Hace cuatro años se cometió uno de los peores atentados de la historia reciente contra la Policía. La guerrilla del ELN logró violar los sistemas de seguridad de la Escuela de Policía General Santander en Bogotá e introdujo una camioneta cargada con explosivos.
La acción terrorista causó la muerte de 22 cadetes que se iniciaban en la carrera policial y buscaban convertirse en generales de la república. Los familiares de los fallecidos no olvidarán la mañana del 17 de enero de 2019, cuando la poderosa carga explosiva explotó dentro del recinto policial.
La conmemoración de un dolido cuarto aniversario se da en medio de la crisis que afronta la mesa de diálogos entre el Gobierno y la guerrilla del ELN, tras el fallido anunció del presidente Gustavo Petro al decretar un cese multilateral al fuego el pasado 31 de diciembre.
Aunque todo parecía marchar normal, a los pocos días el ELN desmintió al jefe de Estado e indicó que no se había acordado ningún cese de hostilidades entre las dos partes y que ese asunto se debía tratar en la mesa de negociaciones.
Ante el pronunciamiento de la guerrilla, al presidente Petro no le quedó de otra que ordenar a la fuerza pública retomar las acciones ofensivas contra el ELN. El hecho generó una crisis profunda en el Gobierno, tanto así que el presidente Petro tuvo que convocar de manera extraordinaria a varios ministros y altos funcionarios para definir que paso debían seguir con el ELN y la conclusión fue esa, suspender el decreto del cese de hostilidades y retomar las acciones de las Fuerzas Militares y de Policía.
Y es que, a diferencia del ELN, las otras organizaciones ilegales como El Clan del Golfo, Los Pachenca, las disidencias de las Farc y la Segunda Marquetalia le dijeron sí al cese de hostilidades decretado por el Gobierno nacional.
Primera condena
En 2022 se conoció la primera condena por el atentado contra la General Santander. La Fiscalía logró una pena de 46 años de cárcel contra el hombre que arrendó la bodega usada para armar el carro bomba que detonó el 17 de enero de 2019.
La sentencia se impartió contra de Ricardo Andrés Carvajal, la persona señalada, vinculada y responsable, según las pruebas, de arrendar la bodega usada por los terroristas para armar el carro bomba que fue usado en el atentado contra la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional General Francisco de Paula Santander.
Carvajal fue hallado responsable de los delitos de terrorismo agravado, homicidio agravado, homicidio en grado de tentativa agravado, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Armadas, y daño en bien ajeno agravado. La condena se fijó en 46 años de cárcel.
“Fiscales de la Seccional Bogotá y de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales demostraron que Carvajal Salgar pagó el arrendamiento de la bodega, ubicada en el barrio Santa Librada, en el sur de Bogotá, donde fue escondida y acondicionada con explosivos la camioneta utilizada para cometer el atentado, el 17 de enero de 2019″, explicó la Fiscalía al conocer la condena.
La bodega era un pequeño parqueadero ubicado en una casa de familia que fue arrendada una semana antes y en ese sitio metieron la camioneta usada en el atentado. Hasta esa bodega llevaron los explosivos y fue armado el artefacto. De esa misma casa salió la camioneta con destino a la Escuela de Policía, donde finalmente detonaron el explosivo con el desafortunado saldo de 22 cadetes muertos.
“La contundencia de las pruebas y evidencias presentadas por la Fiscalía General de la Nación fueron determinantes para que una juez especializada de Bogotá condenara a 46 años de prisión a Ricardo Andrés Carvajal Salgar, por su participación en el atentado a la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional General Francisco de Paula Santander”, señaló el delegado contra la Criminalidad Organizada, Javier García Trochez.