Bogotá fue invitada por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSida) a unirse a la Declaración de Sevilla, mediante la cual, las principales ciudades del mundo conforman una red colaborativa encaminada a trabajar de forma conjunta en favor de las comunidades afectadas, dentro de las respuestas urbanas al virus de la inmunodeficiencia humana.
Los equipos técnicos y jurídicos están trabajando en las versiones preliminares para formalizar la adhesión de la capital del país a esta iniciativa internacional y se espera próximamente informar sobre la suscripción del documento.
“Esta declaración, firmada en la ciudad española meses atrás, busca el compromiso de ciudades capitales con esta enfermedad, para poderla diagnosticar, poderla prevenir y poderla tratar”, afirmó el secretario Distrital de Salud, Alejandro Gómez López.
Para Bogotá y la Secretaría de Salud, la respuesta integral ante el VIH es prioridad desde que inició la actual administración. Por esto, en el Plan de Desarrollo 2020 – 2024 y el Plan Territorial de Salud se definió alcanzar una meta: “a 2024 alcanzar un 90 % de personas que conviven con VIH y conocen su diagnóstico, un 90 % que acceden al tratamiento y un 80 % que alcanzan carga viral indetectable”.
Con este desafío, Bogotá es la única ciudad del país con este tipo de metas, que también da respuesta a los compromisos mundiales planteados por ONUSida que, mediante la estrategia 90 – 90 – 90, busca a 2030 poner fin a la epidemia del Sida.
Dando cumplimiento a este compromiso y con los esfuerzos de los equipos de entornos cuidadores del modelo territorial “Salud a Mi Barrio, Salud a Mi Vereda”, entre los años 2020 y 2022, mediante las acciones de salud pública, se ha logrado implementar alianzas estratégicas con organizaciones de base comunitaria y el Fondo Mundial de Lucha Contra el SIDA para llevar a cabo acciones preventivas en todos los espacios cotidianos como hogares, colegios, universidades, parques, etc.
Además, se ha mantenido el funcionamiento de la red distrital de dispensadores de preservativos (en promedio con 100 dispensadores funcionales); y se logró dar respuesta integral al brote mundial por viruela símica (MPOX) logrando que, actualmente, se registren cero casos activos y cero notificaciones desde el 1 de marzo de 2023.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, con este tipo de acciones, Bogotá ya cumplió una de las metas de ciudad al lograr que el 90.4 % de las personas que viven con VIH conozcan su diagnóstico.
A diario Colombia reportó 55 personas contagiadas de VIH durante el 2022
Aunque una de las metas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es reducir enormemente la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) para el 2030, lo cierto es que en múltiples países las infecciones siguen creciendo. El fenómeno, incluso, se incrementó después de la pandemia de covid-19, que afectó a los sistemas de salud de todo el mundo.
En Colombia la situación es la misma. Recientemente, el Instituto Nacional de Salud (INS) publicó su más reciente reporte de casos de VIH que se registraron hasta el período epidemiológico decimotercero de 2022, que recoge las notificaciones del sistema de salud colombiano hasta el pasado 30 de diciembre.
En esos 365 días del año 2022, el INS recibió un total de 20.220 casos de personas que resultaron contagiadas de VIH en Colombia. En otras palabras, en promedio en cada día del año pasado se registraron cerca de 55,54 infecciones de VIH.
Los reportes, anotó el INS, incluyeron “los casos diagnosticados en años diferentes al periodo de notificación y los procedentes del exterior”.
Uno de los datos que inquietan sobre estos reportes es el crecimiento de las infecciones a nivel nacional si se compran con los años anteriores.
Por ejemplo, en comparación al 2021, los casos notificados aumentaron en un 14,6 %, según anota el reporte del INS.
No obstante, los expertos y las propias autoridades sanitarias han señalado que comparar estos datos epidemiológicos con años como el 2020 y el 2021 puede no dar una idea acertada sobre el comportamiento de la circulación de virus y enfermedades.
Esto se debe a que en esos dos años el sistema de salud estuvo volcado a atender los casos de covid-19 y es probable que el subregistro de otros padecimientos haya incrementado en ese período.