgencia el apoyo de la institucionalidad del orden nacional”, concluyeron.
En el mismo sentido se había pronunciado ya la Procuraduría, que pidió acelerar, debido a la importancia de brindarles “una atención especial y activar la ayuda psicosocial”, dijo la entidad.