El temor de los ciudadanos para asistir a ciertos restaurantes, cafés o bares, no eran simples escenarios de percepción de seguridad, era una realidad a cargo de una organización criminal que tomó por contrato estos establecimientos y a los clientes como víctimas. Los criminales fueron capturados gracias a una investigación que adelantó la Fiscalía en la seccional de Bogotá y que ahora le da un respiro a los comerciantes.
Cuatro presuntos integrantes de esta organización criminal, al mando de un delincuente conocido como alias Mogolla, fueron capturados en las últimas horas gracias a unos operativos que se adelantaron entre la Fiscalía y la Policía Metropolitana de Bogotá. Todos estarían involucrados en los constantes atracos ocurridos en los llamados gastrobares.
“Durante cuatro meses nuestros uniformados de la Seccional de Investigación Criminal e Inteligencia Policial Bogotá le siguieron los pasos al GDCO ‘Los Marcadores’, lo que permitió la ejecución de cinco diligencias de registro y allanamiento en las localidades de San Cristóbal, Usme, Bosa y en el municipio de Soacha (Cundinamarca), buscando dar con la captura de estos delincuentes”, explicaron desde la Policía.
Un hecho resultó particular en la investigación. La directora seccional de fiscalías en Bogotá, Leonor Merchán, reveló cómo los delincuentes usaban elementos y prendas de vestir idénticas en cada uno de los hechos criminales. Aparentemente, una especie de ‘amuleto’ como garantía criminal para salir bien librados de los atracos. Irónicamente, esos ‘amuletos’ se convirtieron en la prueba para identificarlos.
“En el transcurso de la investigación, se realizaron diversas actividades como interceptaciones telefónicas, interrogatorios a testigos, vigilancias, reconocimientos fotográficos, inspecciones, agentes encubiertos y entrevistas, lo que permitió identificar el modus operandi de esta organización delincuencial”, señaló Merchán cuando presentaron junto al alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, los resultados de la investigación.
Sin saberlo, estos delincuentes dejaron rastros en cada uno de los atracos en los que incurrieron. Básicamente, un sello que los identificaba como responsables de llegar con armas de fuego a los establecimientos y atracar a los clientes. Los supuestos amuletos terminaron convertidos en elementos de prueba para su judicialización y pedirle a un juez que los envíe de manera inmediata a la cárcel.
“Con la desarticulación de este grupo delincuencial, se logró la materialización de tres capturas mediante orden judicial, quienes serán presentados en las próximas horas ante la Fiscalía General de la Nación por los delitos de hurto calificado y agravado y concierto para delinquir”, dijo el general Daniel Gualdrón, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.
La Fiscalía y la Policía hicieron diferentes allanamientos en el centro de Bogotá y allí incautaron motocicletas, armas de fuego, celulares y una serie de elementos que, aparentemente, fueron objeto de hurto en los establecimientos de comercio que se convirtieron en la caja menor de los delincuentes.
“Durante el operativo logramos incautar 3 motocicletas, 1 arma traumática, 30 cartuchos de munición, 2 libras y 2.070 dosis de marihuana, 400 gramos de base de coca, 3 grameras, 1 prensa para dosificación del estupefaciente, 13 celulares, dinero en efectivo distribuido en billetes de diferente denominación ($ 8.390.000). Es importante resaltar que estos delincuentes tendrían una renta criminal aproximada de hasta 200 millones de pesos mensuales”, dijo el general Gualdrón.
El cabecilla de esta organización criminal, conocido con el alias de Mogolla, tenía antecedentes por hechos delictivos como hurtos en el sistema financiero, además de ser el encargado de almacenar y disponer de las armas de fuego que serían utilizadas en los atracos. Todos los capturados serán presentados ante jueces de control de garantías para imputar cargos y solicitar una medida de aseguramiento.