La novela del posparamilitarismo en Colombia ha tenido un feroz capítulo esta semana por las explosivas acusaciones del exgobernador de Córdoba y exintegrante del Fondo Ganadero de ese departamento Benito Osorio contra el presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie.
En palabras de Osorio, el presidente de Fedegán sostuvo reuniones secretas con el comandante paramilitar Salvatore Mancuso para pedir su apoyo en la elección de Mario Iguarán como fiscal general de la nación. “(...) Allá llegamos (a la casa de Mancuso) y, después de los saludos protocolarios, Lafaurie le dijo: ‘Yo vengo de parte del Gobierno, vengo de parte de Sabas Pretelt, ellos consideran que el fiscal general debe ser Mario Iguarán y no Jorge Pretelt’”, contó en la JEP el exgobernador de Córdoba, condenado a 19 años de prisión en 2015 por los delitos de destrucción y apropiación de bienes protegidos, deportación, desplazamiento forzado de población civil, entre muchos otros.
En síntesis, Osorio auspició, apoyado por paramilitares al mando de Mancuso, uno de los mayores procesos criminales de desplazamiento forzado y adquisición irregular de tierras en Córdoba; pero, pese a ese dosier criminal, la JEP le otorgó la libertad condicional por su “amplia colaboración” para conocer la verdad sobre el despojo de terrenos en ese departamento.
En medio de esa colaboración, Osorio salpicó a Lafaurie, de quien además dijo que se encontró en más de una ocasión con Mancuso para solicitar el mismo favor.
A simple vista, lo dicho por Osorio podría interpretarse como un rumor de pasillo, pues, fuera de la declaración del exgobernador, no se conoció una prueba contundente sobre estas reuniones. Sin embargo, desde una cárcel en Estados Unidos, Mancuso ratificó lo dicho por el exdirigente ganadero contra Lafaurie. “Debo corroborar las declaraciones con respecto a la elección del exfiscal Mario Iguarán y el papel de José Félix Lafaurie. Todo ello fue verdad y lo hemos dicho desde hace años ante los magistrados de Justicia y Paz”, señaló Mancuso en una carta dirigida a la JEP.
Sin duda, este nuevo capítulo de acusaciones deja muy mal parado a Lafaurie. No obstante, el presidente de Fedegán le restó importancia a lo dicho por Osorio –y ratificado por Mancuso– al destacar que el exgobernador de Córdoba en la audiencia con la JEP aceptó que padece un “trastorno afectivo bipolar que permanentemente me derrota”.
Frente a esto, Lafaurie argumentó que prepara un libro para “echar el cuento bien contado”, aunque desmintió lo dicho por Osorio y calificó sus declaraciones como “delirantes”. Primero, a través de un comunicado, expuso una serie de irregularidades en lo expresado por el exgobernador de Córdoba y luego las ratificó en una entrevista exclusiva con SEMANA.
“Mario Iguarán fue elegido fiscal con 17 votos sobre un total de 23. No solo es delirante sugerir que Mancuso tuviera semejante control sobre la Corte Suprema, sino una calumnia contra la corporación y contra cada uno de los 17 magistrados que Osorio pone automáticamente bajo sospecha”, sostuvo Lafaurie. Pero el presidente de Fedegán fue más allá y dijo que Osorio era el testaferro de Mancuso.
Es decir, para Lafaurie esta serie de acusaciones forman parte de un entramado para enlodarlo a él y a su familia en líos judiciales que puedan terminar en una posible captura. “A mí me han querido meter preso desde hace 12 años y no han podido (...) Aquí claramente está metido el Foro de São Paulo”.
Asimismo, precisó que para la época de las acusaciones de Osorio no estaba dedicado a actividades ganaderas en la región, sino a otras tareas: “¿Qué hacía yo en ese entonces? Yo era superintendente de Notariado y Registro. Antes de eso había sido vicecontralor general, y antes de eso participé en la construcción del Club El Nogal. ¿Qué tenía yo que ver con el paramilitarismo?”.
Finalmente, Lafaurie reconoció que conoció a Mancuso, pero no en las circunstancias descritas por Osorio. “La primera vez que lo vi yo llegaba a Montería a alguna gestión ganadera y él estaba en el aeropuerto”, dijo el dirigente gremial, y agregó que todo es un “juego político”.
Así las cosas, el nuevo capítulo de este tire y afloje por encontrar la verdad sobre lo que rodeó al conflicto armado colombiano tiene actores de lujo: empresarios, exgobernador y un excomandante criminal que dispara dardos escritos desde una prisión extranjera.