La paradoja no podía ser mayor. Un puñado de cristianos que decidieron atender el llamado de Dios y dejar atrás "un mundo de mentira y engaño" ahora fungen de congresistas. Se trata de ocho pastores a los que les cayó del cielo la anhelada 'palomita' de ocupar una curul en el Senado.En general son evangélicos con trayectoria y reconocimiento en sus comunidades que decidieron probar suerte en la política en busca de un escaño en las elecciones legislativas de 2006. Pero todos obtuvieron una votación exigua que no les alcanzó, resultaron en los últimos lugares de sus listas. Sin embargo, por gracia de la para-política, que ha sacado del juego a decenas de caciques políticos, a estos pastores les llegó el turno. Ahora son evangelizadores y legisladores.Uno de ellos es Charles Schultz Navarro. En mayo pasado asumió una curul por el partido de la U y desde entonces trata de concretar en hechos políticos sus convicciones espirituales. "Mi proyecto político es un proyecto de vida fundado en los valores cristianos", asegura este pastor evangelista de la iglesia cristiana que este lunes en Bogotá presidirá el primer congreso de libertad religiosa.Al partido de la U acaban de llegar otros dos religiosos con fuero de senador, ambos procedentes de Colombia Democrática. Uno es Jorge Gómez Montealegre, ministro del Centro Misionero Bethesda y quien fue demandado por ausentismo. La Procuraduría aún no se ha pronunciado. El otro es Víctor Velásquez Reyes, quien desde que heredó la curul que abandonó Habig Merheg, inició una defensa férrea de la familia como núcleo fundamental de la sociedad. Según ha explicado, su objetivo es una política con decoro y responsabilidad social y por ello está en contra de todas las iniciativas que buscan otorgar derechos patrimoniales a las parejas homosexuales. En varios debates algunos parlamentarios le han pedido que no confunda la Biblia con la Constitución. Pero una posición aún más conservadora ha revelado Jorge Trujillo, un pastor que está debutando como congresista tras la reciente salida del controvertido senador Juan Carlos Martínez. "Dios creó a Adán y Eva, no a Adán y Esteban. Cuando usted va a comprar zapatos no pide una pareja sino un par, porque son iguales. Así mismo, los gay no son pareja, son pares. Y esas son aberraciones en contra de la naturaleza creada por Dios" afirma el senador Trujillo. Él considera que su sorpresiva aparición en la escena política nacional es una "bendición" resultado de las oraciones del pueblo y que redundará en el rescate de los valores perdidos de la sociedad colombiana. En ello coincide con los otros pastores-senadores: Jacobo Faustino Gómez, de la iglesia Adventista del Séptimo Día; Ricardo Arias Mora, de la iglesia cristiana evangélica y militante de la U; y Édgar Espíndola, un reconocido evangelista pentecostal que ha sabido desarrollar su talento como acordeonista para captar por igual creyentes y votantes. El caso de Luz Helena Restrepo Betancur es aún más particular. Se trata de la hija de la ex senadora Regina 11 y quien profesa la 'Saurología', Sabiduría Universal Reginista, una suerte de disciplina para el desarrollo de los poderes mentales. Restrepo obtuvo apenas 8.367 votos en 2006 pero desde junio pasado alcanzó su curul en reemplazo de Álvaro García, de Colombia Democrática, quien está preso por su vínculo con los paramilitares. El incremento de líderes religiosos en el Congreso es otra carambola no advertida de la para-política. Sin embargo, la llamada 'Bancada de Dios' cuenta con otros senadores de amplia trayectoria y seriedad que alcanzaron su curul directamente. Allí se encuentran Claudia Rodríguez de Castellanos, de la Misión Carismática Internacional, y Alexandra Moreno Piraquive y Manuel Antonio Virgüez, del movimiento Mira, cuyos seguidores se aglutinan en torno a una iglesia cristiana fundada por los padres de la senadora. Así las cosas, los políticos con vocación religiosa controlan hoy el 10 por ciento del Congreso. n