La Biblioteca España se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para el exalcalde de Medellín Sergio Fajardo. Su gestión en la capital paisa fue una máquina de proyectos de infraestructura que le cambiaron la cara a la ciudad y que tuvieron su apalancamiento en los cambios en el monto de transferencias de EPM.

Esas obras hoy son centrales en las comunas, sin embargo la más vistosa e insigne se tuvo que desmontar y ahora parece solo despojos. Las afectaciones de la fachada del Parque Biblioteca España eran, hasta hace unos días, un problema local costoso, pero ahora la Fiscalía General de la Nación pidió el contrato porque empezará una investigación, en un nuevo episodio que los fajardistas han calificado como persecución.

La verdad es que la biblioteca se empezó a caer a pedazos hace casi cinco años y hasta el momento se encuentra en reparaciones. En total, la obra costó cerca de 15.000 millones de pesos –con varios miles de sobrecosto– y Fajardo la quería terminada con rapidez, pues el entonces rey de España, Juan Carlos I, visitaría Medellín y querían darle una muestra de la transformación.

Todo anduvo bien y los habitantes del barrio Santo Domingo Savio disfrutaron de su espacio, hasta que diez años después se supo de filtraciones de agua, además de que los vecinos encontraron que los andenes circundantes se estaban abriendo. La Universidad Nacional hizo estudios de patología y de vulnerabilidad, encontró que había que retirar la fachada y el techo, y solo dejar la estructura metálica circundante, que es lo que está al aire hasta el día de hoy. Fajardo tendrá que explicar ante la Fiscalía por las obras, cuya recuperación proyectada se estima en 30.000 millones de pesos.

En su momento, se aseguró que la culpa era de los diseñadores, mientras otros señalaron que la responsabilidad estaba en la firma constructora.El diseñador fue el reconocido arquitecto barranquillero Giancarlo Mazzanti, quien se ganó la obra por un concurso público al que se presentaron 75 profesionales de todo el mundo. Mazzanti asegura que los diseños fueron entregados con las medidas de impermeabilización necesarias y que durante la construcción pudo enterarse de cosas que no estaban en los planos, de lo cual mandó cartas a la interventora. “Cuando la Universidad Nacional evalúa qué había pasado, recomienda cómo poner la piedra, que son las mismas que nosotros habíamos entregado”.

Por su parte, la constructora, la empresa Arquitectura y Concreto, aseguró en su momento a SEMANA que todos los procesos se vieron afectados por el afán que tenía la administración municipal para que la obra estuviera lista ante la visita del rey español. El caso es que, en Medellín, ver la fachada de la biblioteca desmontada se convirtió en paisaje.

Ya nadie se pregunta por qué los procesos no andan y ya esta es la tercera administración a la que le toca meterles mano a los errores que se cometieron allí. Justo el alcalde Daniel Quintero ha llevado el tema a las redes sociales cuando aseguran que está destruyendo la ciudad. Allí dice que le ha invertido a esta recuperación cerca de 30.000 millones de pesos. Ahora, lo que era un símbolo de la cultura y la educación pasó a ser un signo de discordia y enfrentamientos políticos.